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Iván López Reguero | Candidato del PSOE a la Alcaldía de Castrillón

«Los tiempos de obras faraónicas pasaron; el reto es atender las necesidades diarias»

«Castrillón es el concejo de la comarca en el que se pagan menos impuestos, pero los vecinos tienen derecho a saber a qué se destinan»

Iván López Reguero. Mara Villamuza

Iván López Reguero tiene 45 años y es el candidato del PSOE a la alcaldía de Castrillón para las próximas elecciones municipales. Por primera vez desde la década de los 90, los socialistas castrillonenses consiguen finalizar un mandato y preparar los comicios de cara al siguiente sin luchas intestinas. López Reguero conoce bien los entresijos del Ayuntamiento, en el que es primer teniente de alcalde, portavoz del PSOE y concejal de Obras, Servicios y Medio Ambiente. Además, es secretario general de Transportes de UGT Asturias. Es trabajador de Asturmasa desde hace 23 años y en su haber figura haber sido militar y voluntario en Bosnia.

–El presidente Barbón, y secretario general de la FSA, afirmó el sábado que hasta ahora, el partido en Castrillón «internamente era Beirut». ¿Cómo han conseguido que llegue la paz?

–La clave ha sido dar participación a todo el mundo. El secretario general, David García, y su ejecutiva, y el equipo municipal hemos sido capaces de centrarnos en lo importante, que es buscar fórmulas de colaboración entre todos, dentro y fuera, para dar solución a los problemas de los ciudadanos.

–El gobierno de Castrillón es un tripartito. ¿Cuál es su valoración?

–El balance es positivo. La alcaldesa (Yasmina Triguero, IU) y yo hemos discutido mucho, pero siempre conseguimos llegar a buen puerto. La clave es dialogar para encontrar fórmulas que den soluciones a los problemas.

–¿También con la oposición?

–Ahí es más difícil. El PP no ha hecho nada en este mandato. Su apuesta era, y es, esperar a que el tripartito fracasase, pero hemos sido capaces de sentarnos a dialogar y encontrar soluciones con libertad de voto. Y acabaremos así el mandato.

–¿Puede ser motivo de conflicto la disolución de los patronatos de Cultura y Deporte?

–No se trata de acabar con nada ni con nadie. Se trata de eliminar estructura burocrática sin perjudicar a las plantillas, garantizando los puestos de trabajo. Todos pasarían a formar parte de la estructura municipal, lo que también beneficiará a los trabajadores.

–Usted quiere ser alcalde. En su opinión, ¿cuál es el gran reto que debe afrontar el municipio?

–El desafío es dar la talla en las circunstancias actuales. Los tiempos de las obras faraónicas se han acabado. Hay que centrarse en atender las necesidades y servicios públicos que demanda el ciudadano a pie de calle, potenciarlos en la zona rural y también pensar en la población infantil, en el turismo, el saneamiento, los caminos... La pandemia ha cambiado muchas cosas, y la apuesta está en las obras y los servicios, en el día a día para tener calidad de vida en la zona rural y en la urbana.

–Como concejal precisamente de Obras y Servicios, ¿cuáles son los resultados de su trabajo?

–Hemos hecho muchas cosas, pero queda mucho por hacer. Se han invertido millones de euros.

–¿Cuántos?

–De un presupuesto global de 22 millones, en número redondos, siete han sido para obras y servicios, y me he esforzado mucho en explicarle a los vecinos lo que se hacía y a qué se destinaba el dinero de sus impuestos. Tienen el derecho a saberlo y nosotros la obligación de contarlo. Pero hay un gran reto en la zona rural: el saneamiento. Hay que conseguir que llegue a toda ella.

–¿Se pagan muchos impuestos en Castrillón, habría que bajarlos?

–Es el municipio en el que menos impuestos se pagan de la comarca, y a los que dicen que no es cierto les digo que lo demuestren. No podrán. Y es posible mantenerlo así porque tenemos otras fuentes de recaudación, gracias a la presencia de la industria, el puerto, el aeropuerto y el incremento de población.–Hablando de grandes obras. ¿Qué opina de llevar el tren hasta el Aeropuerto?–Estaría muy bien si el tren funcionase bien. El de ancho métrico, el de Feve, tarda hora y cuarto en llegar de Santiago del Monte a Gijón. Está demostrado que para realizar un viaje que supere los 40 minutos de trayecto, la ciudadanía coge su coche, no el transporte público. Cuando arreglen la doble vía entre Llaranes y Veriña, a lo mejor tiene sentido pensar en que el tren llegue al Aeropuerto.

–¿Usted se opone a que la futura Ronda Norte toque el concejo de Castrillón, como sostiene IU?

–Esa carretera está en estudio y cuando se pongan las alternativas sobre la mesa, las analizaremos. Pero no puede ser que para solucionar un problema creemos otro. No tendría sentido meter el tráfico pesado por las principales localidades del concejo para sacarlo del puerto.

–Pero el puerto necesita esa carretera para crecer.

–El puerto es imprescindible para Castrillón, porque lo es para nuestras grandes fábricas, y la mayoría de las personas residentes en el concejo trabajan en ellas. Por ejemplo, Asturiana de Zinc. Nadie discute ni la necesidad de crecer del puerto ni la de construir la Ronda Norte, pero hay que encontrar el equilibrio. Pasa como con el dragado de la ría.

–¿Qué plantea en ese caso?

–Hay que aumentar el dique. La pérdida de arena no se debe solo al dragado, también están las corrientes y están las dunas. Ahora mismo hay en Salinas más arena que antes, pero la pérdida de arena en las dunas hay que frenarla y ahí es necesario negociar con Costas. En esas dunas hay exceso de pasarelas y de uso humano y canino. Quienes acuden a esos espacios deben saber que los están dañando. Por eso apuesto por la instalación de grandes paneles explicativos, para que las personas usuarias sepan lo que ocurre por el mal disfrute de las dunas.

–Castrillón es, además, un municipio turístico y desarrolla esta política en el marco de la mancomunidad Comarca Avilés. ¿Se está haciendo lo suficiente?

–La mancomunidad funciona y se están haciendo cosas, pero en turismo y en todos los ámbitos, siempre se puede hacer más. El turismo ha cambiado, y se exigen otros servicios distintos a los de hace unos años. Hay que apostar por ello como fuente de disfrute y de riqueza.

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