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Concejos

Del campo de Gozón, la mejor cosecha: siete mujeres que simbolizan los valores rurales

«Después de tantos años de duro trabajo es un placer que se acuerden de nosotras», agradece Asunción Estébanez, de Vioño

Sentadas, Ángeles García Artime, Asunción Estébanez Pérez, Edelmira Álvarez Álvarez y Chelo Bermúdez Rebordela; de pie, Luisa Granda Menéndez, Julia María Fernández Cuervo y Margarita Iglesias Fernández. | María Fuentes

Con motivo del Día internacional de la mujer rural, el Ayuntamiento de Gozón ha homenajeado a siete de sus mujeres rurales. Dichas homenajeadas fueron propuestas desde diferentes asociaciones de las parroquias gozoniegas. El acto se celebró ayer en las escuelas de San Martín de Podes y contó con la presencia del alcalde, Jorge Suárez, Belén Fernández, concejala de Igualdad, y otros miembros del equipo de gobierno. El Alcalde resaltó la gran labor realizada por las mujeres en el mundo rural, ya sea a través de su trabajo en la agricultura, la ganadería u otras actividades campesinas y domésticas. Además, recalcó que su trabajo «ha sido de gran importancia para el desarrollo rural del concejo». Asimismo, felicitó a todas las mujeres rurales de Gozón, y en especial a las siete homenajeadas.

Entre las homenajeadas se encuentra Chelo Bermúdez Rebordela, que aunque es natural de Taramundi a los 18 años se mudó a Cardo. «Cuando llegué al concejo no había ni agua, ni electricidad; eran tiempos difíciles», asegura. «Menos segar, hice todo», afirma esta madre de tres hijas que a diferencia de ella ya no se dedican al campo.

Otra de las homenajeadas este año es Regina Edelmira Álvarez Álvarez, que nació en Podes hace 89 años y allí sigue viviendo. Con tan solo 9 años ya comenzó a ayudar en la casa, donde vivían 14 personas (entre padres, abuelos, hermanos y tíos). Comenzó yendo a lavar al río las ropas que su madre le encargaba, pero después empezó a dedicarse al campo y al ganado. Ana, su hija, se muestra muy feliz de que su madre reciba este homenaje: «Mi madre no paró en toda su vida, siempre estuvo haciendo cosas».

Desde la asociación de vecinos de Vioño han propuesto a Asunción Estébanez Pérez, natural de Las Regueras y afincada en Vioño al casarse. Aprendió rápido las tareas del campo y a los pocos meses ya se hacía cargo «del cuidado de más de 30 vacas». Esta mujer se muestra feliz por el homenaje: «Estoy contenta y nerviosa a la vez, después de tantos años de duro trabajo en este mundo es un placer que se acuerden de ti».

Ángeles García Artime, natural de Antromero, no tuvo una vida sencilla, a los nueve años ya había perdido a su padre y a su madre. Aun así no se dio por vencida y con la ayuda de su abuela tiró para adelante. «Cuando era pequeña recuerdo salir del colegio e ir directamente a las vacas y al trigo, también muchas veces me tocaba ir al río a lavar», recuerda. Ahora, ya jubilada, siempre ayuda a las asociaciones y comisiones de festejos a la hora de preparar comidas: los bollos preñaos, las rosquillas y las empanadas, nunca pueden faltar.

Otra de las homenajeadas es Margarita Iglesias Fernández, de Laviana. Aunque no se dedicó exclusivamente al campo –«no teníamos tierras ni ganado, pero sí que ayudábamos a los vecinos en las tareas del campo»– desde bien joven aprendió a bordar «en casa Felicita» también de la parroquia de Laviana. Además, tras terminar sus estudios primarios en la escuela del pueblo, siguió su formación como Auxiliar de Clínica, realizando las prácticas en el Hospital de Caridad, actualmente Fundación Hospital de Avilés.

Julia María Fernández Cuervo, o como todos la conocen «Conchita Ricarda», no tuvo una vida fácil ya que desde temprana edad se quedó huérfana. «Este reconocimiento hace que me sienta feliz; ees una cosa para celebrar por todo lo alto».

Por último, la séptima homenajeada es Luisa Granda Menéndez, vecina de Verdicio de 87 años. Desde muy pequeña tuvo que ayudar en las labores de la casa, el ganado y las tierras a sus padres. Posteriormente, tras casarse, siguió arraigada a las tareas del campo. Todos los lunes iba a la plaza de Avilés a vender los frutos de las cosechas.

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