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Avilés aporta su cupo de sangre para reponer la reserva regional

"Confiamos en recuperar las cifras de nuevos donantes con los próximos maratones a celebrar", asegura el presidente comarcal

Una enfermera prepara todo lo necesario para realizar una aféresis al donante Pelayo Rodríguez, con Antonio Pérez a la izquierda. | Mara Villamuza

El castrillonense ahora afincado en Avilés Pelayo Rodríguez García es donante de sangre desde los 18 años (ahora tiene 25) pero desconoce cuál es su grupo sanguíneo; al ser preguntado al respecto se encoge de hombros y quien responde es una de las enfermeras que le asiste durante el proceso de extracción de componentes sanguíneos (aféresis): "Eres A positivo". Por todo comentario, el joven donante bromea diciendo que confía en que los profesionales del Centro Comunitario de Transfusiones de Asturias "sabrán dar a mi sangre un uso adecuado".

Para Pelayo Rodríguez García, una de las personas que ayer "puso el brazo" en la sede comarcal de la Asociación de Donantes de Sangre, donar tan preciado líquido no parece ser nada extraordinario, lo ha interiorizado como rutina de tal manera que a diferencia de otras personas ni siquiera se esfuerza en recordar su grupo sanguíneo. No obstante, sabe de la importancia de su gesto y afirma que en determinados ámbitos –su círculo de amigos universitarios, su familia...– hace apología de la donación. "Me hice donante a los 18 años porque mis padres, ambos sanitarios, me habían insistido mucho en la importancia de la sangre. Ahora soy yo el que les da la ‘brasa’ a ellos...", afirma.

El perfil de Pelayo Rodríguez es el que busca encarecidamente la Asociación de Donantes de Sangre de Avilés y Comarca, cuyo presidente Carlos Vigil lamenta que la cifra de nuevas incorporaciones al "ejército" de donantes se ha resentido por la pandemia de covid "y no acaba de volver por sus fueros". Según los datos de Vigil, en la comarca se cuentan unos 3.700 donantes en este momento (considerando como tales a los que han hecho al menos una donación en los últimos dos años). "Antes de la pandemia teníamos una media de trescientas incorporaciones anuales, fundamentalmente gente joven que se hacía donante en jornadas especiales como las maratones de extracción. Esa cifra ha caído a unas treinta personas; o sea que necesitamos mejorarla", comenta.

La de ayer fue una jornada atípica en la sede de la Asociación de donantes, ubicada en la plaza Santiago López: el desplome de las reservas del banco asturiano de sangre obligó a activar una emergencia de donación, a convocar a los donantes habituales y hacer un llamamiento a la población en general. El resultado: la recogida de una veintena de bolsas del preciado "oro rojo" y el alta de un nuevo donante.

"No es habitual hacer llamamientos a la donación extraordinaria, pero en los últimos años se producen cada vez más a menudo porque la demanda de sangre en los hospitales no deja de crecer de forma asociada a la actividad quirúrgica y la recogida de la misma se comporta según una gráfica con dientes de sierra... Y a veces los ‘picos’ no conciden, como ha sido el caso", explica Carlos Vigil.

Una de las personas que respondió ayer en Avilés al llamamiento de donación extraordinaria fue la gozoniega Isabel Trallero, vecina de Vioño: "Soy donante desde hace unos veinte años y suelo venir cuando me llaman. Me hice donante porque tengo un grupo sanguíneo especialmente idóneo (cero positivo) y porque entiendo de la importancia de los bancos de sangre".

Durante el tiempo que LA NUEVA ESPAÑA compartió ayer con los trabajadores del centro Comunitario de Transfusiones de Asturias (una médica, dos enfermeras, una auxiliar y el conductor que esperaba a llevar toda la sangre recogida a Oviedo) en la sala de extracciones llegaron a coincidir cuatro personas, dos en extracciones ordinarias de sangre y otras dos en aféresis. Los primeros procesos duran del orden de 15 minutos –se extraen 450 mililitros de sangre por persona, ni uno más– y los de aféresis, sobre una hora.

Antonio Pérez, donante desde los 18 años y ahora con 38, "debe" tal condición a su madre: "Fue la que me lo inculcó, aunque ella nunca donó". Asegura que nunca tuvo problemas físicos relacionados con la donación y, como la mayoría de los consultados, resta importancia a su gesto solidario.

Los responsables de la asociación comarcal de donantes confían en la pronta incorporación de nuevos miembros que bajen la edad media del colectivo. Las esperanzas están puestas en los próximos maratones a desarrollar los días 29 y 30 de noviembre en Corvera (centro social Tomás y Valiente de Las vegas) y entre los días 12 y 16 de diciembre en Avilés (casa consistorial). "Mucha gente se está reservando para estos maratones, pero también sería deseable que quienes nunca han donado se animen y prueben la experiencia: un altísimo porcentaje repite", arenga Vigil.

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