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Del primer anteproyecto a la opción "low cost" final han pasado 25 años y 13 ministros

Tanto la solución técnica al problema de las vías como su coste han dado más vueltas que una noria sin mayor concreción

Un ciclista aguarda el paso del tren para cruzar las vías en El Muelle. | F. L. J.

–¿Cómo se sabe en Avilés que está cerca la fecha de las elecciones municipales?

–Porque se vuelve a hablar del tema de las vías.

Este chascarrillo popular da idea de lo interiorizado que tienen los avilesinos que el asunto de las vías, pese a su importancia manifiesta para el desarrollo urbanístico de la fachada marítima de la ciudad, va "al tran-tran", como los trenes descacharrados.

La incredulidad y el escepticismo son las monedas con que se paga en la calle a quienes portan mensajes pretendidamente ilusionantes de que ahora sí, ahora vamos en serio. Es la factura de 25 años mareando la perdiz, cinco lustros en los que ha dado tiempo a ver a trece ministros ocupando el despacho donde se decide a qué velocidad avanza el llamado "plan de integración de la barrera ferroviaria de Avilés".

Esta es la lista de ministros que tuvieron en sus manos el plan de vías avilesino en cualquiera de los formatos que ha conocido: Josep Borrell, Rafael Arias-Salgado, Francisco Álvarez-Cascos, Magdalena Álvarez, María Antonia Trujillo, Carmen Chacón, José Blanco, Beatriz Corredor, Ana Pastor, Rafael Catalá, Íñigo Joaquín de la Serna, José Luis Ábalos y Raquel Sánchez Jiménez. Los hay del PSOE y del PP, en eso no hay distingos, tanto con gobiernos populares como socialistas las vías avilesinas languidecieron por igual.

Empezando por el principio: 1997. Esa es la fecha que podría señalarse como el "año cero" del culebrón de las vías. Por entonces, el PP, partido en el gobierno en Avilés con Agustín González de alcalde, encargó a una ingeniería de León un anteproyecto a fin de utilizarlo como referencia o punto de partida en la discusión técnica. Ese primer documento –que cinco años más tarde recuperaría el PSOE estimaba la inversión por encima de los 9.000 millones de pesetas de entonces (54,2 millones de euros).

Los años que siguieron hasta la llegada de los socialistas al Ministerio de Fomento / Obras Públicas / Infraestructuras / Transporte y Movilidad sirvieron para escenificar la falta de entendimiento entre los dos principales partidos. El alcalde del PSOE Santiago Rodríguez Vega y el entonces ministro del PP Francisco Álvarez-Cascos se las tuvieron tiesas a cuenta de las vías. El primero acusó al segundo de no querer recibirlo y de no comprometerse con el proyecto clave de la ciudad. Los populares respondían que el Ministerio estaba dispuesto a que Avilés se acogiese al mismo plan que habría de permitir a otras 40 ciudades españolas –entre ellas Gijón, que no obstante también sigue esperando– enterrar sus vías. Y el asunto se enfangó.

El PSOE presentó en 2011 el llamado "plan Morlán" (por el nombre del entonces secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán): 382 millones para sacar las vías de Avilés llevándolas a un trazado paralelo a la circunvalación de la N-632. Dicho proyecto no prosperó, aparte de por la complejidad técnica por su elevado coste.

Para desbloquear el asunto, el Ayuntamiento de Avilés recuperó la idea de soterrar las vías del tren, aunque con un proyecto "low cost" y menos complejo de ejecución que el original del PP. El nuevo trazado, fruto del trabajo de los técnicos municipales Basilio Jerónimo de Paz y Andrea del Cueto, plantea un trayecto soterrado desde la estación de La Rocica hasta la futura estación intermodal de la calle del Muelle, con un túnel en Bustiello. Exactamente la idea que ha hecho suya el Ministerio y con un coste estimado en 204 millones. La solución, 25 años después, parece ser que estaba en casa; lo que falta por ver es de dónde sale el dinero.

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