Amets y Sara fueron asesinadas a manos de su padre ayer hace ocho años en La Arena. "Fueron víctimas de la sinrazón y con un futuro por delante", señala Mari Luz García, edil sotobarquense, que fue la encargada de poner voz a un texto que clamó por el fin de la violencia machista y de la derivada violencia vicaria, que fue la que se llevó por delante el futuro de las dos hermanas. "Hay que terminar con esta lacra y para ello es necesaria la implicación de la sociedad, de hombres y mujeres, de asociaciones, hay que estar vigilantes", leyó García. La lluvia no impidió recordar a Amets y Sara ante el monolito que no las olvida, entre la iglesia y el colegio de Soto y junto a un pequeño parque infantil.
Protegidas con paraguas, varias personas incluidas la madre de las pequeñas, Barbara García, no perdían detalle de las palabras, primero, de la concejala de Turismo, y después de Begoña Vélez, miembro de la asociación de mujeres "Selena", que recitó un poema sin poder contener la emoción. Los versos fueron escritos ex profeso por una vecina de Peñaullán (Pravia), Luisa Lestón Celorio.
Un minuto de silencio y menciones a las mariposas, por la campaña que decora de figuras de ganchillo el parque de Soto y su entorno para recordar a Amets y Sara y otras víctimas de violencia vicaria. Nada más finalizar el acto, algunas personas recogieron algunas de las mariposas confeccionadas por las asociaciones de mujeres del Bajo Nalón, implicadas en la iniciativa "y en todo lo que necesite Bárbara", la madre de las pequeñas asesinadas, como manifestó Begoña Vélez.
