Muere Ángel Suárez-Valdés, el empleado más longevo de Iberia

Inició su carrera durante las obras del Aeropuerto de Asturias: "Esta es mi casa", decía al cumplirse 50 años de la instalación

Ángel Suárez-Valdés, en el aeropuerto de Asturias. | R. Díaz

Ángel Suárez-Valdés, en el aeropuerto de Asturias. | R. Díaz / C. Jiménez

C. Jiménez

El aeropuerto de Asturias perdió este lunes a su ‘ángel’, Ángel Suárez-Valdés Fernández, por todos conocido como "Angelín el del Aeropuerto", jefe de servicio de Iberia, que llegó a completar la redonda cifra de 50 años de servicio en este mismo emplazamiento, siendo el único de aquel reducido primer grupo que inauguró las instalaciones de Santiago del Monte en 1968. Tenía 74 años y no fue capaz de superar una complicación en una enfermedad que le sobrevino y mantenía en vilo a los suyos en los últimos días.

Nacido en San Román de Candamo, Ángel se trasladó a vivir a Avilés con 8 años –primero la familia se asentó en Versalles y luego en Llano Ponte–, ya que varios de sus hermanos mayores (eran ocho en total, José María, Justo , Ramón, Agustín, M. Carmen, Matilde –que fue empleada de Iberia– y Antonio) empezaron a trabajar en Ensidesa.

El primero , José María, fallecido el pasado julio a los 84 años, era también muy conocido en Avilés por ser el fundador de la compañía Suaval en los momentos posteriores a la Marcha de Hierro. "Angelín el del aeropuerto", antes de entrar en Iberia, estuvo dos años en la Escolanía de Covadonga, hizo el bachillerato en Avilés y al cumplir los 18 años empezó a trabajar para el Ministerio del Aire, en las obras de construcción del aeropuerto asturiano.

"Este aeropuerto es mi casa", subrayaba en una entrevista publicada en este diario con motivo de las bodas de oro del aeródromo asturiano. "Era una gran persona y muy servicial", le recordaban ayer. "Era muy muy querido", abundaban otros. En su matrimonio, hace algo más de 10 años, fue premonitorio también el aeropuerto. Allí conoció a la que hoy es su viuda, Pilar Castro Cimadevilla, gracias a la cancelación de un vuelo.

Su trabajo le permitió tratar a personajes del mundo de la política, de la empresa, de la farándula...Cuando se le preguntaba por los episodios que más le marcaron recordaba a Lola Flores, Isabel Sartorius –un encanto, decía–, Jacqueline Bisset –por su "extraordinaria belleza"–, o la "sencillez y cercanía" de muchos de los galardonados con los premios "Princesa de Asturias". Cuando Bruce Springsteen actuó en Gijón, llegó a las tantas de la madrugada al aeropuerto y, antes de despegar, le regaló una camiseta.

Ángel estaba considerado como un "hacha" de la tecnología, pues había vivido el "despegue" del aeropuerto, desde su nacimiento, cuando solo había un vuelo por la mañana y otro por la noche, hasta la actualidad. En "cuerpo y alma" dijo haberse entregado a su trabajo. Y así se fue: como trabajador todavía del Aeropuerto.

La capilla ardiente quedó instalada en la sala 1 del Tanatorio El Salvador, de Oviedo, hasta este mediodía, cuando se celebre una misa funeral, en la iglesia de San Nicolás de Bari, en Avilés. En su comarca. Donde voló alto.

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