Entrevista |

"Tenemos dos quirófanos que funcionan mañana y tarde: no cabe mucho más margen de crecimiento"

"Nueve de cada diez pacientes que recibimos son derivados del Sespa, la mayoría del San Agustín"

Antonio Molejón

Antonio Molejón / MARIA FUENTES

Myriam Mancisidor

Myriam Mancisidor

Antonio Molejón Iglesias asumió la dirección del Hospital de Avilés en mayo de este año. Nacido en San Martín de Oscos en 1962, es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Oviedo, con especialidad en Medicina Preventiva y Salud Pública. Fue entre los años 2015 y 2019 director general de Salud Pública del Principado de Asturias. En el complejo sanitario de Cabruñana sustituyó a Luis Gago, actualmente en el Sespa.

–Ya ha cumplido medio año al frente del Hospital de Avilés. ¿Con qué se encontró y cómo está funcionando ahora el centro?

–Me encontré con un centro que estaba funcionando muy bien, un centro con unos profesionales magníficos que están desarrollando su trabajo con la máxima profesionalidad y dedicación. A mi me llegó la responsabilidad de la gerencia en un momento en que no se vivía una situación tan dramática como en meses anteriores por la pandemia: el efecto de la vacunación ha conseguido mantener el problema del covid. El centro ahora funciona con normalidad como en años previos a la pandemia, el pulso es normal, aunque todavía tenemos un par de habitaciones reservadas para casos que puedan necesitar ingreso hospitalario y tengan covid.

–¿Han recuperado ya la actividad asistencial a nivel prepandémicos?

–Tenemos una actividad quirúrgica que está basada fundamentalmente en cirugía ambulatoria de varios procesos que suelen ser los que se interviene con mayor frecuencia: cataratas, hallux valgus (juanetes), varices… El año pasado se realizaron 3.700 intervenciones y este año prevemos estar por encima de esta cifra.

–Afirmaba su antecesor que con el parón del covid se dejaron de ingresar casi 500.000 euros en actividad asistencial.–

Yo me he encontrado un centro saneado desde el punto de vista económico. Hubo efectos por los momentos más impactantes de la pandemia, por la disminución de la actividad asistencial en los centros. Pero ahora, como decía, al ir recuperando la actividad en el San Agustín nosotros también nos hemos recuperado.

–¿Afecta al Hospital de Avilés la nueva ley de Salud que restringe la derivación al sector privado?

–Estimamos que no, porque este es un centro que forma parte de la red hospitalaria pública y tenemos un convenio singular. Nuestra actividad es de apoyo a los centros sanitarios que tiene el Sespa. De hecho, la mayor parte de los pacientes, un 99 por ciento, son pacientes derivados del Sespa, la mayoría del San Agustín.

–Con unas listas de espera desbocadas en algunas especialidades sobre manera, ¿considera que el Hospital de Avilés todavía puede hacer más y contribuir a recortar esos tiempos de demora?

–No somos un hospital grande, tenemos reducidas dimensiones y esas son nuestras limitaciones. Solo tenemos dos quirófanos que funcionan, de hecho, en horario de mañana y tarde y ya no cabe mucho más margen de crecimiento. Las jornadas son las que son, los días hábiles son los que son y los profesionales están haciendo ya un esfuerzo importante. Los pacientes que son derivados aquí no tienen grandes tiempos de espera: llegan con tiempos de espera altos, pero aquí la mayor parte de las veces en dos meses se atienden.

hospital de aviles cabrunana entrevista gerente antonio molejon

hospital de aviles cabrunana entrevista gerente antonio molejon / MARIA FUENTES

–¿Y ve posible ampliar el Hospital de Avilés?

–Hay proyectos

–¿Cuáles?

–Nuestra intención no se trata tanto de crecer sino de mejorar espacios en el Hospital de Avilés. Algunos espacios tienen dimensiones muy reducidas y creemos que es necesario habilitar un espacio para la atención ambulatoria propia y que el edificio de hospitalización quedara para esa hospitalización, cirugía y servicios que dan apoyo. Hay problemas de espacio en Farmacia y necesitaríamos más espacio en Rehabilitación, que cada vez tiene un papel más importante en este centro: los pacientes que atendemos, que son mayoritariamente geriátricos, necesitan un proceso de recuperación funcional, y eso requiere rehabilitación. O vestuarios acondicionados para el personal. Espero que en dos años esto sea realidad. Pero por el momento esto es un pre-proyecto, porque no tenemos en mano el proyecto que presentar al Patronato para que nos de conformidad y poder llevarlo a cabo.

–A raíz de la pandemia se destaca la importancia de aunar la atención social y sanitaria. ¿Este hospital es un ejemplo de por dónde debe ir la atención a los mayores?

–Somos centro de atención sanitaria, pero desde luego siempre tenemos en cuenta todos los aspectos sociales que van vinculados a ese proyecto sanitario. Dentro del equipo de trabajadores que conforman el Hospital tenemos una trabajadora social que siempre está pendiente de conocer la situación social de cada paciente para asegurarnos de que, una vez cumplida la atención sanitaria y alta, pueda ir a su residencia habitual siempre que cumpla las condiciones adecuadas para continuar con su vida y, si no, dar los pasos necesarios para adecuar esa situación.

"Queremos exportar a Avilés ideas de centros especializados en atención a pacientes al final de la vida"

–Entre sus proyectos más novedosos está el de atención psicosocial. ¿En qué consiste?

–Responde a un convenio con la Sociedad Asturiana de Geriatría. Consiste en dar atención psicológica a pacientes y familiares que están en el proceso final de su vida. Todos sabemos que ese es un trance que nos va a llegar. Nosotros tenemos habilitadas habitaciones específicas para pacientes que están en ese proceso final de la vida, y ahí tenemos apoyo psicológico para que los pacientes y familiares lleven ese mal trago lo mejor posible. Este servicio está teniendo una actividad importante y está funcionando realmente bien. Y queremos mejorar. Uno de los proyectos para el próximo año es que un equipo de profesionales de este hospital visite dos centros que están especializados en atención a pacientes al final de la vida y desarrollar aquí ideas que ofrezcan confort e intimidad para que este proceso se pueda llevar en condiciones lo más óptimas posibles y dignas en estas circunstancias.

–Siempre se dijo que al Hospital de Avilés se venía a morir

–Eso ya no se sostiene. Aquí no se viene a morir: la tasa de mortalidad está en diez por ciento, igual que en otros centros. El 90 por ciento de los enfermos se va de alta a su casa una vez finalizado el proyecto de atención. Ahora gozamos de gran prestigio en el área sanitaria IIII y especialmente en Avilés. En las encuestas de valoración, más del 97 por ciento de los pacientes valora positivamente su estancia en el hospital y la atención recibida.

–Trabajan también en un proyecto de alimentación a la persona mayor

–Estamos muy orgullosos del servicio de cocina que es propio y donde se elaboran cada día los menús para los pacientes ingresados. El proceso tiene asesoramiento de nutricionistas para que esas dietas sean adecuadas y equilibradas, pero siempre poniendo la elaboración, el cariño y la profesionalidad que nos ha valido el reconocimiento de Plato de Oro, por primera vez a un centro no hostelero ni comercial. Es algo que también valora muy positivamente los pacientes ingresados en el Hospital de Avilés, cosa que yo entiendo que no es fácil.

–Hablaba antes de retos. ¿Cuál se plantea a corto plazo?

–A muy corto plazo queremos aprovechar las potencialidades que tiene este hospital. Tiene unas dimensiones reducidas, en horizontal. Ahora tenemos una unidad de recuperación funcional en la planta baja, en una de las alas. Y queremos facilitar un entorno aprovechando esa parte baja donde hay un espacio verde bastante importante. Para esto hemos contratado el servicio de una empresa, para que nos pueda facilitar un jardín terapéutico en un entorno que facilite contacto con naturaleza, que siempre parece que mejora la situación de los enfermos tanto anímica como física. Vamos a lo largo de este año a desarrollar ese circuito de actividad física para los pacientes que estén en la unidad de recuperación funcional, para que fuera de las horas que tengan rehabilitación puedan pasear con familiares o solos y tengan algún aparato que les permita realizar algún ejercicio y pueda ser recomendable en su situación. Luego también nos planteamos renovar aparataje que pueda quedar obsoleto, y esos son los propios servicios los que nos dan indicaciones. Ahora mismo estamos en fase de recopilación de información. Y cada vez hacemos más fisioterapia: ahora en este último trimestre ya se ha incorporado atención de fisioterapeutas en fines de semana y festivos y, en 2023, se realizará también en horario de tarde.

–¿Cuántos profesionales trabajan ahora a su mando?

–Aquí hay en plantilla fija de alrededor de cien personas pero en la práctica, ahora mismo, somos 130; el año pasado se cerró con 122 personas trabajando en el hospital. Seguimos creciendo. Destacar que los profesionales de este centro ya tienen un bagaje y que yo no he aportado nada en ese sentido, son profesionales que tienen una gran cualificación y realizan un trabajo estupendo con calidad y calidez.

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