El ADN confirma que el cadáver hallado en Peñas pertenece a Sandra Bermejo

La familia recibe la noticia "como un jarro de agua fría" y exige que prosigan las investigaciones para aclarar las circunstancias de la muerte

La familia de Sandra Bermejo recibe la confirmación del hallazgo del cadáver "como un jarro de agua fría"

Agencia ATLAS

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

Cincuenta y siete días después de haberse perdido la pista a Sandra Bermejo García, la psicóloga madrileña de 32 años afincada en Gijón desde 2020, la ciencia arroja la primera luz sobre una desaparición harto enigmática que tenía a toda España en vilo. El cadáver en avanzado estado de descomposición hallado en el Cabo Peñas el pasado 23 de diciembre es finalmente el de la mujer a la que buscaban infatigablemente su familia y la asociación SOS Desaparecidos desde el pasado 8 de noviembre. La Brigada de Policía Científica de la Comisaría Provincial de La Coruña ha confirmado que los vestigios recibidos en su laboratorio territorial de biología, correspondientes al cadáver de la mujer hallada en el Cabo Peñas, resultan compatibles con el perfil genético obtenido de muestras indubitadas de la desaparecida. Una duda de las muchas de este enigma queda despejada: Sandra Bermejo García ya no está viva.

La primera reacción de los familiares de la psicóloga, según contó a este periódico el presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, fue de conmoción: "La noticia les cayó como un jarro de agua fría porque los sucesivos mensajes alentadores que habían recibido, especialmente de la Policía, sobre la no coincidencia de los restos humanos hallados en Peñas con Sandra les hicieron concebir esperanzas de que seguía viva".

Este periódico informó al poco del hallazgo de un cadáver en el Cabo Peñas que el examen forense descartaba la pertenencia de esos restos a Sandra Bermejo, pero solo de modo preliminar y en base a un cotejo de la dentadura del cuerpo y la ficha odontológica disponible de la mujer desaparecida. Dicha comparativa, como también se publicó en su momento, no era necesariamente concluyente por la antigüedad mínima de diez años del informe odontológico disponible. En la última década, Sandra Bermejo podría haber realizado nuevas intervenciones en sus piezas dentales resultando que su dentadura actual no coincidiera con la que constaba en la ficha usada para hacer la comparación. Es por esto que la conclusión forense sobre la identidad del cuerpo fue preliminar, pendiente de ser elevada a definitiva cuando se dispusiera del análisis del ADN.

"La Policía dijo a la familia que el cadáver hallado no era el de ella, pero al final resulta que sí; algo que va en la misma línea de otras actuaciones policiales llevadas a cabo de forma ciertamente cuestionable, como el paripé de rastreo por tierra, la insistencia en centrarse solo en la hipótesis de la desaparición voluntaria o la inexplicable renuncia a tomar declaración a los pescadores que vieron dos coches aparcados a una hora extrañamente temprana al lado del de Sandra el día siguiente a que se le perdiera el rastro", comenta en tono quejoso Amills.

Con la identificación del cuerpo de la mujer a la que se buscaba en el Cabo Peñas se cierran casi dos meses de incertidumbre sobre el paradero de la madrileña, que acudió el 6 de noviembre por la tarde con su coche hasta el punto más al Norte de Asturias y desapareció. Desde la Comisaría de Gijón, según aseguró ayer la Jefatura Superior de Policía Nacional de Asturias, "se sigue trabajando en esclarecer los hechos y circunstancias que rodearon el fatal desenlace". Y eso es precisamente lo que la familia de Sandra Bermejo desea: que se llegue hasta el final en todas las líneas de investigación abiertas.

La principal duda que ahora se plantea tiene que ver con la causa de la muerte de la mujer

Joaquín Amills plantea el primero de los grandes interrogantes que se abren ahora, una vez identificado como de Sandra Bermejo García el cuerpo hallado el 23 de diciembre en las inmediaciones del cabo Peñas: "¿De qué murió Sandra?". Según el presidente de SOS Desaparecidos, la familia no tiene conocimiento de qué dice al respecto la autopsia practicada al cadáver y en su opinión "siempre y cuando sea posible determinar por el estado de descomposición del cuerpo la causa de la muerte, la misma es relevante".

El fallecimiento podría haber sido causado, como mínimo, por ahogamiento o por traumatismo, sin descartar la ingesta fatal de algún tipo de droga. Una u otra posibilidad conducen a nuevas preguntas: ¿en caso de ahogamiento, fue suicidio, accidente o acción inducida por otra persona? Si la muerte se debió a algún golpe cabe pensar en traumatismos causados en una caída desde los acantilados de Peñas o en una acción violenta de otra persona. Y respecto a la presencia de drogas en el organismo, Amills insiste en la "hipótesis no descartable" de un supuesto ritual esotérico "que se fue de las manos" la noche de autos, coincidente con la llamada Luna de sangre (el nombre popular del fenómeno astronómico consistente en un eclipse lunar y asociado en algunos colectivos a ceremonias esotéricas en las que se consumen drogas psicodélicas).

Amills añade otra duda razonable en relación al hallazgo del cadáver de Sandra Bermejo 47 días después de su desaparición en una playa pedregosa de El Ferrero (al oeste del Cabo Peñas) que había sido examinada con anterioridad al día en que se encontró el cuerpo. El lugar donde un pescador descubrió los restos mortales dista poco más de un kilómetro de donde se le perdió la pista a Sandra Bermejo, que había aparcado su coche 45 días antes en el estacionamiento público del Cabo Peñas.

"Las corrientes del mar Cantábrico, como cualquier experto en dinámica marina sabe, fluyen de Oeste a Este. ¿Cómo es posible entonces que el cuerpo aflorase hacia el Oeste de donde se presupone que habría caído al agua? ¿Acaso fue contracorriente?", se pregunta el presidente de SOS Desaparecidos. Una explicación posible a este recorrido inverosímil del cuerpo sería que el cuerpo acabó en el agua al oeste de El Ferrero; es decir, más lejos aún del Cabo Peñas de lo que se ha venido suponiendo hasta el momento.

"Por eso insistimos en que debe seguir investigándose en todas las esferas y con la máxima profundidad. Se ha hablado de la implicación de Sandra en un grupo con inquietudes esotéricas que esporádicamente tomaba parte en ceremonias en las que consumen sustancias psicodélicas... Está la evidencia de coches aparcados cerca del de Sandra en las horas cruciales que pudo haber muerto... Aún hay muchos cabos sueltos", concluye Joaquín Amills.

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