El cambio climático reduce por miles la presencia de aves migratorias en invierno
Mavea alerta de que desaparecen colonias tradicionales de gaviotas: "Se instalan en las ciudades porque son muy inteligentes"
El cambio climático está reduciendo la llegada de aves migratorias acuáticas procedentes del norte y el centro de Europa. La disminución no se cuenta por decenas, ni por centenas, sino por miles. El Monumento Natural de la Charca de Zeluán y la Ensenada de Llodero aguantan de momento con un buen número de especies, pero se detecta una merma a lo largo de la ría de Avilés. Y pese a la creencia generalizada de que hay más gaviotas, la realidad es que su número también ha descendido y no llegan al centenar. Lo que ocurre es que han cambiado sus espacios tradicionales por la ciudad.
El grupo naturalista Mavea, fundado en 1986, se encarga desde entonces, entre otras numerosas actividades, a realizar el seguimiento de las aves acuáticas de la ría avilesina y de elaborar censos de diversas especies. En este momento corresponde realizar, en colaboración con el Principado, el correspondiente a las aves invernantes acuáticas.
El ornitólogo César Álvarez Laó alertó de que "cada vez hay menos aves acuáticas invernando porque proceden del norte y del centro de Europa, donde los inviernos son más suaves y ya no necesitan viajar tan al sur para alimentarse. En décadas anteriores, los lagos donde habitan se helaban y no tenían donde comer. Ahora eso ya no ocurre".
Un ejemplo es el del pato porrón, cuyo principal lugar de invernada en España era el parque Isabel la Católica de Gijón. Este año solo se han visto tres. Hay más. En la ría del Eo solían invernar unos 2.000 patos de la especie ánade silbón. Este año solo se vieron una veintena en una semana.
La ría de Avilés también está sufriendo la disminución de aves, aseguro Álvarez Laó. Es el caso de los cormoranes, al que los pescadores acusan de acabar con la pesca y se llega incluso a acabar con los nidos.
Caso más curioso es el de las gaviotas patiamarillas, que hace años se concentraban por miles atraídas por el puerto pesquero. "Ahora no llegan ni al centenar", aseguró César Álvarez Laó. "Son aves oportunistas y muy inteligentes, y desaparecen las colonias tradicionales para anidar en los tejados de las ciudades, donde no hay depredadores y encuentran comida disponible. Pero se desconoce por qué está disminuyendo la población".
Lo más positivo es que Avilés vuelve a tener garzas reales. Llegó a haber hasta dos docenas asentadas en la ría, hasta que se destruyeron las marismas para ampliar los muelles de la margen derecha. Pero hace un par de años aumentaron y ahora crían en el parque de Ferrera, donde se ha asentado una colonia y no emigra.
Suscríbete para seguir leyendo
- Daniel Alonso, una larga vida de trabajo y éxito con reconocimiento
- Agustín Rodríguez, párroco de La Cañada Real, en Madrid: "La iglesia puede dar un servicio de encuentro para intentar reconciliar
- Avilés, faro del turismo: una firma prevé gestionar 100 apartamentos en dos años
- Saint-Gobain dice que nunca estuvo en Avilés "cerca" de volver a cifras de 2019
- El luanquín Ángel Fernández Artime recibe la ordenación episcopal en Roma pidiendo cuidar a los jóvenes
- El pillaje de metales arruina el edificio de la subestación eléctrica Norte de Ensidesa
- «Estamos solos y desamparados», claman los trabajadores de las auxiliares de Sekurit
- El colegio de Educación Especial San Cristóbal, un modelo de igualdad a base de pictogramas