Castrillón, año 5522

El arqueólogo Iván Muñiz proyecta al futuro los ocho siglos de existencia del concejo en la muestra "La arboleda"

Iván Muñiz (en la fotografía superior) y dos aspectos de la exposición del Valey. | Mara Villamuza

Iván Muñiz (en la fotografía superior) y dos aspectos de la exposición del Valey. | Mara Villamuza / I. Montes

El centro cultural Valey de Piedras Blancas acoge desde ayer hasta el 27 de febrero la exposición "La arboleda" con la que se rinde homenaje a los 800 años de existencia del concejo de Castrillón. El arqueólogo Iván Muñiz es el director de la muestra que se trata dice "de un viaje insólito y fascinante, una exploración del pasado a través de un futuro en el que nuestra cultura es ya arqueología".

Iván Muñiz plantea una hipótesis futurista: se sitúa en el año 5522, cuando una serie de obreros descubre en Castrillón los primeros restos arqueológicos de una comarca que lleva siglos desaparecida, localizan en unas obras una ciudad enterrada y las excavaciones arqueológicas que se realizarán dentro de 3.000 años permitirán identificarla como Piedras Blancas.

Castrillón, año 5522

Castrillón, año 5522 / I. Montes

"Puedo decir con orgullo que es una exposición visionaria, de las más importantes que se han realizado, y también popular", declaró Iván Muñiz, autor de la idea original, selección de piezas, diseños, textos y montaje expositivo. "He realizado una labor arqueológica, recorriendo basureros, descampados industriales, playas, para recuperar la cultura material de nuestro tiempo. Los trabajadores municipales y el Archivo han cedido piezas que explican nuestra vida, el Museo Arqueológico y su directora, Mª Antonia Pedregal, han colaborado también, las parroquias y los vecinos o algunos establecimientos han prestado objetos cotidianos que hoy están en uso, pero que el día de mañana serán la futura arqueología. Aquí no se mostrarán los restos que dejan las jerarquías –espadas, joyas y coronas, el lujo– sino la gente de la calle".

Muñiz interpreta con esta exposición las excavaciones dentro de 3.000 años, exponiendo las piezas que se encontrarán, la importancia de aspectos como la "cultura del plástico". La muestra se organiza en ocho bloques, desde la edad Primitiva hasta la Edad de los Hornos, pasando por la Edad de los Castillos, con un final sorpresa.

Castrillón, año 5522

Castrillón, año 5522 / I. Montes

"He volcado en la exposición conocimientos de arqueología, antropología, iconografía, lingüística o filosofía, de todas las ciencias, o del cine y la cultura popular. Los arqueólogos tendemos a buscar la trascendencia en piezas que para aquellos que las emplearon eran meramente cotidianas. Por ejemplo, las placas de nuestras calles, que pasan desapercibidas, serán la futura epigrafía y en ellas estamos resumiendo nuestra historia", sostiene Muñiz.

"En 3.000 años, lo que quede de nuestro mundo será estudiado como hoy analizamos la civilización egipcia o la sumeria. Esta exposición la ves, la disfrutas, la asimilas y cuando acabas, sales pensando y hablando de lo que has visto. Va a dejar un gran poso. Y desde luego, hay una reflexión de fondo, inspirada por las reglas del tiempo y lo que hemos vivido en estos años: todo es efímero. La cultura, las civilizaciones, la vida, las instituciones o la religión, que creemos eternas, pueden desaparecer".

Entre otros elementos se exhiben algunas fotografías antiguas que nunca habían sido expuestas. También se expone la base de la pila bautismal de la iglesia de San Miguel de Quiloño, destruida durante la guerra civil (1936-1939). La muestra se completa con la proyección de un vídeo.

L exposición puede visitarse de lunes a sábados, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00 horas. Iván Muñiz también prevé organizar visitas guiadas una vez a la semana.

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