Entrevista |

"Me encontré desánimo, hay que mirar al futuro y fomentar un proyecto común"

"No tengo ni idea de para cuándo estará lista la nueva sede de la Escuela; no tengo expectativas, estamos definiendo espacios y usos"

Roberto Crespo, ante la sede de la ESAPA, en Camposagrado.

Roberto Crespo, ante la sede de la ESAPA, en Camposagrado. / Miki López

I. García

Roberto Crespo es el nuevo director de la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias (ESAPA) con sede en Avilés. Crespo llega al centro después de la destitución de María José Rodríguez por parte de la consejería de Educación, sobre la que pesan denuncias de acoso laboral. El nuevo director ya fue el máximo responsable del centro en una anterior etapa, de 2002 a la primavera de 2016.

–Otra vez de vuelta a la Escuela. ¿Cómo se ve?

–Me imaginaba volver a la docencia y disfrutar de dar clase. Al principio de curso me planteaba una realidad diferente pero el caso es que la situación evolucionó de esta manera y confiaron en mí para resolver esta crisis. Aunque es una complicación mayor de lo que me esperaba, agradeces la confianza que depositaron en mi. Si me nombraron es porque piensan que soy una persona neutral y con experiencia para manejar este tipo de situaciones. Si la escuela con lo que podamos hacer recupera un poco su viejo estilo su manera hacer las cosas incluso si se actualiza un poco en nuevas pedagogías y demás, yo daré un poco todo esto por bueno por más que yo me imaginase pues un futuro más tranquilo.

–En su reciente vuelta, ¿percibió cambios en el centro? Cuando fue director, existía aún la sede Valliniello.

–Cuando yo me fui estábamos comenzando el proyecto de la segunda sede (la actual de Restauración en el Pepa), justo al comienzo de ese proceso pues me fui. Fue, además, una sensación un poco extraña porque durante muchos años habíamos trabajado, habíamos pedido aquella segunda sede y bueno me fui justo cuando empezaba. Hoy en día tenemos ahí un edificio y unas instalaciones que son la envidia de cualquier escuela de España.

–Salvando las distancias, ahora estamos en un período similar con la segunda sede prevista para Diseño. –Estamos con la definición del proyecto, la construcción es decir todo eso ya lo viví desde la administración y ahora, pues bueno, comenzamos con la segunda sede

–¿Y cómo está el proceso?

–Estamos definiendo espacios y usos.

–¿Cuándo cree que será una realidad?

–No tengo ni idea. De hecho no tengo ningún tipo de expectativa, lo que sí que me parece interesante es poder aportar un poco todo lo que se ha aprendido en estos últimos años, hoy en día se están construyendo y realizando proyectos de centros educativos adaptados a las personas, es un momento muy interesante para la arquitectura.

Vuelve a la dirección de la ESAPA después de seis años largos, casi siete. ¿Cómo ha sido su vuelta después de un proceso nada agradable (como la destitución de su antecesora)? ¿Ha sido cómodo su regreso?

–Hay que distinguir dos cosas. Me considero privilegiado por ser profesor y dar clase de las asignaturas que me gustan y más a los alumnos de este centro que son gente motivada. Eso es realmente bonito. Asumir el centro en estas circunstancias no es agradable, pero cumplo con mi deber. Todos los que estamos aquí nos conocemos, ya saben como trabajo y yo sé cómo trabajan ellos y eso me da confianza para que todo vuelva a funcionar.

–¿Con qué clima se encontró a su vuelta?

–Desánimo es la palabra. Quizás en otros ámbitos puedes trabajar siguiendo un guión pero si algo tienen las enseñanzas artísticas es que estás hablando de gente que lo vive con ilusión y no puedes trabajar sin eso. Además, la educación, y eso es algo que no debe olvidar nadie, es un acto de comunicación entre personas que debe fluir en dos direcciones con lo cual el factor humano está en todo lo que sucede, algo que hoy en día es a veces raro porque los trabajos de la economía del siglo XXI son trabajos delante de un ordenador, son manejando de manera remota de una máquina,... pero aquí es toda una interacción de personas, eso no lo puedes obviar.

–¿Cuál va a ser el método para intentar motivar y recuperar la esencia del centro?

–Este año y medio ha sido complicado, creo que las cosas se han querido hacer bien pero han resultado de esta manera. Lo primero es no mirar hacia atrás porque el que camina a menudo hacia atrás acaba tropezando con algo, eso seguro. Hay que mirar hacia adelante y analizar un poco todo lo que podemos hacer y fomentar un proyecto común, donde todo el mundo participe. Este centro tiene un historial de logros que todo el mundo tiene mi presente. También tenemos que introducir nuevos elementos en el trabajo.

–¿Cuáles?

–Estamos en un momento en el que la educación está cambiando. Hay una ley reciente, que es muy ilusionante, se trata de un cambio de modelo, de estructura pedagógica. Es necesario buscar estrategias de motivación y de autoeficacia para ir acercándonos a los modelos europeos.

–¿Cómo ve el futuro de la Escuela Superior de Arte?

–Tendremos dos sedes ya en pleno rendimiento, dos sedes nuevas, pero lo que realmente marca el futuro de un centro no sólo son unos recursos, lo que lo marca es que haya equipos de personas que cojan relevo, que continúen con el proyecto y la clave para lograrlo está en la participación. En el mundo educativo del futuro no puedes elegir ser pasajero o ser marinero, en este barco no hay camarotes de pasajeros, aquí todo el mundo tiene que ser marinero y hoy te tocará remar, mañana engrasando algo y pasado te toca coger la rueda del timón. Si hay debate, si se discute pues me parece estupendo porque es cuando hay ideas. La clave está en los proyectos participativos.

–¿Su nuevo puesto es indefinido?

–El nombramiento llegó a finales de diciembre pero no tienen una fecha de finalización. En principio, lo que espera la administración de mi es que ponga de nuevo a funcionar el centro, recuperar los estándares que siempre ha tenido de excelencia, volver a articular un equipo que se comprometa. Una vez que se convoque un procedimiento para elegir una nueva dirección, poder estimular que haya personas que estén dispuestas a tomar el relevo.

–¿Se presentaría?

–No me apetece presentarme. Vamos a ver poco a poco el trabajo que se me ha encargado, sé que lo voy a hacer bien. Creo que no es bueno perpetuarse en los centros, si alguien se perpetua en un centro es porque se ha establecido o se ha implantado una comodidad que nunca es buena.

–Lo dice tras una experiencia en este centro de 14 años.

–Efectivamente, no es nuevo para nadie.

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