Luz verde a la última fase de demolición de las baterías de coque de Avilés, que se prolongará trece meses

Avanza la tramitación administrativa para acabar de desmantelar las baterías de coque de Avilés. El Ayuntamiento de Avilés ha concedido a Sepides, propietaria de las instalaciones y de los suelos, la licencia para poder ejecutar la segunda y última fase de demolición de la coquería, que tiene un plazo de ejecución de trece meses. La sociedad, no obstante, aún no cuenta con todos los permisos para el derribo. Y es que aún será necesario el visto bueno de la Consejería de Medio Ambiente en caso de que Sepides opte por voladuras para tirar abajo las chimeneas de hormigón de la coquería, en vez de por medios mecánicos.

La UTE formada por las compañías Erriberri y Afesa, adjudicataria del contrato de demolición, se encuentra en la recta final de la fase 1, la que abarca los trabajos de descontaminación y desmantelamiento de tanques y depósitos.

Son unas actuaciones prioritarias para evitar impactos negativos sobre el medio ambiente y que consisten en la limpieza, descontaminación y achatarramiento de los elementos siguientes: parque de tanques de benzol; parque de tanques de alquitrán, carga de camiones y depósito de purgas, parque de tanques de sulfúrico y sosa, slops de depósitos de aceite y fábrica de benzol.

Fuentes de Sepides sostienen que esta primera fase, que emplea a unos cincuenta trabajadores, acabará en marzo y, de forma simultánea comenzará la fase dos, que sumará treinta operarios más y que será la que borrará del "skyline" avilesino las antiguas baterías de coque de Ensidesa a excepción del gasómetro Este, el más próximo a Llaranes y único elemento que se salva de la piqueta tras una larga negociación entre el Ayuntamiento de Avilés y la propiedad.

Los gestores del Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA) tienen pendiente de presentar ante el órgano ambiental una adenda de modificación del proyecto de esta fase dos, en la que se deben detallar las instalaciones del gasómetro a mantener y las actuaciones que se pretenden llevara a cabo sobre ellas para asegurar la retirada o reducción de las sustancias peligrosas que puede contener.

Desde que comenzaron los trabajos de desmontaje, Sepides tiene que ir presentando ante la Consejería de Medio Ambiente una memoria de seguimiento ambiental de los trabajos. Dada la importancia y magnitud de esta obra, el Consistorio considera necesario que esta documentación sea remitida también al Ayuntamiento de Avilés, para "que los técnicos municipales puedan realizar un seguimiento detallado del avance de las obras" y así consta en la licencia concedida.

La sociedad que gestiona los terrenos de la extinta Ensidesa (Sepides) mantiene su previsión de acabar con la demolición a finales de 2023 o principios de 2024 y que la futura urbanización esté lista en la recta final de ese año. En esa bolsa de suelo liberado se pondrá en marcha un parque estratégico desde el punto de vista de la innovación y la sostenibilidad.

Suscríbete para seguir leyendo