Una multa a un barco asturiano tensiona las relaciones pesqueras con Cantabria

La buena vecindad pesquera de cántabros y asturianos, flotas hermanadas por sus comunes características e intereses, pasa por un bache como consecuencia de la imposición de una importante multa a un barco asturiano que fue denunciado el pasado agosto por faenar sin permiso dentro de aguas interiores de Cantabria. La sanción que recibió Rafael Rodríguez González, el armador del cerquero luanquín "Nuevo Santanina", sube a la poco habitual cifra de 13.100 euros, razón por la que el empresario ha removido cielo y tierra en busca de una "justicia" que no parece haber encontrado.

Fruto de la indignación por este "abuso" y temerosas de que se siente un peligroso precedente, las organizaciones pesqueras asturianas han cerrado filas con el damnificado y presionan a la dirección general de Pesca del Principado para que, salvo que el asunto se arregle, corresponda a la "agresión sancionadora" de Cantabria con la misma contundencia. Eso sería tanto como abrir una guerra en vísperas del inicio de la costera de bocarte (comienza el 1 de marzo), una situación que en la esfera de la Administración asturiana quieren evitar a toda costa porque "sería perjudicial para todas las partes".

Rafael Rodríguez admite en el relato de los hechos a este diario que, efectivamente, el 8 de agosto faenó sin permiso en aguas interiores de Cantabria y que en consecuencia asume que cometió una infracción y que debe ser sancionado. Lo que rechaza es que le graven con 13.100 euros (en la parte más alta de la horquilla sancionadora) "dado que no tengo antecedentes por pesca irregular ni la cantidad de pescado capturado (bocarte concretamente) era tan significativa o valiosa". Y es que según los reglamentos sancionadores de pesca, ya sea el de Asturias o el de Cantabria, en la cuantificación de la multa se deben tener en cuenta, entre otros factores, la reiteración de las conductas y el valor de la pesca realizada. "Yo asumo que cometí un fallo y estoy dispuesto a pagar por ello, pero no la barbaridad de 13.100 euros sino una cifra acorde a las que Asturias impuso en el pasado a barcos cántabros sorprendidos faenando sin permiso en aguas interiores asturianas, del orden de 3.000 o 5.000 euros, y esta última cifra en el caso incluso de barcos reincidentes", manifiesta el armador luanquín.

Volviendo al relato de los hechos, Rodríguez cuenta que el día de autos fueron muchos los barcos de cerco –vascos y gallegos, amén de los cántabros– que faenaron en las mismas aguas interiores de Cantabria que el "Nuevo Santanina". Es lo "normal" explica el patrón de la nave "cuando andas al bocarte y te mueves con el grupo allá por donde anda el pescado; en ese momento estás a pescar, en lo que menos piensas es en la posición del barco, en si te has metido unos metros o media milla en aguas interiores".

Pero, curiosamente, de todos aquellos barcos que pasaron la raya de las aguas interiores cántabras, el único que fue multado, que haya trascendido, fue el "Nuevo Santanina". Rafael Rodríguez se siente cabeza de turco y vincula el mazazo sancionados con un episodio precedente en aguas del Oriente asturiano: "Varios barcos cántabros fueron amistosamente advertidos de que estaban frecuentando aguas interiores asturianas, no tanto porque pescaran como por el daño que hacían a aparejos fijos allí fondeados. Pero insistieron y se les denunció, lo que deparó sanciones. Lo que me temo que ahora se hayan cobrado venganza a través de mi barco". El presidente de la Federación de Cofradías de Asturias, Adolfo García Méndez, confirmó la veracidad de este supuesto detonante de la tensión pesquera que agria la relaciones de Asturias y Cantabria.

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