La última entrega del tríptico musical de Boadella entusiasma en el teatro Palacio Valdés

El autor de "Malos tiempos para la lírica", contra "los sistemas dramáticos actuales"

Arriba, María Rey-Joly y Antonio Comas, ayer, en Avilés, durante el estreno nacional de «Malos tiempos para la lírica». | M.V.

Arriba, María Rey-Joly y Antonio Comas, ayer, en Avilés, durante el estreno nacional de «Malos tiempos para la lírica». | M.V. / Saúl Fernández

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Albert Boadella –lo explicó a LA NUEVA ESPAÑA– es mucho de ir "a la contra". Y esa actitud, que inició hace seis décadas, no la ha abandonado nunca; por supuesto, tampoco anoche, cuando el teatro Palacio Valdés, en Avilés, acogió con entusiasmo su tercer estreno nacional consecutivo: teatro musical, ópera y, ayer, zarzuela. Una zarzuela a su manera, a la manera de Boadella, es decir, para carcajearse del rock, del pop y de todo lo demás. "El teatro es un arte de exhibicionistas y yo cuando comencé lo que quería era exhibirme y exhibir aquello que pensaba de la vida", explicó Boadella. Y lo de anoche sigue esa línea, pero se circunscribe a la música. Como hizo cuando "¿Y si nos enamoramos de Scarpia?" (2019) o "Diva", los anteriores estrenos del clásico del teatro independiente.

La última entrega del tríptico musical de Boadella entusiasma en el teatro Palacio Valdés

Albert Boadella. | M. F. / Saúl Fernández

"Malos tiempos para la lírica" vuelve al enfrentamiento. En la primera parte de esta trilogía ponía sobre las tablas el enfrentamiento de hombres y mujeres (y hablaba superbién de Plácido Domingo). En la segunda, se centró en la Callas y en su vida triste a lo largo y ancho del mundo. "Malos tiempos para la lírica" es un canto al regreso de las esencias. La estrella (María Rey-Joly) vuelve a su maestro (Antonio Comas). Y descubre que su vida postiza, por ser postiza, no es vida.

Boadella y Martina Cabanas, que son los autores de la comedia musical –la llaman zarzuela–, tiran de la ironía para destrozar el camino trillado. Y esa ironía es la que se llevó el aplauso del público que se acercó anoche al Palacio Valdés para participar de una fiesta que la semana que viene llega a Madrid. El carro de la farsa de Boadella se aparca en los teatros del Canal el próximo miércoles. Y el tríptico musical presentado en Avilés tomará cuerpo como díptico el próximo día 15 ("Malos tiempos para la lírica" y "Diva").

"Lo que me tocó cuando empezamos con Els Joglars fue enfrentarnos con un régimen totalitario. En este sentido no hice más de lo que hicieron unos cuantos cientos de miles de españoles", reconoció a este periódico. Su tríptico musical lo cierra ahora con un claro objetivo: "Oponerme a los sistemas dramáticos actuales".

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