El Avilés enciende al Suárez Puerta con un valioso triunfo (2-0) en el descuento en una fantástica tarde de fútbol

Pablo Espina, de penalti, y Primo rubrican la victoria ante el filial del Valladolid y llevan la euforia al estadio, con más de tres mil aficionados

Jorge Valverde

Jorge Valverde

Avilés, 2-Valladolid Prom., 0

Real Avilés: Davo Armengol (1); Javi Fontán (2), Rodri Suárez (2), Álvaro Mayorga (2), Iván Serrano (3); Jorge Fernández (2), Edu Cortina (2), Natalio Lorenzo (1); Miquel Alorda (1), Primo Conde (2) e Isi Ros (3).

Cambios: César García (2), min. 65, por Miquel Alorda. Pablo Espina (2), min. 73, por Natalio. Juan López (s. c.), min. 86, por Jorge Fernández.

Valladolid Promesas: Yari Meykher (1); Íker Pérez (1), Adrián Gómez (1), Kike Ríos (2), Diego Moreno (2); Fran Rivera (1), Alberto Quintana (1), Mario Maroto (1); Manu Pozo (1), Cedrick Bikoue (2) y Roberto Arroyo (1).

Cambios: Fran López (1), min. 70, por Fran Rivera y João Pedro (1) por Manu Pozo. Slavy Ivailov (s. c.), min. 86, por Cedrick Bikoue y Eugene Frimpong (s. c.) por Mario Maroto.

Goles: 1-0, min. 91: Pablo Espina, de penalti. 2-0, min. 95: Primo Conde.

Árbitro: Ferrol Muñiz (Santiago de Compostela). Tarjeta amarilla para el local Edu Cortina y para los visitantes Cedrick Bikoue, Adrián Gómez, Íker Pérez y Alberto Quintana.

Suárez Puerta: 3.100 espectadores.

Con el último cuarto de campeonato en ciernes y cuando ya todo es cuestión de cortoplacismo, esta victoria del Real Avilés tiene un valor numérico como las demás, sí, pero la tasación anímica que conlleva es de muy difícil evaluación. En todo caso, supone un chutazo de autoestima para todos los estamentos del club, para los más de tres mil espectadores presentes y para los otros 75.000 avilesinos, censados, que no acudieron al coso de Las Meanas, pero que tendrán que empezar a pensárselo. 

En términos globales, el partido se desarrolló en un contexto de igualdad, empezando por la misma ambiciosa disposición posicional que eligieron Emilio Cañedo y Julio Baptista, sendos 4-3-3 que, no obstante, tampoco supusieron mayores preocupaciones para Davo Armengol y Yari Meykher, el guardameta pucelanista llegado desde las azotadas tierras de Ucrania. Durante gran parte del primer acto, fueron frecuentes las imprecisiones en el juego combinativo de ambos equipos, lo que se compensaba con efectivas e inmediatas recuperaciones tras pérdida. Ahí se afanaba Edu Cortina, mientras Iván Serrano cabalgaba por detrás de Isi Ros y peleaban Álvaro Mayorga y Rodri Suárez contra un bisonte como Cedrick Bikoue, ariete que horas antes del partido recibía el estímulo de la convocatoria con la selección sub-23 de Camerún. Solo entre Bikoue y sus extremos, Roberto Arroyo y el excovagondista Manu Pozo, suman 21 goles –más que cinco equipos del grupo y un manojo menos que el líder, Arenteiro–. Tal amenaza fue paralizada por la retaguardia blanquiazul, en la que incluso Cañedo se permitió el lujo de dejar fuera a Jorge Morcillo, prueba de la inflación que existe ahora para adquirir plaza en el equipo titular. 

Si hubo cierto desequilibrio antes del descanso, fueron las más prolongadas posesiones del Valladolid Promesas, que salió marcando el ritmo en los primeros minutos de la segunda parte. Ni unos ni otros terminaban por soltarse en ataque, faceta en la que lo más reseñable fue un lanzamiento de Íker Pérez en el minuto 62, no de gran apariencia, pero que Armengol se vio obligado a desviar con apuros a córner. La réplica realavilesina, nueve minutos después, corría a cargo de Isi Ros, cuyo centro-chut dio la sensación de raspar el poste. 

Pese a las escasez de intervenciones comprometidas en las áreas, seguía latente la sensación de que todo podía cambiar en el último cuarto de partido y un punto de inflexión estuvo en las entradas de César García y Pablo Espina, cuya primera acción relevante fue un pase que Isi Ros, dentro del área, estuvo cerca de prolongar hacia dentro de la red. Cuatro minutos después, en el 81, Primo Conde, siempre muy vigilado, salía de su zona de influencia para arrancar con poderío, ceder a Isi Ros y el remate final de César García lo sacaba Kike Ríos sobre la línea de gol. 

En pleno acoso blanquiazul, ante el que los pucelanos parecían claudicar, Javi Fontán combinaba con Pablo Espina, quien, una vez sobre la línea de fondo, sacaba un centro que Fran López interceptaba con las manos. Perfectamente ubicado, el árbitro, compostelano de apellido Ferrol, no dudaba, como tampoco Pablo Espina en la ejecución del penalti. Transcurría el primer minuto de la prolongación y, al quinto, apareció Isi, Isi, Isi, Isi... El murciano se hacía con el balón casi a la altura del lateral izquierdo, iniciaba el eslalon y, mientras los rivales iban cayendo como bolos, habilitaba para César García, el centro de este lo remataba Pablo Espina y, con el esférico sobre la línea, Primo Conde daba la estocada.

Por coronar lo que fue convulsa semana del "solo" y de la tilde, digamos que, ayer, en el Suárez Puerta, el Real Avilés no jugó "solo", pero fue el único que "sólo" consiguió la victoria.

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