"El impacto económico de la feria Principets es muy importante", defiende la Cámara de Comercio

El salón asturiano de mascotas se abre por todo lo grande en la misma semana en que se aprueba la contestada ley de Bienestar animal

Saúl Fernández

Saúl Fernández

El sonido de las pelotas cuando botan no les gusta nada ni a "Cale", ni a "Porto", ni tampoco a "Douro". Se ponen a ladrar y parece que sus gargantas, en realidad, son de animales gigantes, pero no es así. Los tres son teckels: los populares perros salchicha. Esa raza suya fue cazadora –de pequeños animales–, pero hace tiempo que se acomodaron en casa. En la de José Álvarez por ejemplo. Que es de Santa María, pero que antes vivió en Portugal, en la desembocadura del Duero. Precisamente el nombre de este río en portugués se le quedó a uno de sus tres perros. "Douro" y los otros dos saben lucir como nadie sobre uno de los pódios del salón asturiano de mascotas "Principets", que ayer abrió su undécima edición: Veintiséis expositores, mil concursantes y mil cuatrocientos animales bajo el amparo de la novísima ley de Bienestar animal, que trae tantos aplausos como rechazos de los profesionales que se la han leído.

Los tres teckels fardaron ayer mucho antes de ponerse a ladrar. Se dejaban acariciar, posaban para las foros como verdaderas estrellas. Daba gusto verlos. Daniel González, el presidente de la Cámara de Comercio, que es la entidad organizadora de la feria, explicó durante el recorrido inaugural por el pabellón de La Magdalena: "El salón Principets, este año, sorprende por la cantidad de gente que desde primera hora de la mañana. Es espectacular la acogida que está teniendo", subrayó. "El impacto económico de este encuentro, con mil personas de fuera, es muy importante", reivindicó. "Que en los días previos a Semana Santa tengamos los hoteles llenos es algo que, desde la Cámara de Comercio, tenemos que destacar", apuntó González.

La feria avilesina es un imán para la mitología cotidiana. Ahí estaba, por ejemplo, "Titán", que es un elegante galgo afgano –con cara de poeta maldito y con dos años– que Zaira Roldán, que es de Tineo, paseaba como si nada por las instalaciones del pabellón. "No es mío", aclaró al periodista. Su propietaria es la criadora polaca Dorota Lipinska, que vive en Mieres. No ha vencido oficialmente, pero sí se ha llevado la admiración del personal. Lo mismo que le pasa a "Quora", que es la mastina de Aitzeber Fernández, que tiene una peluquería para animales en León, y que ayer paseaba de la mano David Puente. "Se le pasó el tiempo de competir: tiene diez años", explicó. Pero quien tuvo, retuvo. Y "Quora" caminaba como una verdadera reina por los pasillos de Principets.

Puente defendió como "fundamental" la puesta en marcha de la ley de Bienestar animal esta misma semana. "Estábamos perdiendo el respeto a los animales y esta ley se los devuelve. Me parece, por eso, muy justa y necesaria", explicó el leonés que llevaba a la mastina de la peluquería Huellas By Quora. "Es una ley que otorga derechos a los que no los tenían", concluyó.

Marta García, de la asociación Alma Animal Asturias, sin embargo, no es de la misma opinión: Me parece incompleta cuando menos". Y señala, por ejemplo, que la ley haga excepción con los animales de caza. "Y, además, difícil de que se haga cumplir. Y tiene cosas absurdas", descargó. Una de estas cosas absurdas es la obligación de poner chips a las colonias callejeras de gatos. "Dice la ley que los ayuntamientos tienen que ponerlos a su nombre. ¿No sería mejor castrarlos?", se preguntó. "Es muy difícil de que se cumpla todo lo que figura en ella. Resulta que desde hace años es obligatorio que las mascotas tengan chip, pero ocho de cada diez no lo tienen", apuntó una de las impulsoras de un proyecto de acogida de animales. "Tú rellenas un cuestionario que tenemos en la red y nosotros ten encontramos el animal que se ajusta a tus necesidades. Y si no está en alguna de las casas que colaboran con nosotros, lo sacamos de los albergues municipales. Y así dejan de estar en jaulas".

En jaula no estaba "Zeus", el otro animal divino que se paseó ayer por el pabellón de La Magdalena. Su criador, el lavianés Francisco Ponce, llevaba la escarapela que certificaba que su animal era el mejor de su raza: Rough Collie. "Cuando vi ‘Lassie’ me enamoré de esta raza", confesó el criador que es otro de los muchos que rechazan la puesta en marcha de la ley de Bienestar. "No me parece bien, se olvida de nosotros", recalcó justo un instante antes de subirse al pódio de los tres teckels señoriales: "Cale", "Porto" y "Douro".

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