Rufo cuelga el chándal

El fundador del AD La Curtidora e impulsor del voleibol en los colegios se retira: "Hay cantera para rato"

Rufo Álvarez, en el centro, rodeado de sus alumnos de voleibol, ayer, en el patio del colegio público de Llaranes.   | MARA VILLAMUZA

Rufo Álvarez, en el centro, rodeado de sus alumnos de voleibol, ayer, en el patio del colegio público de Llaranes. | MARA VILLAMUZA / Saúl Fernández

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Rufo Álvarez se llega a la red de voleibol que divide en dos el patio del colegio de Llaranes. Los chavales corren en todas direcciones. Es el recreo. Acaba de explicar que "en los últimos 6 años" dio un millar de horas de voleibol a más de 15.000 alumnos de Primaria y la ESO. Los que están esta mañana con él son sólo un puñado: el último puñado. "Hoy cuelgo el chándal", cuenta. Tiene una larga vida pegada al deporte de cantera. "Ya es hora de dedicarme a mi nieto", cuenta. A él y "a pescar". Hace tiempo que no sale a pescar. Todos los días da clase de voleibol por los colegios avilesinos. Es el impulsor de este deporte en Avilés, desde hace más de treinta años, cuando él y unos cuantos fundaron el AD La Curtidora. "Me voy satisfecho: hay cantera para rato", reconoce.

Los chavales que le rodean esperan a la fotógrafa. Rufo les da las indicaciones pertinentes: tienen que coger los balones –son del club de Versalles– y en cuanto lo pida la fotógrafa lanzarlos al aire.

Rufo fue maestro en Gijón tres años. En Badalona, en Barcelona, otros cuatro. "Y todos los demás –veintinueve– en Avilés", recuenta. Se jubiló en 2012. "Soy especialista en Francés, pero daba Lengua, Matemáticas, luego Educación Física". Y en 1991 entró en La Curtidora. "Fui el presidente hasta 2008. Hace como veinte años entramos en divisiones nacionales y aquí seguimos", reconoce.

Se metió por el voleibol para dar una oportunidad a los que no servían para otro deporte. "Y poco a poco nos enganchamos: conseguimos clasificarnos, ganar torneos". Y hasta ahora.

En 2017, ya jubilado, comenzó la segunda vida con el voleibol. Esta vez, a base de pequeñas "masterclasses", por cada uno de los centros educativos públicos (en casi todos). Así se crea la afición y la cantera. "Es muy gratificante trabajar con los que antes habían sido mis alumnos", afirma contemplando a los guajes del Llaranes. Su último colegio.

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