El rincón del candidato en Avilés: Mariví Monteserín (PSOE), en El Pozón empezó todo

A la alcaldesa de Avilés la ficharon en el movimiento vecinal del barrio, se afilió tras el 23F y ha dedicado su vida a la política: "Cada vez que intento huir de ella, alguien me recoge"

Mariví Monteserín en el parque del Pozón.

Mariví Monteserín en el parque del Pozón. / MARA VILLAMUZA

Amaya P. Gión

Amaya P. Gión

Avilés

"Mi rincón de Avilés es este parque del Pozón, muy soñado y deseado por Manuel Ponga en su primer mandato y realizado en el segundo. Como era vecina de aquí, lo hemos disfrutado mucho él, Juana Mari [su mujer] y yo. Aquí hemos tenido muchísimas conversaciones sobre el futuro de Avilés, sobre la importancia de construir una ciudad mucho más saludable cuando la nuestra era una ciudad muy contaminada. Son amigos del alma que ya no están pero que siguen motivándome e inspirándome mucho".

En El Pozón y en su incipiente movimiento vecinal empezó en política la alcaldesa de Avilés y de nuevo candidata del PSOE, Mariví Monteserín (Boal, 1959), que inaugura la serie de semblanzas de los candidatos desde su rincón favorito de la ciudad. En el instituto ya mostraba madera de líder y Manuel Ponga y su esposa Juana Mari percibieron la ilusión de aquella adolescente de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) que asumió la vocalía de juventud de la asociación de vecinos del barrio. Allí fue donde la captaron, aunque tras estudiar Magisterio viajó por Italia para "profundizar en el conocimiento de ciudades educadoras" desvinculándose de organizaciones políticas. El intento de golpe de estado de Tejero, el 23F, marcó un antes y un después en su vida. Al día siguiente, también en El Pozón, se plantó en casa de sus amigos Juana Mari y Ponga y empezó un camino sin retorno. "Ha llegado el momento de afilarme al PSOE porque es el único partido que puede dar estabilidad a este país", les dijo.

Con el 23F como detonante, se afilió al partido en 1981 y, dos años después, fue la número 14 de la candidatura del Manuel Ponga a la Alcaldía, sin intención alguna de entrar en la Corporación. Pero el PSOE logró 17 concejales, convirtiéndose Monteserín en una de las concejalas más jóvenes de España e iniciando un camino sin retorno.

Eran aquellos tiempos de "mucha droga, de mucho embarazo no deseado" y Monteserín fue la primera política del país que repartió condones gratuitos. Corría el año 1985 y empezaba el movimiento para fomentar el uso del preservativo entre los jóvenes. "Hicimos un plan piloto, a nivel nacional, que luego desembocó en el ‘Póntelo, pónselo’. Había varias ciudades implicadas, el primer Pleno que lo aprobó fue el de Avilés y la primera que se puso a repartir los condones fui yo. Se montó un escándalo tremendo", rememora en uno de los bancos del renovado parque del Pozón.

A Monteserín le reprochan de izquierda a derecha que lleve "toda la vida viviendo de la política", pero ella sostiene: "Es que cada vez que intento huir, alguien me recoge". De ahí que su única experiencia profesional privada fuese como directora comercial de una empresa asturiana de fabricación de muebles, un empleo que compaginó con sus primeros años en la política municipal.

Cuando acabó aquella primera etapa suya en el Ayuntamiento, tenía la oferta de una empresa de servicios de atención a domicilio. En vísperas de la firma del contrato, una llamada telefónica desde Madrid alteró los planes. Elena Valenciano la reclamaba para trabajar mano a mano "con una joven de la ejecutiva", Leire Pajín, que necesitaba de su experiencia. Corría el año 1999, el de la victoria por un puñado de votos de Javier Fernández sobre el avilesino Álvaro Álvarez por el control del liderazgo del socialismo asturiano, y Monteserín ya estaba decidida volver a la empresa. Pero aquella joven Pajín la encandiló, y la ya exconcejala se mudó a Madrid para colaborar en la construcción del proyecto de José Luis Rodríguez Zapatero, en los tiempos del "No a la guerra".

Cuatro años después entró en el Congreso como diputada y a los dos días Alfredo Pérez Rubalcaba le encargó asumir las políticas de Igualdad. Y un auténtico reto: encargarse de la Ley de violencia de género. De sobra conocida es la aportación a las políticas de igualdad socialistas de la candidata avilesina, que presume de las amistades que conserva de todo el arco parlamentario y que es considerada un auténtico referente en su partido, como se encargan de destacar las ministras que visitan la ciudad.

Tras catorce años en el Congreso de los Diputados, en 2015, tenía las maletas casi a punto para poner rumbo a Colombia. Allí pretendía acabar su vida profesional, en el sector de la cooperación: "Es algo que me apasiona". Pero aquel también fue el año de una nueva huida frustrada de la política, dice. La llamada llegó entonces de Avilés con la propuesta de relevar a Pilar Varela como candidata del PSOE a la Alcaldía. "Vi cierta ilusión en mi entorno, entusiasmo en Manolo y Juana y no me arrepiento de nada. Eso sí, esta etapa ha sido mucho más difícil que la de mis inicios en el Ayuntamiento, ahora un deseo ciudadano tarda mucho más en hacerse realidad que entonces", lamenta.

Cree que una de sus principales virtudes es "saber escuchar" y dedica el poco tiempo libre que le deja el servicio público a reencontrarse con los muchos amigos que tiene repartidos por la geografía española. Gran lectora, tanto de ensayo como de novela, acaba de devorar "Como el polvo en el viento", de su amigo Leonardo Padura, y tiene entre manos "Esquivar la mediocridad". Esto último también se le da bien, dice, porque "el talento llama al talento y mi ventaja es que siempre me he rodeado de un talento muy superior al mío". Porque si hay algo que le gusta especialmente a Monteserín es "conversar y aprender". Con la misma ilusión de aquellos comienzos en ese Pozón cargado de buenos recuerdos navega en la campaña para su tercer mandato. Su padre Manolo le sigue dando consejos a sus 95 años: "Nena, no te agobies, que aquí va a quedar todo".

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