Entrevista |

"Nuestro deseo es no repetirnos, nos gusta meternos en camisas de once varas", dice Israel Solà

"Nacimos en plena crisis, poco a poco nos fuimos abriendo hueco, pero tardamos diez años en entrar en un teatro público"

Israel Solà.

Israel Solà.

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Israel Solà (Barcelona, 1984) es el director de la compañía La Calórica, que este viernes y sábado (ambos días, a las 20.00 horas) presentan en el Centro Niemeyer dos de los espectáculos que tienen en cartel: "Las aves", sobre el clásico de Aristófanes, y "Fairfly", una comedia sobre las nuevas tecnologías y el comercio. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.

–Lo mismo estoy confundido, pero me da que Aristófanes y las "startups" no tienen mucho en común.

–Somos una compañía catalana que nos formamos con el anhelo de trabajar la comedia y, a la vez, la crítica a los asuntos contemporáneos. Las dos obras que llevamos al Niemeyer tratan sobre los peligros de la política –hablo del populismo– y lo que esconden las compañías tecnológicas. En La Calórica hacemos creaciones contemporáneas, nuevas, aunque partan de un artículo de un periódico o una obra preexistente, como la de Aristófanes. Nuestro deseo también es no repetirnos, nos gusta meternos en camisas de once varas. Así que las dos obras pueden tener una distancia abismal en apariencia, pero sólo en apariencia. El espectador que no sigue es capaz de ver en cada uno de los espectáculos cierto tono "calórico".

–Son una compañía "de repertorio" cuando ya no hay compañías así.

–Nunca quisimos ser una compañía de repertorio, pero eso es en lo que nos convertimos. Nacimos en 2010, cuando el teatro estaba devastado, cuando nadie apostaba por el talento. Era la gran crisis. Ante esa situación nosotros optamos por hacer lo que nos apeteciera. Y a eso nos dedicamos. Poco a poco nos fuimos abriendo hueco, pero tardamos diez años en entrar en un teatro público. Y eso que teníamos un "Max". De repente, nuestros espectáculos empezaron a ser muy bien recibidos y resultó que teníamos tres o cuatro espectáculos vivos que podíamos hacer aquí o allá.

–Llevan unos meses con "Las aves".

–La semana pasada, en Vitoria. Hace quince días, en Valladolid. Uno de nuestros anhelos, como le dije, es la crítica social. Para cumplir este objetivo es necesario que nos vean, si no, nuestras obras se quedarían sólo como literarias y la cosa no va de eso.

–Pues el teatro no parece un medio de masas.

–Con "Las aves" estuvimos llenando el teatro Poliorama cada noche y conseguimos bajar la media de los espectadores a entre 20 y 30 años. El teatro sí que interesa, aunque no sea fútbol o el festival de Eurovisión.

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