Tenía solo 16 años, y su cuerpo fue hallado por un pescador en la playa de Salinas, a la altura de Los Gauzones, a primera hora de la mañana de este miércoles. Más tarde se localizarían en el otro extremo del arenal, a la altura del Balneario, parte de su ropa y pertenencias personales, como su cartera con su documentación. La joven, cuya identidad responde a las iniciales Y. Z. y que estaba tutelada por el Principado, se suma a la lista de suicidios de menores que no deja de aumentar en los últimos meses. La menor ya había realizado otros intentos previos, y de hecho el instituto en el que estudiaba había activado el protocolo antisuicidios para ofrecerle una mayor atención, según confirmaron las fuentes consultadas. El anterior intento, el penúltimo, fue el pasado mes de febrero, cuando tuvo que ser rescatada en un saliente rocoso bajo el mirador de La Peñona, cuyo acceso está cerrado desde diciembre.
Eran las 7.15 horas de la mañana de este miércoles cuando un pescador alerto a las autoridades de que en la playa de Salinas había un cuerpo sin vida de una joven. Efectivos de Guardia Civil y Policía Local de Castrillón se personaron en el arenal junto al forense. La joven, de rasgos asiáticos, no presentaba a simple vista signos de haber pasado muchas horas en el agua. Posteriormente, en una acción coordinada entre la Policía Local de Castrillón, la Guardia Civil y Policía Nacional se verificó la identidad y que llevaba ausentada desde el día anterior del centro que la tutelaba en Oviedo.
Según la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, en la tarde del martes, la menor no volvió al centro a la salida del instituto. Siguiendo el protocolo de fugas establecido en colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil, desde el centro se comunicó la desaparición y se procedió a su búsqueda, que no dio resultados.
También explicó que la joven permanecía desde 2021 en situación de acogimiento residencial por abandono familiar, maltrato emocional y exposición a episodios de violencia. "La situación emocional de la menor, fruto de las experiencias vividas durante periodos sensibles de su desarrollo, había llevado al Instituto Asturiano para la Atención Integral a la Infancia y a las Familias a coordinar actuaciones entre las administraciones implicadas (protección de menores, salud mental y educación) para abordar el caso e intentar minimizar su impacto", indicaron desde la Consejería.
Otras fuentes señalaron que la joven ya había pasado por otros centros de la Fundación Cruz de los Ángeles, y ahora estaba afrontando un proceso de normalización en una unidad familiar tras haber superado crisis graves de problemas de adaptación y de identidad.
También relataron que en el pasado había protagonizado algunos episodios de autolesiones de escasa gravedad, aunque las alarmas habían saltado cuando meses atrás una persona advirtió de la presencia de una chica en unas vías. Intervino la Guardia Civil, que la trasladó a Urgencias, sin que tuviera mayores consecuencias físicas. Sin embargo, a partir de ese momento, la atención aún fue mayor para tratar de evitar episodios similares.
Aun así, el pasado mes de febrero tuvo que ser rescatada de un saliente rocoso bajo el mirador de La Peñona, donde había accedido después de saltarse el cierre de seguridad. Hubo que bajar hasta dos metros cerca del agua, porque amenazaba con sumergirse en el agua.