Los Valencianos: una saga para quedarse helado

Román Guillem es la cuarta generación de la familia alicantina que lleva en Avilés desde hace casi un siglo

Román y Vanessa Guillem, responsables de la heladería Los Valencianos. | Ricardo Solís

Román y Vanessa Guillem, responsables de la heladería Los Valencianos. | Ricardo Solís

I. G.

Román Guillem es el responsable de Helados Los Valencianos, una firma con solera en Avilés. Es la cuarta generación de heladeros y pese a su juventud, 30 años, ha mamado desde niño su tradición familiar. Está al mando de las tres heladerías después de que su padre, Antonio, ha comenzado a tramitar su jubilación "tras cincuenta años" al frente. Estos negocios estacionales, abren de marzo a octubre, celebran aquel refrán que dice "cuando marzo mayea, mayo marcea", como ocurrió este año. Porque la venta de helados comenzó esta temporada con buen pie desde las primeras semanas. "Cuando sale el sol, a todo el mundo le apetece un helado", confirma Román Guillem, heredero de una saga que llegó a Avilés desde Ibi (Alicante) en 1926, la friolera de casi un siglo. Pese a todo, el nuevo responsable de Los Valencianos mantiene la "sangre caliente". "Noto la presión en la espalda, estar al frente de un negocio que abrió mi bisabuelo con doce pesetas..., tengo una ilusión gigante", afirma.

La historia de Los Valencianos es la historia de los Guillem, de cambios de residencia en función de la época del año, de adaptarse a los tiempos, de renovación, de cambios de la venta ambulante en carritos, a furgonetas, de aperturas de locales... y ahora, el pequeño de los Guillem prepara mucho más que cucuruchos y tarrinas y elabora helados moldeados para banquetes y bodas con mil y un formas: esferas, cuadrados,...

El bisabuelo de Román, también Antonio, llegó a Gijón con 18 años con una "garrafita" de helado para la venta ambulante. Vio que allí había varios competidores y se trasladó a Avilés, donde también vendía helados. "Y en invierno vendía castañas asadas", relata su bisnieto. Pronto llegó a tener presencia en las romerías de la comarca, para refrescar a los asturianos de una zona que no imaginaba que décadas después recibiría a miles de trabajadores de medio país con Ensidesa y otras factorías. Los vástagos de Antonio, Fernando y Antonio hijo, tomaron el relevo y modernizaron el sistema con furgonetas DKV y en la década de los sesenta, con Ensidesa a pleno rendimiento, abrieron la heladería de Rivero. Ya venden helados en kioscos, en carritos, en furgonetas y empiezan a comprar congeladores para la venta de helados en restaurantes. "Cuando llegó el trailer con las neveras, mi bisabuelo se echaba las manos a la cabeza, tiempo después. al ver que aquello fue un acierto, se quedó más tranquilo", relata Román. Su padre, Antonio Guillem, cogió el testigo y amplió el negocio con presencia también en las playas. Los Valencianos cuentan con tres heladerías en Avilés y otra en Mieres.

El 1 de abril de 2021 falleció Antonio Guillem, abuelo de Román. Su nieto guarda un cariñoso recuerdo de uno de los impulsores de la saga familiar: "Recuerdo que le decían: cuando llega Antonio ‘el valenciano’ llega el verano". Y así era, como también su padre, Antonio, que era el encargado de hacer los mantecados del "Quirós", esa creación avilesina inspirada en el café irlandés.

Ahora, Vanessa Guillem, prima de Román, e hija de Fernando, dirige la gestión de las heladerías junto a su primo, para continuar una vieja tradición que ha vendido decenas de miles de helados a los avilesinos y a los visitantes en casi un siglo de vida y todo con sello de Ibi, pero con un marcado acento y sabor avilesino. "Llevamos aquí toda la vida", concluye Román Guillem.

Suscríbete para seguir leyendo