Piedras Blancas apura sus últimos días de fiesta

El mercado medieval se convirtió en el protagonista absoluto del domingo

Imagen del mercado medieval de Piedras Blancas

Imagen del mercado medieval de Piedras Blancas / LNE

Laura Otero

Ayer la calle Pablo Iglesias y la plaza de la Constitución de Piedras Blancas, rezumaban un cóctel de olores a rosquillas, gastronomías varias, inciensos y madera quemada de los más de veinte puestos del mercado medieval de la ciudad. Saludos entre vecinos y los dueños de los puestos más veteranos, miradas curiosas coqueteando con los productos que ofrecía cada caseta y paradas obligatorias en alguna de ellas. Un evento para todos los públicos, no solo albipetrinos, si no gente de toda Asturias e internacionales, disfrutaron de la cita.

Fue el caso de Mari Nieves Villanueva, Asunción Pozo y Mel Vinagre, tres mujeres que vinieron de Oviedo, y que ayer fue primer día en las fiestas: "Estamos aquí para desconectar de la cocina, de casa y de todo y para pasar un día agradable. Además estamos muy contentas porque el tiempo nos ha respetado y hay cosas muy guapas en los puestos". También disfrutaba del ambiente una pareja de Avilés. Mar García y Fermín Fernández, que llevan dos días sin perderse las fiestas: "Nos pareció impresionante el ambientazo que hay, tengo 63 años y no viví espectáculo como el de la orquesta del sábado, la misión. Trajeron luz, color, acrobacias... Hoy venimos a ver el mercado y a Panorama".

Por supuesto también hubo presencia de gente de la villa, como fue el caso de Ana Belén Fernández, que acudió acompañada de su familia: "El balance de las fiestas, de momento es muy positivo. Siempre suele llover y esta vez el tiempo nos ha acompañado". No obstante, comentaba Fernández, que sí se había notado un pequeño bajón de gente con respecto a otros años, por la coincidencia con otras fiestas de otras ciudades Asturianas.

Del otro lado, el de detrás de los puestos, hubo opiniones variadas a la hora de hacer valoración en cuanto a ventas. Jose Antonio de Rosquillas don Pepiño, uno de los vendedores más veteranos, afirmó: "El comportamiento y la afluencia de gente bien, pero de momento estoy registrando pérdidas este año. Y como yo, muchos compañeros. Empezamos el viernes y yo de momento llevo de pérdidas 1.500 euros, que para mí es mucho dinero". Por su parte, Gustavo Marín, que regenta un puesto de artesanía de resina y madera, cuenta: "Estoy contento con lo que estoy vendiendo. Hay buena afluencia de público, buena venta, mi balance es positivo".

Todavía queda el lunes, donde se espera más ambiente para el colofón final de las fiestas, que se celebrará con fuegos artificales y la comida popular en la calle.

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