La defensa de Natalio Grueso advierte: "Si entra en la cárcel, su vida corre peligro"
Un psicólogo refiere que el ex gestor del Niemeyer muestra "recurrente ideación suicida" y otro médico desaconseja el ingreso por su frágil salud

Natalio Grueso abandona la cárcel tras finalizar su estancia dentro de la misma en la anterior ocasión que fue privado de libertad. / MIKI LOPEZ
La representación legal de Natalio Grueso, el que fue director general del Centro Niemeyer entre 2007 y 2012, ha advertido en instancias judiciales del "grave peligro de muerte" que corre el gestor cultural si ingresa en la cárcel para cumplir la condena de 8 años de reclusión que le fueron impuestos por sentencia firme de fecha 6 de abril de 2023. Pese a documentar desde el punto de vista psicológico y médico ese "grave peligro de muerte" como razón de peso para conceder a Grueso la suspensión cautelar del ingreso en la cárcel en tanto se resuelve el indulto solicitado al Gobierno, la sala de vacaciones del Tribunal Superior de Justicia de Asturias se mantuvo firme en ordenar la ejecución de sentencia. Es más, al no haber sido localizado el penado para notificarle la orden de ingreso en un centro penitenciario se ha puesto a Grueso en el listado de personas en busca y captura.
En el último recurso de apelación que presentó el despacho Vox Legis en nombre del ex director del Niemeyer pidiendo la suspensión cautelar de la orden de ingreso en prisión –solicitud que fue denegada–, el abogado Francisco Miranda hace ver que el ingreso en la cárcel de su representado "pudiera causarle una severa e irreversible merma de sus facultades físicas o mentales o, en último término, llegar a materializarse las ideas suicidas que presenta".
La tesis de que la vida de Natalio Grueso corre peligro si acaba entre rejas está avalada por sendos informes, uno médico y el otro psicológico. El primero detalla que "como consecuencia de las tensiones personales derivadas del proceso judicial y la estigmatización por la opinión pública, Natalio Grueso sufrió una situación que desembocó en una enfermedad que le causó serias secuelas físicas que aún hoy están presentes". Hace cinco años, prosigue el relato médico, "fue diagnosticado de una grave enfermedad hepática que obligó a derivarlo a un centro de cuidados paliativos por no augurarle los médicos más de seis meses de vida".
Afortunadamente, un tratamiento liderado por médicos especialistas y una compleja operación quirúrgica mejoraron el pronóstico y una sustancial mejoría de la salud de Grueso. "Ahora bien, a criterio médico no hay más margen de mejora y es posible que la enfermedad progrese en los próximos meses pudiendo llegar a fallecer de esa patología. Es por tanto imprescindible para evitar la pérdida del delicado equilibrio de la salud [de Grueso] que el condenado pueda mantener la dinámica de vida actual y los extremos cuidados y cautelas que sigue. Esto resultaría imposible dentro de un centro penitenciario", concluye el argumentario médico.
Al margen de esa frágil salud física, la mental no es mucho mejor, según opinión psicológica experta. "El condenado sufre un severo trastorno por estrés postraumático derivado de un acontecimiento vivido en su anterior ingreso en prisión, donde se sintió amenazado y humillado física y emocionalmente. Ante la idea de un nuevo ingreso la persona reacciona con mucho temor, desesperanza y un horror intenso".
El paulatino agravamiento de esas secuelas, prosigue el psicólogo, "han causado al señor Grueso un episodio depresivo donde lo más característico es la ideación suicida con un plan específico para quitarse la vida y una temporalidad marcada". Dicho comportamiento se intensificaría "a medida que se acerca la posibilidad de su ingreso en prisión". El profesional que firma el informe psicológico señala la necesidad "urgente" de evaluar la posibilidad de suicidio y poner en marcha medidas terapéuticas sin demora, "y es conocida la dificultad de ejecutar dicho plan en el interior de la prisión". Y concluye: "Esta persona se encuentra en una situación de riesgo extremo para su propia integridad".
A juicio de la defensa de Natalio Grueso concurren motivos "suficientemente importantes" –la propia vida del condenado– para suspender la ejecución del ingreso en prisión en tanto se resuelve en instancias gubernamentales la solicitud de indulto que fue cursada y que tiene el aval de personalidades de renombre de la cultura.
En esta colisión de intereses –la necesidad de hacer cumplir las condenas y la protección de la vida–, la jurisprudencia, según hace ver el abogado Francisco Miranda, se suele poner del lado de la segunda. De ahí la contrariedad que manifiesta el letrado por la denegación de la solicitud de aplazamiento del ingreso en prisión, una petición a la que incluso se adhirió el Ministerio Fiscal. La previsión del letrado es recurrir en los próximos días la orden de busca y captura cursada para la detención de Natalio Grueso y seguir apurando las opciones legales para frenar su encarcelamiento.
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