Los barrios de Avilés son el termómetro que marca cómo vive y respira la ciudad. Un medidor que en la villa lo encarnan las asociaciones de vecinos, esas que en su mayoría resisten a base de la tenacidad de sus miembros, aunque echan en falta mayor implicación vecinal y relevo generacional. Apostar por revitalizar el carácter asociativo de los barrios es uno de los objetivos que la ciudad tiene por delante. En estos primeros cien días de gobierno municipal encabezado por PSOE y Cambia Avilés, las asociaciones de vecinos hacen una valoración de los cambios que han experimentado sus barrios y de lo que aún queda por hacer.
Mejoras en la cancha de fútbol sala y en un badén en la calle Valdés Salas por la presencia de escolares en la zona, o el retraso de las obras del colegio Marcelo Gago son algunas de las cuentas pendientes en el barrio avilesino de La Magdalena. Demandas de una asociación de vecinos que cambia de mando tras tres años presidida por Manuel García. "La valoración de la relación entre Ayuntamiento y vecinos es positiva, aunque se puede explotar diez veces más", asegura García, quien anima al Consistorio a proponer más actividades en los barrios. "Es algo que da una vida increíble a los vecinos y fomenta el sentido de comunidad. Un Ayuntamiento con todas las asociaciones funcionando a pleno rendimiento es una ciudad imparable", añade.
Entre las mejoras experimentadas por La Magdalena destaca su parque, algo que contrasta con el estado en el que se encuentra el centro social. "Hay que derribarlo entero. Es pequeño y viejo y necesitamos uno nuevo", denuncia García.
Otros que presumen de flamante parque son los vecinos del barrio de Versalles, quienes cuentan que, tras conformarse el nuevo gobierno, se han ejecutado algunas peticiones que venían de la anterior legislatura como "el asfaltado de la calle Pelayo o las obras de la calle de La Paz, que sufrirá un cambio espectacular", indica Antonio Gil, presidente de la asociación de vecinos Versalles-Marcos del Torniello. De cara al futuro, los vecinos piden facilitar un acceso seguro de los alumnos al colegio Público de Versalles ampliando la acera.
El parón veraniego y la resaca de las elecciones generales también ha marcado la actividad municipal. Uno de los lastres según los vecinos que han impedido que se acometan las mejoras prometidas. "Ahora empieza lo bueno y es cuando hay que empezar a demostrar", recalca Sergio Sanzol, presidente de la asociación de vecinos de Jardín de Cantos. El renovado centro social al servicio de los vecinos e inaugurado antes del verano es una de las novedades que agradecen en el barrio. "Es un avance para hacer todo tipo de actividades que empezaremos en octubre", añade al tiempo que recuerda el trabajo que el Ayuntamiento aún tiene pendiente como es el asfaltado de alguna calle. "Los vecinos reclaman el asfaltado del camino viejo de Pravia, a la altura que conecta con el club de tenis", indica Sanzol.
Y de los centros sociales renovados y los flamantes parques de algunos barrios de Avilés a otros como el de Valliniello, en el que los vecinos denuncian el abandono que sufren por parte del consistorio. "No hemos visto mejora sustancial a ninguno de los problemas del barrio. La carretera es un peligro para los vecinos que en ocasiones salen directamente del portal a a carretera y en cuanto a telecomunicaciones es un barrio tercermundista. Solo tenemos fibra óptica en la carretera principal del pueblo", demanda Alberto Velasco, presidente de la nueva asociación de vecinos del barrio.
A la espera de que terminen de formarse los consejos de participación ciudadana y una vez se pongan los presupuestos municipales sobre la mesa, los vecinos de Avilés confían en ver avances ahora que el nuevo curso político echa andar.