Sara Baras, bailaora, llega a Avilés: "Mi padre es una de las personas que más me ha enseñado, por eso este espectáculo es un regalo para él"

Una carta de amor a su padre. Con esta declaración de intenciones se sube Sara Baras a las tablas del Centro Niemeyer el próximo sábado 28 de octubre con su último espectáculo "Alma". Una combinación de boleros con palos tradicionales del flamenco que va más allá de la música y que impregna la coreografía, el espacio y el vestuario. Dos registros que se hermanan y que llegan a Avilés tras pasar por Madrid, Málaga o Londres. Con una dilatada carrera a sus espaldas, la bailaora gaditana tiene aún mucho por hacer

-Madrid, Málaga, Londres y ahora Asturias. ¿Qué se va a encontrar el público en "Alma"?

-Se va a encontrar un espectáculo que fusiona boleros y flamenco y que va dedicado a mi padre, que era un enamorado de los boleros. Son boleros conocidos que se fusionan no solo en el aspecto musical, también en la escenografía, la coreografía y el vestuario. Es alma de bolero con corazón flamenco.

-¿Por qué se lanzó con esa mezcla?

-Mi padre era un enamorado de los boleros y siempre hablábamos de la dificultad que tiene el diferenciar los palos del flamenco. Empezó casi como un juego, si coges una melodía que conoces y la metes en este ritmo acaba representando este palo del flamenco. Acabó siendo algo muy interesante el poder trasladar una melodía de siempre a un palo del flamenco tradicional, nos ha aportado mucho a la hora de crear.

-"Alma" es un homenaje a su padre. ¿Qué papel ha jugado para dar forma al espectáculo?

-Su influencia desde el principio de mi vida ha sido muy importante. Ha sido una de las personas que más me ha enseñado. Era un regalo para él y adquirió otro sentido porque falleció después de estrenarlo. Le dio otro significado a la palabra alma. Aprendimos a sentir a las personas que no están mediante su pérdida y en el espectáculo se crea una energía preciosa que ha hecho que se convirtiera en algo más fuerte. Además, mi padre eligió conmigo los boleros, pero no tuvo oportunidad de verlo en directo, de hecho, él murió cuando estábamos en Gijón representando "Alma". Fue uno de los momentos más duros de mi carrera.

-Un momento difícil que no impidió que se subiese al escenario...

-Salí al escenario porque se lo prometí a él. No sé cómo lo hice. Es superimportante la ayuda de las personas que tengo alrededor y me siento muy agradecida y además, es muy importante el respeto que le tengo al público, al que le debemos todo. Mi compañía lleva 25 años soñando y haciendo soñar y se mantiene gracias al público. Todo eso junto hizo que esa fuese una de las actuaciones más importantes de mi vida.

-¿Y qué me dice de su madre, que también fue su maestra desde los 8 años?

-Ha sido la que me ha enseñado a amar el mundo del arte, la que me ha enseñado a amar el flamenco, a respetar y luchar por lo que quiero. Con ella aprendí a bailar y por ello le debo todo. Me descubrió todo u mundo y es una suerte poder trabajar en algo que te apasiona. Por eso nunca tendré palabras para agradecerle que me haya enseñado tanto.

-Lleva 25 años con su propia compañía, ese proyecto por el que ha llegado a decir que la tildaban de loca. ¿Qué balance hace?

-Son 25 años sin parar de aprender, de crecer, de compartir, de luchar... hay una entrega total y mucha pasión pero también mucho trabajo. Creo que es la cuarta vez en esta entrevista en que doy las gracias, pero es verdad que me siento muy agradecida a todas las personas que me han ayudado y que han confiado en mí. Aunque mi nombre sea el primero que se ve somos un equipo muy grande que entregamos el cien por cien.

-Su arte es conocido en Nueva York, Londres, París... ¿Cómo se vive allí el flamenco?

-Creo que emociona muchísimo sentir cómo valoran fuera de nuestro país parte de nuestro arte. Esto es gracias a artistas como Paco de Lucía, Camarón, Gades, Carmen Amaya o Enrique Morente. Son artistas que han puesto el mundo del flamenco como una arte grande. Ahora vas de gira y la gente le tiene un respeto y un cariño a nuestro arte que emociona. Tenemos la responsabilidad de no bajar la guardia para poder llevar este arte donde se merece.

-¿Qué momento diría que atraviesa el flamenco?

-Hay mucha facilidad para que el flamenco llegue a cualquier parte del mundo. Podemos hacer un directo con el otro lado del mundo y ver todo tipo de bailes, eso enseña mucho. Además, creo que hay un nivel muy bueno de artistas. Lo que siempre digo es que no hay que olvidarse de los clásicos gracias a los cuales nosotros podemos estar aquí. En el flamenco es obligatorio dejarse llevar por lo que uno siente pero sin olvidar las raíces.

-Con 14 años le dieron el galardón Gente joven de Televisión Española y desde ahí no ha parado de cosechar éxitos ¿Le queda algo por hacer?

-No es algo que me quede por hacer, pero sí es algo que quiero continuar y es la lucha activa. Soy madrina de la asociación Mi princesa Rett, de afectadas por el síndrome de Rett, patología genética que afecta principalmente a niñas. Es una asociación de padres luchadores a los que me enorgullece poder ayudar. Y profesionalmente, gracias a que mi baile nos da la oportunidad de poder seguir entregados podemos ayudar en causas solidarias tan importantes.

-Con una trayectoria tan dilatada como la suya es un espejo en el que se miran muchas niñas. ¿Es una responsabilidad?

-Por supuesto. Intento transmitir valores como el respeto, la disciplina, el trabajo en equipo, la entrega, la superación... por eso es una responsabilidad, pero, por otro lado, está el orgullo de saber que puedes inculcar cosas muy positivas a la gente que está empezando.

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