Luxemburgo da un respiro a Alu Ibérica: no tendrá que pagar 31 millones de euros

Un tribunal de la capital centroeuropea desestima la demanda que presentó Traxys Europe

Vista de las instalaciones de Alu Ibérica.

Vista de las instalaciones de Alu Ibérica. / Miki López

Saúl Fernández

Saúl Fernández

La justicia de Luxemburgo da un respiro a los administradores concursales de las dos Alu Ibérica –la de Avilés y la de La Coruña–, las antiguas fábricas de aluminio que había adquirido, en última instancia, Víctor Rubén Domenech, que actualmente está siendo investigado por la Audiencia Nacional como principal responsable de una trama de expolio de estas empresas y la presunta comisión, a continuación, de los delitos de insolvencia punible, apropiación indebida, contra la seguridad de los trabajadores, estafa agravada, pertenencia a grupo criminal, fraude en las subvenciones y blanqueo de capitales.

Este respiro llega a los despachos de los administradores concursales porque el Tribunal de Comercio Número 2 de la capital centroeuropea ha desestimado en su totalidad la demanda que había presentado Traxys Europe contra las dos Alu Ibérica, es decir, que ninguna de las antiguas plantas de aluminio tendrá que abonar los 31 millones que reclamaba el proveedor no atendido.

Tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA en su edición digital de ayer, la pretensión de la empresa con domicilio en Luxemburgo era que la justicia ordenase la ejecución forzosa del contrato de compraventa de 27 de enero de 2020, del contrato de novación (modificación) de 9 de julio de 2020, del contrato denominado "Acuerdo de Compra" del primero de julio 2020 y el contrato de compraventa del 11 de febrero de 2021. En caso contrario, reclamaba al Tribunal que las dos fábricas le abonasen daños y perjuicios. Además, pidió el pago de las costas procesales (10.000 euros).

En la primera demanda que había presentado Traxys su petición era más alta (al final, de 31 millones de euros). Durante el desarrollo del pleito, la compañía luxemburguesa renunció a parte de la reclamación original, principalmente por un error en la valoración del contrato del 11 de febrer.o. Por eso terminó bajando 13,9 millones.

El Tribunal de Comercio deja todo esto sin efecto: ninguna de las dos Alu Ibérica tiene que pagar nada, las costas las debe asumir Traxys Europe y, además, cada una de las dos fábricas va a recibir 1.500 euros en concepto de molestias. Todo esto ha satisfecho a los administradores concursales. "Aunque está abierta la posibilidad de apelar", respondieron los de Avilés a LA NUEVA ESPAÑA.

Traxys había firmado un contrato con las dos Alu Ibérica –en la época en que estaban dirigidas por Domenech y por sus colegas investigados por la Audiencia Nacional–, un contrato que, como otros en la época, no se cumplieron. Traxys asegura que los demandados (las dos Alu Ibérica) habían violado "su obligación de entrega un determinado número de toneladas de aluminio".

Lo que hace la sentencia, interpretan los administradores concursales, es constatar que ninguno de los documentos que presentó Traxys prueba que hubiera sufrido "costes por almacenamiento". Además, añaden, la demanda de la empresa Traxys "está llena de incoherencias". Señalan también que la documentación que ha analizado no permite establecer "ni el número de toneladas contractualmente acordado, ni la cantidad de toneladas de aluminio no entregadas por las demandadas".

En la sentencia también se constata que Traxys "no acreditó una obligación de las demandadas de vender y entregar una cantidad de aluminio". Tampoco acreditó que esta obligación no se hubiera llevado a término. 

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