Unas fiestas del Cristo del Socorro de Luanco de arte y tradición con chupinazo digital

La creadora Rosa Somoano repasa la historia de Luanco con la visión de su infancia y anima a participar en la celebración

Rosa Somoano tras dar al botón del chupinazo.| Mara Villamuza

Rosa Somoano tras dar al botón del chupinazo.| Mara Villamuza / Marián Martínez,

Marián Martínez

Marián Martínez

Luanco

Tradición y modernidad se dieron ayer la mano en las fiestas del Cristo del Socorro de Luanco. Fue con el pregón de Rosa Somoano rememorando su infancia, en una intervención plagada de recuerdos a sus vecinos de entonces, "cuando no teníamos de nada", que culminó con un chupinazo lanzado por ella misma en remoto, apretando una tecla. Sonó con fuerza en el cielo luanquín minutos antes de que el coro "Aurum", dirigido por Elena Rosso, entonara las primeras habaneras, esa canción marinera tan popular que en estos días se escuchará en los chigres de la capital gozoniega.

El alcalde, Jorge Suárez, fue el encargado de presentar a la pregonera en el salón de actos del IES Cristo del Socorro, que los vecinos de la localidad llenaron al completo. El regidor animó a todos los luanquinos, a los gozoniegos y a cuantos visiten el concejo en estos días, a "juntarse en los chigres, a hablar, conversar, a cantar", y festejó al "bendito Cristo del Socorro, que nos devuelve a la realidad no virtual".

Ya con los atributos de pregonera de las fiestas en su poder, Rosa Somoano, mujer de una familia "siempre unida a la mar", docente ya jubilada y perenne activista cultural, tituló su discurso de manera sencilla: "Mi vida en Luanco". Cofundadora de la asociación "Reina de los mares", y coordinadora general de Asturias de la asociación Philippe Cousteau, es además belenista y lleva tres lustros decorando el entorno de la Torre del Reloj de Luanco en las fiestas navideñas. Su pasión es Luanco, el pueblo de su padre y al que ella llegó con solo un mes de vida y del que ya no se fue.

Su intervención comenzó con un sentido recuerdo a Ignacio, el médico, "el que curó a nuestros hijos y cuya pérdida Luanco entero sentirá", afirmó, arrancando un fuerte aplauso de todos los asistentes.

Un Socorro de arte y tradición con chupinazo digital

Público asistente al pregón del Cristo del Socorro. / Mara Villamuza.

Las fiestas del Santísimo Cristo del Socorro "son las más entrañables y sentidas por los luanquinos", porque según la leyenda, el 5 de febrero de 1776 salvó de morir ahogados a decenas de marineros que navegaban cerca de la costa gozoniega.

Rosa Somoano hizo mención a aquellos marineros de mediados del siglo pasado, como "Melilla", "Roxín", "Matapez", "Coronel"...", a las fábricas conserveras y sus sirenas para anunciar las horas de entrada y salida, de las integrantes de una pequeña cooperativa, o la oportunidad que supuso la instalación en Luanco del Instituto de la Marina, que hizo posible que muchos jóvenes pudieran estudiar, entre ellos su padre, Marcelo "Catalán", aunque no era catalán. Habló también de la escuela de Olvido, la de Basilio, y la de los mayores, donde hacían fila para las vacunas y hacía mucho frío. Una época aquella "en la que todo era pecado" y la mayor diversión ya en la adolescencia "era ir del cine de abajo al de arriba", y alegrarse si la censura permitía ver la película que se proyectaba.

Así discurrieron los 45 minutos de un pregón que recordaba el Luanco del siglo pasado, y que sirvió también para que la pregonera pidiera al alcalde la recuperación de algunas actividades, por ejemplo en el muelle.

Las fiestas continúan hoy con el Certamen de la canción marinera y habanera de Luanco, a las 21.00 horas. Las verbenas serán el 2, 3 y 4 de febrero con las orquestas "Waykas", "Asturumm" y "Tekila", y el próximo sábado será el XVII Trofeo "Ayuntamiento de Gozón" de fútbol, con un duelo entre los veteranos de Gozón y del Caudal.

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