Los jóvenes gitanos de la comarca de Avilés, cada vez más motivados por su formación

La Fundación Secretariado Gitano, que en 2023 atendió a 183 estudiantes, destaca el creciente interés de las madres por reemprender sus estudios

Alumnos de las clases de apoyo escolar del Secretariado Gitano en Corvera; la segunda por la derecha, Olga Heredia, la profesora. | Mara Villamuza

Alumnos de las clases de apoyo escolar del Secretariado Gitano en Corvera; la segunda por la derecha, Olga Heredia, la profesora. | Mara Villamuza / Christian García

Desde el año 2000, la Fundación Secretariado Gitano de Asturias atiende a estudiantes de la comarca de Avilés en sus necesidades educativas y formativas. Durante el pasado año, los diferentes programas de la entidad han prestado servicios de apoyo a 183 jóvenes que cursan estudios de educación Primaria, Secundaria y postobligatorios. Además, hasta 124 familias también han contado con la asistencia de los profesionales de la fundación, y 26 centros educativos han llevado a cabo colaboraciones en forma de talleres y coordinación. Las cifras suponen un gran avance, ya que el número de jóvenes gitanos que han decidido continuar con sus estudios han aumentado con el paso de los años, a pesar de que la entidad señala el handicap de "la falta de referentes".

Olga Heredia, técnica de intervención en Corvera, explica que la situación "ha mejorado mucho" respecto a años anteriores. Y es que, mientras que anteriormente el objetivo era que los estudiantes "se graduasen en Secundaria", ahora ya se ha superado y la intención es afianzar la presencia en estudios superiores. En ese sentido, el Secretariado Gitano atiende a 22 jóvenes de la comarca que cursan Formación Profesional o grados universitarios, pero destaca que esa cifra atiende a los que prestan ayuda ya que "tenemos constancia de otros casos". Sobre su salida laboral, Heredia puntualiza que una "buena noticia" es que, una vez se gradúan y salen al mercado, "trabajan en lo que han estudiado".

Entre esos casos se encuentra Belén García, que estudió el grado de Magisterio y actualmente ejerce como profesora en Castrillón dentro del Secretariado Gitano. Otros casos reseñables, tal y como enfatiza Heredia, son dos alumnos de Corvera de los que la técnica afirma estar "muy orgullosa" puesto que, tras graduarse en Secundaria, actualmente cursan Bachillerato y uno de ellos acaba de recibir el primer premio al esfuerzo del Principado. "En algunos casos intervenimos y detectamos las necesidades para poder darles alternativas y que sigan avanzando", comentan Heredia y Gutiérrez, en referencia a la orientación que realizan junto a los estudiantes de Bachillerato y de Formación Profesional. "El hecho de crear vínculos con los alumnos y con las familias es importante", comenta la orientadora.

Entre los handicaps que sigue encontrándose el estudiantado gitano está la falta de referentes. "La motivación nace de los modelos a seguir", explica Heredia, que pone de ejemplo la colaboración con el colegio de Los Campos para trabajar en las expectativas a futuro del alumnado puesto que en diversos talleres comprobaron que "no se veían apoyados para seguir avanzando". Mediante encuentros con personas de la comunidad gitana que han desarrollado estudios superiores, se ofreció una "nueva perspectiva" a los alumnos de secundaria.

Además de las aulas de apoyo, el Secretariado Gitano lleva a cabo una labor "clave y básica" como es la de coordinación con los centros. "Es la que más se demanda", señala Margot Gutiérrez, orientadora educativa de la entidad en Avilés. En concreto, explica que es una forma de ejercer de "de puente" entre el alumnado, el centro y las familias, y es que con el entorno más próximo de los estudiantes también se realiza trabajo en forma de talleres formativos. "Se trata de aplicar una metodología personalizada a las necesidades y demandas. Para trabajar la parte educativa es necesario controlar la parte conductual y emocional", apunta Heredia.

Precisamente, tanto Heredia como Gutiérrez señalan la gran implicación de las familias y el aumento de la demanda para recibir orientación y formación. En ese sentido, la orientadora de Avilés pone en valor el interés creciente de las madres por contactar con la fundación, recibir asesoramiento y también animarse a formarse educativamente. "El principal escollo que tienen las madres gitanas para estudiar no es la motivación, sino la falta de medios y la conciliación", apunta Gutiérrez. Por ello, desde la fundación se les ofrecen alternativas para que "se motiven".

"Algo importante es la brecha digital", afirman. Pese a la voluntad de las madres por estudiar, la falta de competencias acentúa la desigualdad. "En la pandemia se evidenció el no disponer de habilidades", comenta Andrés García, coordinador de la Fundación en Avilés. Por ello, la entidad también organiza talleres de formación digital y, cuando es requerido, se prestan equipos informáticos. "Es muy relevante que nos mostremos accesibles para que las familias confíen y acudan a nosotros para tratar de solucionar estas necesidades".

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