La innovación española, a debate en los Cursos de La Granda: "Sobra postureo y falta enfoque social"

"Si la innovación fuera olímpica, no ganaríamos ni la medalla de chocolate", concluye Alejandro Arranz, impulsor de la "smartcity" madrileña

Santiago López, Alejandro Arranz, José Molero y Raimundo Abando, vicepresidente de los Cursos de La Granda, en un descanso del curso. | Ricardo Solís

Santiago López, Alejandro Arranz, José Molero y Raimundo Abando, vicepresidente de los Cursos de La Granda, en un descanso del curso. | Ricardo Solís

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

Aunque la palabra no viene en el diccionario de la Real Academia, resume a la perfección lo que ayer se habló en el curso de la escuela de verano de La Granda sobre innovación: "innopostureo". La pronunció el director del curso y catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, José Molero, quien se refirió de ese modo al trato que recibe en España todo lo relacionado con la "i" pequeña de la conocida fórmula I+D+i (investigación, desarrollo e innovación), la que se vincula al crecimiento económico y al avance tecnológico.

"Aquí parece que todo el mundo ‘hace relojes’, pero lo cierto es que en 2023 España ocupaba el puesto 16 de 27 en el ranking de esfuerzo innovador de la Unión Europea. Y lo peor es que, más allá de los gestos para la galería, esto no parece importarle a nadie. Para innovar de forma eficaz, de modo que ese esfuerzo redunde en una mejora de la competitividad de nuestra economía, falta rigor y sobra postureo"", espetó el catedrático en el preámbulo del curso dando a entender que complacencias, las justas.

La lapidaria frase del filósofo Miguel de Unamuno "¡que inventen ellos!" impregnó el desarrollo del curso de La Granda dedicado a la innovación, pero con especial atención a los aspectos sociales de la misma. José Molero quiso darle ese barniz porque a su juicio "damos mucha importancia a las disciplinas STEM [acrónimo en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas] y nos estamos olvidando de los conocimientos filosóficos y sociales, también imprescindibles para que la innovación genere desarrollo económico".

En esa misma línea, Molero hizo una encendida defensa de las –a su juicio– "mal llamadas habilidades ‘soft’ (blandas)" de los trabajadores de las empresas o las organizaciones dedicadas a innovar: pensamiento crítico, creatividad, adaptabilidad, trabajo en equipo, liderazgo, atención a los detalles, capacidad de comunicación...

Esa reivindicación de una visión más "poliédrica" de la innovación también la hizo Alejandro Arranz, economista que ahora ocupa el cargo de gerente en un instituto tecnológico al servicio de la nutrición y entre 2005 y 2013 fue director general de Innovación y Tecnología del Ayuntamiento de Madrid, con la misión de impulsar la transformación digital y el desarrollo de tecnologías para la "smartcity" de la capital. Arranz manifestó que "el déficit tecnológico español no es tanto un problema económico como psicológico, sencillamente no nos interesa. Esto ya se decía en círculos académicos hace treinta años, pero seguimos igual". El ponente avisó de que España concibe la innovación "como quien se pone una flor en la solapa del traje" e hizo un símil deportivo: "Si innovar fuese un deporte olímpico, no ganaríamos ni la medalla de chocolate".

El director del Instituto Universitario de la Ciencia y la Tecnología de la Universidad de Salamanca, Santiago López, defendió que las sucesivas innovaciones tecnológicas del último siglo cada vez tienen menos impacto en la productividad empresarial, a diferencia de lo que supuso en todos los órdenes –no solo el económico– la Revolución con mayúscula, la industrial de comienzos del siglo XX: "Fue más revolucionaria la lavadora que el paso de la máquina de escribir al ordenador", ejemplificó. Así mismo, hizo ver que en el ámbito de la gestión de la innovación hay varios dilemas planteados y aún por resolver, desde cuál es el tamaño idóneo de las empresas para favorecerla al tipo de organización interna de las mismas.

El profesor Molero concluyó poniendo el foco en "lo social", en las personas, como elemento fundamental del proceso innovador: "Sin filosofía y sin sociología la productividad se resiente; y sin productividad –por mucha innovación que haya–, no mejorará la competitividad, de modo que los beneficios de las empresas no crecerán y los sueldos de los trabajadores, tampoco".

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El economista Alejandro Arranz expuso en el curso de La Granda los seis "tóxicos" que envenenan las iniciativas innovadoras en España, según han sido identificados en foros especializados.

El primer tóxico es la impaciencia, "la exigencia de resultados cortoplacistas –caso de los PERTE– a instrumentos que no funcionan según ese parámetro".

El segundo, los "bandazos": "La bipolaridad en esta materia –ahora vamos por aquí, ahora por allá– es muy perniciosa".

Tercer tóxico: "la anorexia y la bulimia inversora", en referencia a que las instituciones niegan "nutrientes" (léase dinero) a la innovación o proporcionan "atracones de los mismos según las disponibilidades de fondos, normalmente europeos".

El cuarto tóxico es lo que Arranz llamó "el alzheimer", entendido como "la escasa notoriedad y repercusión social que tiene la innovación en comparación, por ejemplo, con la inversión pública en infraestructuras".

El quinto tóxico es el "analfabetismo" (ignorancia o miopía con respecto a la innovación).

Y el sexto se explica solo: la burocracia.

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Los Cursos de La Granda se caracterizan por incluir en su programa temas de candente actualidad que en muchos casos, además, conciernen al conjunto de la ciudadanía. Fieles a esa filosofía, los organizadores tienen previsto analizar en dos cursos anunciados para esta semana el estado de la I+D (investigación y desarrollo) en Asturias, sus retos y su futuro; así como el presente de la fiscalidad regional en lo tocante a la transmisión del patrimonio familiar (impuestos de Sucesiones y Donaciones).

El seminario sobre I+D comienza el miércoles a las 10.00 horas en el hotel Palacio de Avilés y tiene formato de mesa redonda. Intervendrán Tatiana Manso, directora de procesos de digitalización del centro español de I+D de ArcelorMittal; Luis Pérez Castaño, director de I+D en Gonvarri; Luis Rodríguez Ovejero, presidente de la multinacional tecnológica Satec; Íñigo Felgueroso, director general de Idonial; Covadonga Carballo y Yeray Fernández, directora y director de Proyectos de I+D, respectivamente, de Windar; y Marta Suárez, responsable de calidad I+D de Aleastur. Dirige este curso Víctor J. Martínez, director de Operaciones e I+D de Idesa.

Ya el viernes, desde las 10.00 horas en adelante, es turno de los expertos en impuestos. El notario de Ribadesella José Luis Fernández Lozano dirige un curso que tratará sobre sucesiones y donaciones y en el que se explicarán, entre otros temas, las ventajas de planificar la transmisión del patrimonio familiar. Intervienen dos notarios –Juan Álvarez Valdés, de Avilés, y Jesús María García Martínez, de Oviedo– y dos profesoras de Derecho, Clara Gago Simarro y Estefanía Álvarez Menéndez. La entrada a los cursos es libre y gratuita.

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