La costera de bonito da los últimos coletazos con más de la mitad del cupo anual de pesca aún en el mar
La flota asturiana, especializada en la captura con el arte de cacea, tiene motivos de satisfacción pues las descargas han sido regulares durante el verano y el precio medio, mejor que en 2023

Una descarga de bonitos en el muelle de la rula de Avilés. | Ricardo Solís
Finalizado agosto, el tercer mes importante de la costera del bonito, aún quedan miles de toneladas de esta especie en las aguas del mar Cantábrico pero son pocos los pescadores profesionales asturianos dispuestos a ir a capturarlos. La principal razón es la lejanía de los cardúmenes: una mancha prometedora para pescar bonitos se halla varias millas al Norte de la localidad lucense de Burela y otra, al Sur de Irlanda. Demasiado lejos para que a las pequeñas lanchas asturianas les resulte rentable el viaje, con el añadido además de que la meteorología es caprichosa en estos estertores del verano y nadie quiere verse atrapado por sorpresa en una tormenta. O sea que en los puertos de la región, quien más y quien menos da por casi amortizada la costera: "Está dando los últimos coletazos", afirma el gerente de la rula de Avilés, Ramón Álvarez.
Según la aplicación Gestcuotas del Ministerio de Agricultura y Pesca, que facilita de forma actualizada el consumo de cuotas pesqueras sometidas a topes de captura, para la presente campaña de bonito se dispone de una cuota de 24.495.970 kilos, un 30,26 por ciento más que en la de 2023 (18.805.420 kilos). De ese cupo autorizado, al cierre de agosto solo se había usado el 48 por ciento. Es decir, que en teoría aún quedarían por pescar más de 12.000 kilos. "Se va a quedar mucho bonito en el mar, es una pena", apunta Álvarez.
La costera de bonito del año en curso comenzó temprano. El barco "Goinkale", de Bermeo (Vizcaya), descargó el 20 de mayo los primeros bonitos del norte de la temporada en la rula de Avilés. De los más de 3.200 kilos que traía a bordo la embarcación, los primeros 122 (trece piezas de más de nueve kilos cada una) se vendieron a 339,60 euros el kilo. No se alcanzó el precio récord de 2022 (370 euros el kilo), pero el patrón del "Goinkale", Enrique Zabaleta, se mostró satisfecho igualmente. Con razón, este pescador se las prometía felices ante una costera que empezaba pronto, con perspectivas halagüeñas y, para él en concreto, con la suerte de que le tocó el premio "gordo" de traer a tierra el llamado "campanu del mar".
Igual de adelantada que empezó, así siguió el desarrollo de la costera. Contraviniendo el uso de que grueso del pescado no llega a la costa del Cantábrico hasta finales de junio, a mediados de ese mes ya se comenzaron a producir importantes capturas en el Principado. Los bonitos llegaron bien temprano a su cita con las aguas asturianas.
El ritmo de capturas de bonitos fue regular y constante de junio en adelante, para satisfacción de los pescadores asturianos –la práctica totalidad– que faenan "a la cacea" (pesca con anzuelos, la más selectiva posible). Muy pronto empezaron a advertir los entendidos en la materia que este año los bonitos tenían un comportamiento "raro"; en concreto, las poblaciones de túnido estuvieron especialmente dispersas y escasearon los cardúmenes compactos.
Con los bancos de bonitos rotos, los mas beneficiados por esta circunstancia fueron los pescadores de cacea; y los que salieron perdiendo, los de tanqueo (pesca con cebo vivo que se transporta a bordo de los barcos), que fundamentan la eficiencia de su faena en la existencia de concentraciones notables de ejemplares.
El anómalo desarrollo de la campaña de bonito ha tenido su reflejo en las dos principales lonjas de pescado de Asturias, las de Avilés y Gijón, las que concentran la práctica totalidad de descargas de la especie estival. En la de Avilés venden tradicionalmente barcos de cacea –si bien este año se han estrenado algunos de tanqueo– y mal que bien ha superado ya el registro de actividad del año pasado: ya subastó 1,3 millones de kilos, el año pasado se quedó en 1,19 millones. La de Gijón, que en 2023 comercializó la cifra récord de 1,59 millones de kilos, va este año por poco más de un millón.
En ambas rulas, los precios de venta del bonito este verano han sido del orden de un 20 por ciento mejores que en la costera de 2023. Según la gerencia de la lonja avilesina, el precio medio a últimos de agosto era de 4,75 euros el kilo; el año pasado, para el conjunto de la campaña, fue de 3,80 euros el kilo.
Tanto Lonja Gijón como Lonja Avilés tienen la certificación MSC (Marine Stewardship Council), que acredita una pesquería sostenible de bonito. Además, Lonja Gijón está adherida a la campaña "Gijón Bonito", que persigue fomentar el consumo de este pescad, impulsando varias iniciativas en los establecimientos asociados. Lonja Avilés, por su parte goza del distintivo de calidad "Pescado de confianza", inscrito en la marca "Alimentos del Paraíso Natural".
Personal científico del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) comenzaron este sábado en Vigo la campaña oceanográfica "Descarsel 0924" a bordo del buque oceanográfico "Miguel Oliver" del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Hasta el 10 de septiembre se estudiará el caladero nacional del Cantábrico-Noroeste desde el litoral y hasta una profundidad de 500 metros con el objetivo principal de estudiar la selectividad de los artes, el comportamiento y supervivencia de especies descartadas, así como medidas de mitigación de capturas accidentales de cetáceos. Además, durante la campaña se probará y entrenará el iObserver, un dispositivo electrónico que identifica y caracteriza las especies de forma automática usando inteligencia artificial.
Durante once días, el equipo del IEO estudiará las características selectivas de los artes de arrastre, incluyendo las especies comerciales objetivo del sector pesquero, así como la supervivencia de especies descartadas (rayas y tiburones), y se probarán dispositivos de exclusión de cetáceos. Asimismo, aprovechando esta campaña, se realizarán muestreos con patín epibentónico para la caracterización biológica y ambiental del área de distribución de cigala y comunidades bentónicas. "Los resultados de esta campaña servirán para ampliar el conocimiento de la selectividad pesquera de los dispositivos testados en anteriores campañas e introducir mejoras y modificaciones de los dispositivos que permitan avanzar en las estrategias de reducción de descartes en las pesqueras objeto de estudio", explica Xulio Valeiras, investigador del Centro Oceanográfico de Vigo del IEO y responsable de la campaña.
Los resultados científicos serán presentados ante el STECF (Comité Científico, Técnico y Económico de la Unión Europea) y ante la propia Comisión Europea para informar con evidencia científica las propiedades selectivas de los artes de pesca utilizados en el caladero y defender de la mejor forma posible la toma de decisiones en materia de gestión que permitan conjugar la sostenibilidad de los recursos y la propia supervivencia socio-económica del sector pesquero.
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