Ravena, otra tienda que baja la persiana: "Avilés envejece y no ofrece alternativas", lamenta su dueña
María José Cuervo, que abrió el negocio hace 38 años junto a su madre, opina que "están convirtiendo a Avilés en una ciudad turística, pero no una ciudad para vivir o ir de compras"

María José Cuervo, apoyada en el mostrador de su tienda. | Ricardo Solís
S. F.
Cierra Ravena Piel. Después de 38 años abierta en tres localizaciones sucesivas: en la calle La Estación, en los bajos de El Atrio y, últimamente, en la calle La Muralla. "Avilés envejece y no ofrece alternativas", señala María José Cuervo Suárez, la propietaria de un negocio donde luce el cartel de liquidación de productos.
"Quedan pocas tiendas y el eje comercial de Avilés se estrecha cada vez más: nos hizo mucho mal la marcha de Inditex (Zara y Bershka). Esas tiendas atraían público de Muros, Cudillero y hasta Luarca", diagnostica. "Ahora, lamenta, "la gente compra por Internet o se va a ciudades donde hay más variedad y franquicias o a los centros comerciales... Los pequeños comercios luchamos por sobrevivir ante esa competencia". El "cansancio" que achaca Cuervo tiene más explicaciones: "Avilés es una ciudad con una hostelería excelente y mucha historia, pero es difícil atraer a compradores cuando el acceso y el aparcamiento se convierten en un obstáculo".
Todo este goteo de inoportunidades ha sido el que la ha decidido finalmente a bajar la persiana para siempre.
Cuervo y su madre habían abierto Ravena Piel en la calle La Estación en 1986. Allí, justo al lado de una tienda de suministros industriales que comandaba Antonio Cuervo, el padre y el esposo de María José y Ana Suárez. "Allí estuvimos hasta 1991, cuando nos trasladamos al Atrio", señala. Cambió a La Muralla tras la pandemia. "Este local es mío, en aquel estaba de alquiler. Era muy grande para como estaba el negocio", apunta. "Hemos visto cómo envejece la población, cómo cambian las costumbres... Luego, hacen obras, falta aparcamiento, no favorecen que sea atractivo comprar en Avilés y, en cambio, sí Oviedo o Gijón. Todo esto se refleja en una caída de clientela", señala la empresaria. "No me jubilo, no tengo la edad. Cansé y decidí que lo mejor era dejarlo. Pero fue una decisión muy meditada, que conste", recalca. "Están convirtiendo a Avilés en una ciudad turística, pero no una ciudad para vivir o ir de compras", concluye.
Suscríbete para seguir leyendo
- Culete y empanada para Barbón: así arranca la Comida en la Calle de Avilés
- ¿Vas a ir a la Comida en la Calle de Avilés? Esto es lo que dice la previsión meteorológica (y no es nada positiva)
- La Comida en la Calle de Avilés puede con todo: 'Lo mejor es juntarse, comer y divertirse
- Los políticos se suman a la fiesta, excepto la mayoría de concejales del PP
- Luto en las Doroteas tras la muerte de 'la señorita Luci
- El Monoloco reina en el tardeo: así se vivieron las últimas horas de la Comida en la Calle de Avilés
- Avilés reivindica el poder de las tradiciones en el pregón de El Bollo
- Esta es la historia (con final feliz en Castrillón) para un perro robado en Burgos