"La Güestia" sume a Sabugo en tinieblas y se reivindica frente a Halloween

La procesión de almas encapuchadas que alerta de la certeza de la muerte pone acento asturiano a la víspera de Todos los Santos

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

«Andar de día, que la noche es mía». Esa frase se atribuye, en Asturias, a los miembros de «La Güestia», procesión de almas en pena que se dejaba ver especialmente en la Noche de Difuntos iluminando la oscuridad con tibias encendidas como velas y haciendo sonar una campanilla. Sin tibias pero con faroles, arrastrando lastimeramente sus pies sobre el pavimento empedrado y ocultos por un hábito blanco con capucha, doce "fantasmas" han aterrorizado a los peatones desprevenidos en las calles del barrio avilesino de Sabugo, que se quedaron totalmente a oscuras a las 9 de la noche para dar aún más espectacularidad al siniestro cortejo.

La iniciativa de sacar a "La Güestia" a la calle corresponde a la asociación cultural Sabia Nueva, una entidad que se esfuerza por dinamizar la vida cultural y lúdica de Sabugo. El Ayuntamiento de Avilés ha colaborado con el apagado del alumbrado público.

"La Güestia" se ha manifestado en Avilés robando durante unas horas el protagonismo a Halloween, otra forma (mucho más comercial) de entender la conexión ritual con el inframundo en las horas previas al día de Todos los Santos. Para los no iniciados o los superticiosos, la tradición dice que no hay que coger nada que los cofrades de "La Güestia" te ofrezcan ni mucho menos comer algo que te quieran dar. Lo que "La Güestia" avilesina ha dado a su paso fue algún susto, muchos escalofríos y también por qué no, bastante que pensar sobre la efímero de la vida.

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