Entrevista |

"Siempre decimos que no hay tiempo para pensar, pues ahora con la inteligencia artificial lo vamos a tener"

"La IA no es un enemigo; si lo vemos así, el problema lo tenemos más internamente que otra cosa, entonces es que nuestro trabajo igual sí que es simulable por la máquina"

Álex Rayón Jerez, ayer, en el pabellón de La Magdalena. | Mara Villamuza

Álex Rayón Jerez, ayer, en el pabellón de La Magdalena. | Mara Villamuza

Myriam Mancisidor

Myriam Mancisidor

Avilés

Álex Rayón Jerez, bilbaíno de 40 años, ofreció ayer una clase magistral en Avilés, en el pabellón de La Magdalena, que acogió la jornada Universidad Pyme, organizada por la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (Fundae) para difundir la cultura de la formación en materia de digitalización de las pequeñas y medianas empresas. Rayón, Co-Founder and CEO de Brainandcode.tech, dedicó cuarenta minutos a la inteligencia artificial que prefiere denominar inteligencia digital. Destacó Rayón durante la charla que para cada pyme tiene a su disposición una herramienta, que no debe ser la misma para todas. Puso como ejemplo la posibilidad de traducir idiomas, optimizar la logística de los envíos, digitalizar facturas… Subrayó también que cada copilot –asistente virtual que utiliza la inteligencia artificial– debe ser educado como un niño inteligente estructurando bien los mensajes, que cada vez más son más hablados. Repasó también los riesgos de la inteligencia artificial que afectan, por ejemplo, a la propiedad intelectual. Tras la ponencia atendió a este diario.

–¿Cuál es su enfoque principal dentro del campo de la inteligencia artificial, que prefiere llamar inteligencia digital?

–Naturalizar la convivencia. Este es un nuevo tipo de inteligencia que nos puede liberar de tareas que históricamente nos han supuesto tediosidad o aburrimiento y nos permiten quedarnos con la parte más creativa. Mi principal hipótesis es la naturalización del esquema de convivencia.

–¿Entonces no hay que ver la inteligencia digital como un enemigo, sino como un aliado?

–Exactamente. Si lo vemos como enemigo el problema lo tenemos más internamente que otra cosa, entonces es que igual nuestro trabajo sí que es simulable por la máquina.

–¿Cuáles cree que son los principales retos, a día de hoy, en el desarrollo de la inteligencia artificial?–

-Hay un reto clarísimo de sesgos que no he tocado en la intervención, pero que me parece muy importante desde el punto de vista de la confiabilidad de las máquinas: tenemos que entender siempre los datos que tienen por detrás para generar una respuesta que a veces está sesgada a lo que una línea editorial ha querido entrenarle. Entonces uno de los retos es arbritrar un esquema más neutro. Por otro lado, la parte de las fuentes que se generan para una respuesta, la propiedad intelectual…

–¿Qué opina entonces sobre la ética de la inteligencia artificial?

–La ética es uno de los grandes campos, el darnos cuenta de que se están vulnerando muchos derechos humanos no solo por la parte de propiedad intelectual sino por quien está etiquetando la información, donde se está haciendo, que fundamentalmente son fábricas en África.

–¿Cuáles son las tecnologías emergentes en inteligencia artificial que más le entusiasman?

–Las que se acercan a naturalizar el diálogo con el humano. Si yo digo, por ejemplo: "Cógeme el documento donde hice el informe". Esta es una frase un poco abstracta, pero estas máquinas están consiguiendo poco a poco entender este mensaje.

–¿Cómo ve el futuro de la inteligencia artificial en la sociedad? ¿Qué cambios cree que traerá?

–Soy optimista porque nos va a permitir centrarnos en crear, en pensar. Siempre decimos que no hay tiempo para pensar, pues ahora lo vamos a tener. No nos quejemos.

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