Entrevista |

Durán-Cantolla: "Detrás de todos los grandes accidentes investigados siempre hay falta de sueño"

"Cuando no se puede dormir, hay que levantarse hasta que el sueño vuelva y no pensar en problemas, porque el cerebro no los resuelve"

Joaquín Durán-Cantolla.

Joaquín Durán-Cantolla. / Ricardo Solís

Marián Martínez

Marián Martínez

Joaquín Durán-Cantolla es neumólogo y Director la Unidad Interdisciplinar de Trastornos del Sueño de la Fundación Eduardo Anitua. Ayer intervino en el Congreso del XX aniversario del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales, en el que advirtió de que el 30% de los accidentes están relacionados con la somnolencia, y de ellos, un 2% con la apnea del sueño.

–¿Cuántas horas es necesario dormir?

–El sueño es la tercera necesidad biológica. Después de beber y comer está dormir. No se puede vivir sin dormir, porque sin dormir se fallece a los tres meses. Pasamos 27 años de nuestra vida durmiendo y aquello que tiene que ver con el sueño tiene problemas de salud. El problema surge cuando se duermen menos de seis horas, y esto afecta al 30% de la población. Se ha visto que esto está asociado a problemas cardiovasculares, metabólicos y aumento de la mortalidad. Esto nos preocupa mucho en la población adulta, pero nos preocupa horrores en los más jóvenes. Los adolescentes no deben dormir menos de nueve horas. Aunque tengan cuerpo de adulto, su cerebro es de un niño. Y ningún adolescente duerme esas horas.

–¿Cómo afecta la falta de horas de sueño a los riesgos laborales?

–Hay patologías como el insomnio o la apnea del sueño que pueden influir en el desempeño. También la privación crónica del sueño, que afecta al 50% de la población. En Europa no se puede conducir con apnea del sueño si no se certifica que está en tratamiento. Esto es así desde 2014. El 25% de la población la padece, y animo a todas las organizaciones laborales a que pregunten a su plantilla por el sueño, qué tal duermen, si duermen bien, si tienen insomnio, si roncan, si paran de respirar... Porque no se puede tratar aquello que no se ha diagnosticado, y no podemos diagnosticar aquello en lo que no se haya pensado.

–Pero por esto no se pregunta.

–La medicina laboral está en una situación privilegiada para hacer emerger los problemas relacionados con el sueño y que afectan de manera muy, muy importante a la salud laboral. Fíjese, el 30% de los accidentes está relacionado con la somnolencia, y de ellos la mitad está relacionado con la apnea del sueño.

–En los accidentes laborales que se investigan, ¿se comprueba si existe esa relación con la somnolencia?

–Detrás de todos los grandes accidentes que se han investigado en profundidad hay siempre falta de sueño. Pero cuando uno investiga accidentes laborales se centran en los protocolos, pero no el sueño del accidentado. No te puedes no dormir. Si se quita tiempo del sueño para trabajar, los procedimientos laborales se ven limitados. El riesgo de un accidente laboral es hasta 13% superior si la persona sufre apnea del sueño. Las pérdidas de jornadas laborales en pacientes con apnea del sueño viene a ser un 60% en los hombres y un 40% en las mujeres más que quien no sufre apnea del sueño. Cuando hay somnolencia hay muchísimo riesgo laboral. Por eso Europa no deja conducir si la padeces, porque el riesgo de un accidente de tráfico es siete veces mayor. Pero lo que se hace es un sistema ocultativo, no se dice, ni para renovar el carné de conducir. Se impone el cambio de paradigma, que la empresa pregunte por el sueño y el trabajador vea esto como una oportunidad.

–¿Cree que la población es consciente de esto?

–Muchísimo. Ahora el sueño es el nuevo colesterol. Preocupa porque sabe que dormir bien es un antienvejecimiento, que es salud, y calidad de vida. En un estudio que se hizo en 22 países con 22.000 ciudadanos se vio que el segundo problema que más preocupaba era el trastorno del sueño. En 2017 la primera consulta médica de internet. Existe una sensibilidad en el tejido social que debemos ser capaces de potenciar y de formar, porque la información es tan extensa que muchas veces no son la adecuada.

–Ahora, hasta los relojes te dicen cuánto has dormido.

–Son muy interesantes porque ayuda a saber cuánto has dormido, cuánto sueño profundo...pero las personas no deberían obsesionarse con ello. Hay que moderarlo. Pero son herramientas que nos van a ayudar y venir muy bien. Los nuevos ya tienen un programa para sospechar apnea del sueño. Van a ser herramientas de salud interesantes. De todos los que estábamos hoy en la sala en mi intervención, el 25% tienen apnea y no lo saben.

–¿Por qué no se duerme bien?

–Es una pregunta con respuesta compleja. Los que nos dedicamos al sueño lo primero que intentamos hacer en el insomnio es intentar ver qué le ocurre al paciente para que lo sufra. A veces es como una bola de nieve. Por ejemplo, alguien empezó a cuidar a un familiar durante unas semanas y alteró su ritmo de sueño. Ese familiar se cura, pero esa persona cuidadora mantendrá su trastorno del sueño, porque se ha ido haciendo más grande. Cuando uno tiene problemas de sueño consulta con la familia, con los amigos y va creando hábitos incorrectos.

–¿Qué hay que hacer?

–Pues te pueden decir que te quedes en la cama esperando a ver si te duermes. Hay que hacer justo lo contrario, no quedarse en la cama, porque al cerebro le das la información de que en la cama no se duerme. Lo que hay que hacer es ir al salón hasta que vuelva el sueño. Cada persona hace una serie de conductas porque nadie le enseñó. Nadie explica cómo dormir, ni en el colegio ni en la Universidad, y eso hace que la población haga lo que puede. Hay mucho interés en el sueño, pero mucho desconocimiento. Se mira el reloj para saber cuánto se ha dormido, pero los hábitos correctos del sueño no.

–Los problemas no dejan dormir, o al menos dormir bien.

–Cuando uno va a dormir, el cerebro, a nivel de pensamiento lógico, deductivo, está desconectado. El cerebro consolida la memoria, regenera el estado inmunitario, los músculos... pero no se dedica a la resolución de problemas. Si nos empeñamos en resolverlos de noche se vuelven más grandes. Hay que pensar en ellos a otra hora, por la tarde, y por la noche decirse "ya he pensado en esto". Sé que es difícil, pero funciona, lo mismo que levantarse cuando no se puede dormir. Aplicar conductas higiénicas del sueño es muy importante antes de tomar pastillas y España es el país del mundo que más las consume.

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