Los Magos desembarcan en Avilés "con ilusión" y más de 20.000 personas en las calles
Los monarcas, asomados en el balcón de la Alcaldía, piden a los niños que "sean mejores" y que hagan caso a los "maestros"
El rey Melchor, barba cana por no haber pasado por el peluquero desde hace meses, lanza besos al aire a bordo de "La Rechalda". La Rechalda fue una roca emergida en medio de la ría que sólo sobrevive en el nombre de la lancha que la Autoridad Portuaria de Avilés fletó hace veintisiete años –1998– para tener con qué medir los sedimentos del estuario y también para traer a Sus Majestades de Oriente al paseo más navideño de la ciudad: el de Manuel Ponga Santamarta, que fue el primer alcalde democrático de la ciudad y, al final, presidió el Puerto más singular de la región: el del bonito del verano y el de los Magos de Oriente.
Como Melchor, que ya tiene un pie en tierra en uno de los pantalanes deportivos de Avilés. Y le siguen Gaspar y Baltasar. Y por ahí anda la concejala de Festejos, Sara Retuerto, que desaparece bajo los mantos de los monarcas. Abrazo que lanza, abrazo que la lleva a la invisibilidad. Y todo esto, además, bajo la admiración infinita de niños que, desde "el fondo sur" y "del fondo norte" de acceso a la zona deportiva de los muelles en los que reina la escultura "Avilés" de Benjamín Menéndez. Son estos los que escuchan al "reportero real" que se parece más a Toño Caamaño cada año que pasa.
"Estamos muy ilusionados con los niños de Avilés, por eso hemos detenido la comitiva en la ciudad: sabemos que se han portado este año mejor que otras veces", calculó el monarca de barbas tan luengas como canosas. Se acordó de "los niños que sufrieron la dana": "Esta noche van a tener los buenos regalos", calculó. Baltasar lo que reclamó es que los niños hagan más caso "a los maestros".
En el paseo marítimo de Avilés los tres monarcas se dieron el primer baño de masas. "Ay, mamá, que me ha dado la mano", le dice Christian a su madre que sonríe como nunca, aunque con el ojo puesto en la otra criatura, la del patinete: "¡Manuela, para allí!"
Los reyes entonces se suben a los coches que los van a llevar a la explanada del colegio Quirinal, la pista de salida, como otros años, de la cabalgata avilesina de los Reyes Magos que este año llegó sobre la bocina y, precisamente por eso, con más ilusión que otras veces. Y con una temperatura ideal de la vida. Como de 20.000 personas en las calles para coger caramelos y bailar al ritmo de las distintas batucadas, suspirar por el juego de los acróbatas de fuego y esperar y esperar y esperar: la cabalgata de ayer se hizo tanto de esperar, que el público comenzó a murmurar.
Hubo lo de todos los años, pero también mucha distancia. "¡Y ahí entran los caballos del rey Melchor!", decía la animadora de la espera en la plaza de España de los monarcas de Oriente y entre los caballos y la primera banda de tambores, un poco de he pedido unos juegos para la Nintendo o un aprobado de Física... el rey Melchor prometió: "Estamos trabajando para que Real Avilés suba a Primera Federación". Y hubo una aclamación tímida porque la ilusión en Avilés es imperecedera.
En la esquina de Orejas Sierra con José Cueto están Celia y Javi López, que son hermanos. Ella tiene cuatro; él , siete. Con ellos, su primo Illán Hierro. Los tres bajo el manto de la abuela. "Que vienen", anuncia ella que los ve a lo lejos, tomando la recta de Las Meanas. Y Celia –dos palmos sobre el nivel del suelo– salta sobre sí misma con una ilusión que vierte por sus ojos enormes. "Claro que nos hemos portado bien", subraya Javi, su hermano.
Las calles, los comercios de última hora abiertos de par en par –las últimas deportivas, flores para mamá, la camiseta para el gym y el anillo para el churri– llenaron las calles que iban de La Exposición al Parche. Allí, la Marajá de Kapurtala andaba amenizando la espera la ilusión de los más ilusionados del todo. La caza de caramelos fue un deporte de a pequeñas luchas... el sosiego de la organización, sin embargo, se contradijo con el final de la fiesta: no había llegado "Mofletes" al Parche y ya estaban los discursos, los buenos deseos entre las banderas del balcón de la Alcaldía, que ayer colocaron las grandes y sólo se oían palabras y se distinguían barbas.
Melchor, que fue el primero en haber desembarcado, fue también el primero en tomar la palabra, así que también fue el primero en recibir lo mucho que los avilesinos se habían ilusionado con una Navidad luminosa.
Suscríbete para seguir leyendo
- Lío a un mes del Antroxu de Avilés: las peñas del Descenso de Galiana se plantan (y este es el motivo)
- El gran proyecto de Windar para fabricar eólicos en Avilés se ha encontrado con un (inesperado) obstáculo: la solución, en manos del Principado
- Nuevas aperturas en el entorno de la plaza de Avilés: hamburguesas gourmet, una cafetería, restaurantes...
- Emotiva despedida en Salinas a Israel 'Firra', bombero de Arcelor
- Obras en pleno corazón de Avilés: así será la reforma de la Merced para hacer brillar la iglesia de Sabugo
- Jesús Alonso, presidente del consejo del grupo Daniel Alonso, en el IES de Salinas: 'Elegid estudios que tengan salidas
- ¿Cómo va la gran fábrica de Windar en Avilés? Avanzan los trámites para demoler parte de las estructuras de la antigua Alcoa
- La recuperación del patrimonio avilesino: la calle Palacio Valdés, lista para cambiar de aspecto