La alerta de los geólogos por la intervención en El Espartal: una probable "rotura" de la duna y la desaparición de suelos datados hace 300 años
Expertos de la Universidad de Oviedo creen que nuevos temporales como los de 2014 desembocarían en grandes destrozos en El Espartal: "No se puede hacer en invierno"
Los temporales del otoño-invierno de 2013-2014 llevaron a la Dirección General de Costas a plantear un proyecto de "restauración ambiental" en las playas de San Juan de Nieva y El Espartal y los inicios de esas actuaciones han desembocado ahora en una polémica intervención –con la llegada de maquinaria pesada que ha provocado cambios en la morfología costera– en un área catalogada como monumento natural. "Una actuación de esas características nunca se debe hacer en invierno. Cualquier arena que viertes se puede perder por estar en época de temporales", advierte el geólogo Germán Flor Blanco a la vista de las primeras consecuencias de los trabajos de las últimas semanas. "Es una actuación ingenieril dura, estamos todos asustados", sostiene el experto de la Universidad de Oviedo.
Aquellas borrascas de hace más de una década produjeron grandes destrozos en toda la costa cantábrica y, en especial en el tramo castrillonense, dejando un perfil dunar casi vertical que impedía la regeneración de la duna. Lejos de revertir esa tendencia, apunta Flor Blanco, ahora mismo se ha abierto un pasillo de entre 30 o 40 metros que, en caso de temporal, "rompería la duna por la mitad".
El geólogo, segunda generación de expertos en dinámica, sedimentación y geomorfología de los sistemas dunares, se muestra "dolido" por el hecho de que no se hubiera tomado en cuenta el criterio de quienes conocen este espacio y más han publicado sobre ello. Y asegura que "están destrozando" la zona, hasta el punto de que la última intervención, en forma de ‘cráter’ gigante, se ha llevado por delante suelos dunares datados en cerca de 300 años que habían quedado al descubierto hace más de un año y que estaban estudiando junto a expertos en botánica de la Universidad Oviedo para analizar cambios climáticos previos. "Ha desaparecido todo", sentencia Germán Flor. Y agrega que, siendo Costas quien impulsó la intervención en el arenal castrillonense, debería ser el organismo garante de que ese hábitat se conservara en su estado natural. "Se generó un grupo de expertos, no todos cualificados, antes de iniciar la obra y a quienes llevamos décadas estudiando todo el litoral no se nos tuvo en cuenta", abundó el experto de la Universidad de Oviedo, quien alerta del drástico cambio en el perfil dunar, que ha quedado ahora en una cota parecida a la de la playa, sin la pendiente previa del frente y que desembocará, a su juicio, en la desestabilización. "Echaron arena en el espacio supra e intermareal, eso se pierde del sistema con un simple temporal", asevera Flor Blanco.
Recuerda el geólogo de la Universidad de Oviedo, miembro de un grupo de la Unesco con más de 80 investigadores y que ha trabajado con expertos de Francia, Gran Bretaña o de provincias vecinas como Galicia, que la ley de Costas insta en su artículo 3 a proteger la duna móvil , que es la del Espartal. "Lo que se ha hecho aquí es algo brutal, se abrió una brecha en mitad de la duna. En otros países los responsables irían a la cárcel me comentan otros colegas de profesión", agrega. Idéntico daño se produjo, a su parecer, en otros espacios como Verdicio o Barayo al aplicar indebidamente maquinaria pesada que eran pequeños laboratorios naturales para estudiar cambios climáticos pasados y el actual. Ahora preocupa gravemente lo que pueda pasar en la futura actuación en Xagó. "Son pequeños hábitats para el estudio del cambio climático que se han cargado", concluye Germán Flor.
Claman en vano por la reposición de las barandillas
La polémica intervención llevada a cabo en los últimos días en el Monumento Natural de El Espartal para «sanar» –Costas, la entidad contratante de los trabajos, habla de «reperfilar»– una de las heridas que presentaba el cordón dunar genera estupor entre la comunidad científica y centra desde este miércoles la preocupación de vecinos y usuarios de este privilegiado espacio. Pero esa –la del cráter abierto con palas excavadoras en la cima de la duna– no es la única alarma que ha saltado; la red «Surfistas Vigilantes del Mar» ha aprovechado para volver a la carga con una reivindicación que abandera desde el pasado mes de noviembre, por el momento sin ningún éxito. De lo que alerta la red de divulgación científica «Surfistas Vigilantes del Mar» es del riesgo que entraña para la vegetación del Monumento Natural de El Espartal la supresión de gran parte de las pasarelas peatonales que existen en el espacio dunar (entre ellas algunas de las que dan acceso a la playa) y, en el caso de los tramos que se mantienen, la supresión de la práctica totalidad de las barandillas que las cierran a izquierda y derecha.
Las obras de restauración del sistema dunar en las playas de San Juan de Nieva y El Espartal comenzaron en septiembre de 2024 y a primeros del mes de noviembre «Surfistas Vigilantes del Mar» presentó un escrito en el Ayuntamiento de Castrillón apoyado por 532 firmas (hoy ya acumulan más de 1.300) alertando de las fatídicas consecuencias que podría tener par el medio natural eliminar decenas de metros y barandillas de las pasarelas del espacio dunar de El Espartal. Los miembros del colectivo cívico apoyan su reivindicación de pasarelas en la evidencia empírica de que allá donde no hay pasarelas, o estas carecen de barandilla, los daños a la vegetación son «fatales». Y esto es debido, explican, a que donde no hay pasarelas «la gente atraviesa las dunas por donde le parece, erosionándolas» y allá donde carecen de barandillas «los peatones abandonas las sendas e invaden los espacios vegetados» con el mismo resultado: su destrucción.
El presupuesto del proyecto ambiental en obras en El Espartal es de casi 2 millones de euros, por lo que el añadido de unos cientos de metros de pasarelas y barandillas tampoco parece –razonan– un «exceso económico». «Si hubiera barandillas la gente no tendría la tentación de pisar fuera de las pasarelas», sostuvieron los miembros de «Surfistas Vigilantes del Mar» en su entrevista con las autoridades municipales de Castrillón. «Los concejales del gobierno castrillonense nos dieron la razón, pero adujeron que la oficina técnica municipal estaba sobrecargada y que nosotros mismos explicáramos el asunto a Costas, que es el organismo que contrató la obra», explica una de las asistentes a la reunión en el Ayuntamiento.
«Responsables de Costas nos recibieron e, igual que el gobierno de Castrillón, nos dieron la razón en nuestra exposición sobre las pasarelas; pero también nos dijeron que la obra no se iba a parar para incorporar las pasarelas porque se podrían perder los fondos europeos... Que ya se pondrías después. Y, en todo caso, que nos dirigiésemos a la Consejería de Medio Ambiente a ver si ella nos daba solución», prosigue la testigo de esas reuniones. La Consejería de Medio Ambiente adujo que no era «su obra» y propuso una reunión «a tres bandas» que aún no se ha celebrado. La obra avanza, y lo hace con la previsión de reducir a mínimos los metros de pasarelas. «La catástrofe está servida», temen los científicos (biólogos, geólogos...) asociados en «Surfistas Vigilantes del Mar».
"Un disparate", según los ecologistas
El Colectivo Ecologista de Avilés ha comunicado a la Demarcación Territorial de Costas y al Principado de Asturias su oposición a las obras realizadas en la zona occidental del sistema dunar del Espartal, «donde se ha desmontado una duna activa y hay riesgo de afectar a otras del espacio natural que son colindantes». Tras ver el resultado del desmonte, el Colectivo Ecologista habla de «disparate» y «despropósito», pues «la obra supone la destrucción de una morfología dunar de considerable extensión que ya de por sí poseía un notable interés geomorfológico, a efectos científicos, didácticos, educativos, etcétera».
La organización naturalista defiende que «la restauración del sistema se hubiera logrado si se procediera a la restauración del cordón dunar desde la playa, evitando así el impacto de la obra realizada y el desmantelamiento de la duna que han realizado. No sólo es de interés en los sistemas dunares conservar su valiosa flora y vegetación, sino que hay que poner especial cuidado en mantener sus geomorfologías y perfiles existentes, producto de una compleja dinámica marina y eólica».
El Colectivo Ecologista asegura que vigilará la continuidad de las obras «por si se producen daños irreparables a la vegetación y a la morfología de las dunas, lo que constituirá un daño medioambiental grave».
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