Las mascotas avilesinas "buscan hueco en el cielo": corderos, canarios y perros en la bendición de animales por San Antonio

Un par de corderitas que nacieron en la Noche de Reyes reciben por primera vez la bendición de David Cuenca, el párroco titular de la Unidad Pastoral de La Magdalena, y con ellas, una canaria y un montón de perros que montan una pequeña bulla a las puertas de los templos de San Agustín y La Magdalena

Saúl Fernández

Saúl Fernández

El día de San Antonio Abad, en realidad, fue este viernes, pero la fiesta no. Los feligreses de San Agustín y de La Magdalena la celebraron este domingo a mediodía. Por la gracia de David Cuenca, que es el cura titular de la Unidad Pastoral de la zona. Salió al atrio del templo del parque del polígono y allí abrió los ojos de par en par y con sorpresa: dos corderitas con cara de haber salido de un anuncio de ropa blanca esperaban su bendición. Eran "Peca" y "Reyes", que llegaron al mundo el otro día, precisamente, en la Noche de Reyes, en Castañeda, pero no estuvieron solas.

La fiesta de las mascotas avilesinas tuvo también otras estrellas: la canaria "Kira" y la setter "Mara". La paz que dan los animales en casa la vencieron las gotas de agua bendita que salió del hisopo del cura que, encima, estaba de cumpleaños y los suyos le sorprendieron con una tarta.

Tomás García, que es nuevo como catequista en San Agustín, se acercó a la iglesia con las corderitas junto su vecino Javier Conde, que tiene vacas. "Tenemos 87", recalcó el guaje, que lleva acordonada a una de las dos ovejitas que busca ganarse el cielo, como se lo ganó el jabalí que domesticó el propio San Antón cuando hace casi dos mil años se retiró del mundanal ruido para descubrir lo que era la paz de Dios. De hecho, a San Antonio Abad lo consideran los católicos como el fundador del monacato: cuando se retiró no lo hizo solo.

La familia Gregorio –Carolina, Leire y Hugo Gregorio y sus padres Jorge Bulnes y Noelia Gregorio–fueron de los primeros en llegar al atrio del parque de La Magdalena. Lo hicieron con "Rayo" y con "Tom". "No tenemos a Jerry", bromeó la madre. "No es la primera vez que venimos a la bendición", explicó Jorge Bulnes. Son del Arbolón, así que, San Agustín forma parte de su territorio familiar.

La setter de María Teresa Gallego tira mucho. "Pero es muy buenina", aclara. Y sí, se deja acariciar como si nada. "Es de caza", aclara la mujer, que vive en La Magdalena y que confiesa que hasta este domingo no había llevado a su mascota para ser bendecida. "En realidad, la perra es de mi hijo, pero me la dio para que la cuidara, para que saliera a la calle, sobre todo después de que me quedara viuda", dice la mujer mientras se acerca a la tarima del atrio: el cura y su hisopo están listos para alcanzar la gloria.

En el "Génesis", por ejemplo, se lee: "El Señor modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera. Así, el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo".

También hubo una gata, más perros, tantos como para que montaran una pequeña bulla celestial, pero eso a la canaria "Kira" no le pasó factura. Detrás de los barrotes de la jaula de la niña Daniela y de su padre Francisco Javier Lorente, el pájaro estaba tan pichi con el agua bendita sobre sus plumas. Y también el resto de los feligreses. Un rato después los animales benditos iban a ser los de La Magdalena.

Javier Conde se ha comprometido a traer a San Agustín un ternerín. Que no todo van a ser perros, gatos o tortugas.

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