Homenaje. La despedida al ‘capitán’ de la lonja avilesina

La rula quince años nueva (y con un proyecto de sostenibilidad)

La "macrolonja" avilesina abrió sus puertas a las autoridades un 23 de abril y a los pescadores un 26 de mayo de 2009. En este tiempo, salvo un breve parón, estuvo al frente de la organización Ramón Álvarez, que ahora se jubila y deja el cargo en manos del biólogo Ángel Muñoz, con dilata experiencia en el sector

Ramón Álvarez, entre compañeros y excompañeros de la Nueva Rula de Avilés y la Autoridad Portuaria. |

Ramón Álvarez, entre compañeros y excompañeros de la Nueva Rula de Avilés y la Autoridad Portuaria. |

Myriam Mancisidor

Myriam Mancisidor

La nueva rula de Avilés, la "macrolonja" pensada para que el muelle pesquero compitiera en igualdad de condiciones con los más importantes del Cantábrico, abrió sus puertas un 23 de abril de 2009. Eran las once de la mañana. En estos más de tres lustros la rula ha sobrevivido varios temporales: restricciones de cuotas de captura, el declive de determinadas pesquerías, la falta de mano de obra cualificada, el incremento de los costes de explotación… Otras mareas fueron más favorables y la "macrolonja" cumplió los objetivos por los que se construyó: recobrar la pujanza pesquera perdida, reavivar el sentimiento de capitalidad pesquera asturiana que late en Avilés e, incluso, ser el aliciente perfecto para devolver la unidad perdida a la gran familia pesquera asturiana.

En todos estos años, en los que la lonja capeó, como los demás sectores, la crisis del covid, la entidad ha tenido a un protagonista a pie de cancha con el cargo de gerente: Ramón Álvarez, ahora con la jubilación en el horizonte. Su sustituto es Ángel Muñoz, biólogo con dilata experiencia que pretende "mantener la rula de Avilés como una lonja pesquera puntera". Los retos de futuro de la Nueva Rula son muchos, desde fortalecer las marcas de calidad del pescado hasta generar valor añadido al sector pesquero, colaborar estrechamente con el sector estractivo, el desarrollo sostenible, continuar con la mejora tecnológica o la adaptación al cambio climático de acuerdo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pero eso es futuro.

Ramón Álvarez, que ayer recibió el cariño de los suyos en una comida de despedida, es natural de San Juan de la Arena (Soto del Barco), hijo y nieto de pescadores. Enfocó su actividad profesional desde la juventud a la comercialización de pescado. Con su jubilación se cierra una etapa marcada por la introducción de nuevas tecnologías y la construcción de marcas de confianza.

El consejo de administración de la rula le fichó en 2009 para que se hiciera cargo de poner en marcha la nueva lonja avilesina. Logró que la entidad entrara en beneficios tres años antes de la previsión inicial y logró pacificar las aguas revueltas del sector pesquero avilesino. La apertura coincidió con un momento de crisis en el sector en la ciudad, con parte de los armadores enfrentados por la decisión del Principado de retirar a la cofradía de pescadores "Virgen de las mareas" la titularidad de la rula. El camino de Álvarez no fue siempre liso: en 2015 presentó su dimisión después de que la Agencia Tributaria pusiera sus ojos sobre la rula y comenzara una investigación fiscal por la comercialización de pescado sin la pertinente declaración del IVA entre los años 2009 y 2012. Un año después -tras el cese de su sustituto, Alfredo Caunedo-, Álvarez volvió a tomar el timón de la rula.

Otro "flashback". Después de aquella inauguración protocolaria de la Nueva Rula, con el entonces presidente Vicente Álvarez Areces al frente, la Nueva Rula abrió sus puertas a los pescadores. Era un 26 de mayo. Cinco de la tarde. Entonces Ramón Álvarez tomó la palabra: "Os doy la bienvenida a todos. Vamos a iniciar una nueva etapa; os pido paciencia hasta que todo salga bien". Los años siguientes fueron de injerencias políticas, convulsos para un sector que siempre se había manejado con cierta independencia.

Rodríguez Vega, Ramón Álvarez y Ángel Muñoz, ayer.

Rodríguez Vega, Ramón Álvarez y Ángel Muñoz, ayer. / MARA VILLAMUZA

En las mareas realizadas hasta hoy, la rula avilesina ha pasado por años pésimos, como 2023, cuando "pincharon" las cuatro costeras principales que sustentan la rula: bocarte, xarda, bonito y merluza; las tres primeras estacionales (se desarrollan en unos meses concretos) y la de merluza abarca el año entero. Y otros de bonanza, como 2020, cuando, contra todo pronóstico, debido a las crisis sanitaria, la entidad obtuvo una cifra de facturación récord de 42,5 millones de euros. Esto supuso un 3,28 por ciento más de ingresos por venta de pescado que en 2019, el año que presentaba la mejor marca económica. Como dato: el 2024 ha cerrado con mejores datos que 2023. Lo dijo Ramón Álvarez.

Los suyos fueron también años de proyectos que marcaron el camino a seguir por la Nueva Rula y que dibujaron los objetivos de la entidad. La marca "Pescado de confianza" –bajo el paraguas Alimenotos del Paraíso– ya abarca, por ejemplo, a todas las especies que se comercializan en la rula de Avilés, que cuenta con varias etiquetas ISO. La rula abrió incluso sus puertas a los turistas, y se convirtió en la primera de España en medir la huella de carbono de su actividad. Y hubo primeras ventas de bonito del norte que fueron fiestas por el precio de subasta de las primeras tinas ( el récord está en 370 euros por kilo de 2023). También se abrieron las puertas a los tanqueros, favorecidos por la buena calidad del agua del puerto pesquero.

Hasta febrero continuará Ramón Álvarez; luego Ángel Muñoz tomará las riendas de la Nueva Rula. No le pilla de nuevo. Este verano decía en estas páginas: "Tenemos que estar preparados para adaptarnos a todos esos cambios que se van produciendo y que ahora nadie tiene claro cómo van a ser. Tenemos un proyecto de sostenibilidad, dividido en cuatro líneas estratégicas: aumento oferta y demanda, aumento consumo de pescado, mejorar la vida de los trabajadores y cuidar el medio ambiente". Buena mar para el que llega.

Despedida al "capitán"

El hasta ahora gerente de la Nueva Rula, Ramón Álvarez, fue el protagonista de una comida en la que participaron unas cuarenta personas entre trabajadores en activo de la lonja avilesina, otros jubilados, representantes de la Autoridad Portuaria, con Santiago Rodríguez Vega a la cabeza, su sucesor en el cargo, Ángel Muñoz y también exdirigentes políticos como José Ignacio Cabrera Calvo-Sotelo, que fue director de Pesca cuando la Nueva Rula comenzó a fraguarse. Hubo risas, anécdotas, regalos y también discursos. El homenajeado, que citó a todos los trabajadores de la rula, incidió en la importancia de cuidar a las personas para hacer equipo. Y valoró la capacidad de sus sucesor para "seguir haciendo equipo y llevar la rula al éxito". Tomó también la palabra Rodríguez Vega, quien calificó a Ramón Álvarez como una persona "implicada y generosa". "Siempre gestionó con criterio y de manera acertada", dijo en una celebración que se desarrolló en El Balcón de la avenida de Lugo. Ramón Álvarez seguirá ahora en la Nueva Rula unos días, en lo que termina de cerrar gestiones pendientes. Luego pasará el testigo a Ángel Muñoz y, ya desde el sosiego de la jubilación, seguirá previsiblemente los avances de la rula desde San Juan de la Arena.

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