De llenar Ferrota en una vibrante eliminatoria de Copa del Rey a tumbar al Real Oviedo: los presidentes del Hispano repasan algunos de los mejores momentos del club en su centenario

Los últimos presidentes de la entidad castrillonense recuerdan con nostalgia los años dorados del club y confían en continuar con la trayectoria ascendente de los últimos años: "A ver si conseguimos el ascenso"

Los presidentes del Hispano

Los presidentes del Hispano / Mara Villamuza

Noé Menéndez

Noé Menéndez

Piedras Blancas

"Para nosotros es un orgullo ver que el Hispano vuelve a crecer. Estar aquí y ver tantos niños en Ferrota...". Este no es un año cualquiera en el Hispano. Les toca soplar las velas por su centenario y, para ello, tienen preparados diferentes actos durante el curso. LA NUEVA ESPAÑA ha reunido a sus últimos presidentes para repasar algunos de los momentos más emblemáticos de los últimos años de un equipo que ahora sueña con un posible ascenso a Primera Asturiana. "Tiene que ser ahora, para celebrar el siglo como se merece", coinciden.

Vayamos por orden cronológico. "Se podría decir que mis años fueron los mejores del club, la época dorada", reconoce Adolfo Nuevo, padre del actual presidente, Nacho Nuevo, y que ocupó el cargo en 1991 hasta 1999. Con él se produjo uno de los momentos más recordados por las gradas del Ferrota: cuando el Logroñés, equipo de Primera División, de Julen Lopetegui y David Vidal, entre otros, visitó tierras castrillonenses en una eliminatoria de Copa del Rey. "Esos años son muy recordados. También nos enfrentamos, unas temporadas antes, al San Roque de Lepe, en una eliminatoria que estuvimos a punto de pasar", recuerda el de Piedras Blancas. Bajo su mandato, además, empezó a promocionarse las categorías inferiores del club. "Llegamos a tener 450 críos. Íbamos a torneos en Francia, en Cataluña... Fue una gran época", apunta. Además, consiguieron un ascenso histórico a Segunda B y contaban con alrededor de 700 socios. Ahora todos esos éxitos suenan lejanos.

A Nuevo le sucedió Amadeo Llano, que ejerció como presidente durante cuatro años, hasta el 2003. "Me liaron. Patrocinaba al equipo y, después de un ascenso de preferente a Tercera, me convencieron. Menudos quebraderos de cabeza me dio el club", rememora Llano, que recuerda que, en su época, "había que echar muchas horas aquí". "Teníamos mucho apoyo del Ayuntamiento, sobre todo para la cantera. De aquella teníamos dos equipos con categoría. Pero aún así era mucho trabajo. Había que regar, regar, estar cada poco aquí...", comenta.

Tras él, en 2003, llegó Elpidio Otero, cuyo mandato estuvo lleno de luces y sombras. "De aquella era representante de futbolistas y cría que el Hispano era un trampolín ideal para jugadores del Sporting o del Avilés. Era bueno para las dos partes, porque los futbolistas se fogueaban y el club podía tener grandes talentos", afirma el expresidente. Sin embargo, las instalaciones de Ferrota empezaban a quedarse obsoletas, lo que hacía que los niños no quisiesen jugar en el Hispano. "Muchos se iban al Raíces, porque acababan de crear allí un campo sintético nuevo. Nuestras instalaciones eran muy malas. Éramos el club representativo del concejo y nos quitaban las subvenciones", lamenta. Otero estuvo siete años en el Hispano y nunca olvidará un triunfo que tuvieron ante el Oviedo. "De aquella Pepelón (José María León Pérez) era el alcalde y Manolo Lafuente el presidente del Oviedo. Su entrenador era Lobo Carrasco. Les conseguimos ganar 1-0, fue el único partido que perdieron aquella temporada. Me acuerdo que Lobo se quejaba de que el césped estaba muy alto. Qué tiempos", recuerda.

En el 2010 Héctor García decidió dar un paso adelante. Todos en Piedras Blancas le conocían porque, durante más de treinta años, fue entrenador en las categorías inferiores. De hecho, estuvo como técnico cuando Nuevo, Llano y Otero eran presidentes. "Nadie quería ser presidente", afirma el castrillonense, que no quería dejar morir a su equipo, por lo que cogió el toro por los cuernos. "De aquella no había ni un duro, esto era un desastre", añade. El club estaba en Segunda Regional. García tuvo que arremangarse para sacar al equipo del barro y, con él, se logró ascender. "Disfrute todas las temporadas, la verdad, pero si tuviese que quedarme con un momento fue ese ascenso. Lo tuvimos que trabajar mucho", reconoce.

"Cuando llegué yo esto era prácticamente un desierto. No teníamos ni campo, porque se estaba haciendo el nuevo Ferrota. Hubo algún año que íbamos deambulando por la zona", comenta José Manuel Serén, que llegó a la presidencia en el 2014. De aquella tan solo había un equipo femenino, otro masculino y otro de sala. "Fueron años de muchos cambios", confiesa el castrillonense, que tiene claro cuál fue el momento clave de su mandato. "Decidimos tener un coordinador para la cantera. Fue él el que nos levantó las categorías inferiores, iba a todos los colegios de la zona para conseguir que los niños regresasen al club", indica.

Y llegamos a la actualidad. En 2022 Nacho Nuevo, hijo de Adolfo Nuevo, decidió seguir los pasos de su padre y convertirse en el presidente del Hispano. "Mi abuelo ya fue uno de los refundadores del club en el 50, mi hijo jugó aquí hasta hace no mucho y yo también defendí los colores del Hispano. Es algo que lo llevo en la sangre", señala el de Piedras Blancas. Ahora el club cuenta con algo más de 250 niños en sus categorías inferiores y con unas buenas instalaciones, que en poco tiempo tendrán, además, un nuevo videomarcador. "Tener Ferrota así nos ayuda mucho. Ahora todo es diferente a esos años más oscuros", explica Nuevo. El objetivo para este centenario es tener un triple ascenso. "El del masculino esperemos que no nos lo fastidie el San Claudio. Somos positivos, pero todavía queda mucho. El Femenino prácticamente lo tiene hecho y esperamos que también suba el juvenil, aunque está mucho más complicado", detalla el presidente. Poco a poco se quiere regresar a los años dorados de un Hispano que busca seguir creciendo.

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