Bocados de lujo a orillas del Nalón: la angula tiene sus incondicionales dispuestos a pagar lo que sea por comerla

Hasta Soto del Barco peregrinan desde toda España gourmets, gastrónomos y sibaritas en busca de la clásica receta con ajillo a la cazuela

Bandeja de angula cocida.

Bandeja de angula cocida. / David Cabo

Mariola Riera

Mariola Riera

Soto del Barco

Nadie ha dicho que lo exclusivo sea barato. El lujo se paga. Y la angula cumple estos requisitos. Algo tiene este alevín para atraer a la mesa a un buen número de incondicionales dispuestos a pagar lo que haga falta por llevárselo a la boca. Más en los últimos años, cuando el temor cada vez más fundado de que se prohiba su pesca ante su progresiva escasez tira del precio hacia arriba y redobla el disfrute, como si cada exquisito bocado fuera a ser el último.

De momento no es así, y en la ribera de la ría del Nalón vuelven a convocar a los más exigentes gourmets, a gastrónomos, a sibaritas y en general a todo el que sepa apreciar el producto al Festival Gastronómico de la Angula de Soto del Barco, uno de los más veteranos de España, con 38 ediciones, y declarado Fiesta de Interés Turístico Regional.

El innegable tirón de la angula lo constata Azucena Menéndez, directora del hotel Palacio de La Magdalena, en Soto, cuyo restaurante, donde cocina Diego Martínez, tiene el libro de reservas prácticamente lleno, pero no de ahora, sino desde principios de año. "Son gente de toda España que llama para saber las fechas y en torno a ellas organizar el viaje. Nosotros tenemos en el hotel de todos sitios: Murcia, Madrid, La Coruña y, aunque parezca mentira, hasta del País Vasco", explica. "Es gente que la cena y la come, aquí y en el resto de restaurantes del festival. Al que le gusta, le gusta de verdad, repite y no falla año tras año".

En la mesa las posibilidades gastronómicas son cada vez más, pero el plato con más demanda, el más popular y de toda la vida es la cazuela al ajillo. El aceite no ha de ser muy fuerte, uno de 0,4 grados va bien, para que no invada el sabor, aconsejan los cocineros. Se echa laminado un diente de ajo por cazuela y una guindilla. Cuando la cazuela está caliente y el aceite empieza a chisporrotear, con el ajo, se quita del fuego y se echa la angula previamente cocida. Se remueve un poco y listo.

Por la izquierda, Azucena Menéndez, directora del Palacio de La Magdalena; Marcia Luzía de Moraes, dueña y cocinera de Sibarita; Arancha Burgueño, propietaria de La Escollera y Mónica Paíno, cocinera y propietaria de El Pescador.

Por la izquierda, Azucena Menéndez, directora del Palacio de La Magdalena; Marcia Luzía de Moraes, dueña y cocinera de Sibarita; Arancha Burgueño, propietaria de La Escollera y Mónica Paíno, cocinera y propietaria de El Pescador. / David Cabo

Mónica Paíno, cocinera y propietaria de El Pescador, en San Juan de la Arena, habla de otro que en los últimos tiempos tiene mucho tirón: en ensalada. "Es la forma más natural, va cocida y con un aceite intenso. Untamos antes el plato con un ajo y rematamos con un toque de pimienta y unos hilos de ito", describe la hostelera.

En La Escollera, también en La Arena, sin dejar de lado la tradicional angula a la cazuela, han apostado este año por innovar y para el que quiera probar servirán a la mesa el alevín con otro producto de innegable sello asturiano, las verdinas. "Es una receta que habíamos probado para el concurso de verdinas y la hemos aprovechado para el festival", explica Arancha Burgueño. "Consiste en cocinar las verdinas en la forma habitual, con un fumé, y luego echamos encima la angula hecha a la cazuela".

Poco o nada sabía la brasileña Marzia Luzia de Moraes sobre la angula cuando llegó a La Arena. Pero ahora, después de siete festivales ya, la siente como propia. "Es un producto de muy buena calidad, exquisito y delicado", describe la cocinera y dueña del restaurante Sibarita.

Apuesta ésta como el resto de colegas por la clásica cazuela de angulas al ajillo, pero también destaca recetas como la citada de la ensalada u otra muy tradicional antaño en las casas de Soto del Barco, cuando había en abundancia: en tortilla.

Tiene un precio este festival la cazuela –una ración, que ronda los 100 gramos– de 90 euros. Y a 120 euros sale llega si se opta por el menú, en el que cada restaurante aporta sus propios platos de acompañamiento y el postre.

"El lujo se paga. El capricho se paga. Lo bueno tiene un precio y el que lo quiere lo asume", zanja Marcia Luzia de Moraes. En opinión de Arancha Burgueño la angula no se puede valorar en función de su coste. "Puede que el precio resulte alto, se diga que es cara, pero es que estamos poniendo en la mesa algo exclusivo", destaca la cocinera.

"No es cara", sentencia Mónica Paíno. "Es un producto gourmet y como todos tiene un precio elevado, pero los hay más caros. Además hay que pensar todo lo que tiene detrás para llevarla a la mesa desde que se pesca", dice convencida esta cocinera, que antes fue angulera.

Sucedió esto en los días ya lejanos en los que no había familia en Soto del Barco en la que alguno de sus miembros no fuera al río alguna noche del frío invierno a pescar. Con la progresiva escasez llegaron las restricciones, una normativa que cada vez complica más ser angulero. Cada campaña se vive en la ría del Nalón como si fuera la última. Los pocos que hay apuran estos días la última faena de la temporada, que ha tenido los días contados y muy repartidos. El último oscuro –noches de luna nueva, que favorecen la pesca– ha sido generoso y en la rula de San Juan de la Arena se han subastado bastantes kilos. Ha habido suerte este año, algo que no siempre sucede con la angula, con fama de ser escurridiza y caprichosa.

Tan difícil es de meter en la piñera como fácil de preparar en la cocina, aseguran las hosteleras, que este año han apostado también por otros productos de indudable sello asturiano para los postres y la bebida. No faltan los kiwis, asociados a Soto del Barco, en cuyo territorio empezó su cultivo en Asturias; ni el queso afuega’ l pitu, pues el concejo está incluido en la denominación de origen. Y en el vaso, Sidra de Asturias DOP.

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