Los "sanjuaninos" resisten al aguacero en Avilés

Los pasos de la "Tercera Palabra" y "La Verónica" procesionaron arropados por cientos de personas en un recorrido acortado

VÍDEO: Así fue la procesión del Silencio en Avilés

Irma Collín

Marián Martínez

Marián Martínez

Avilés

Bajo una intensa y a momentos fuerte lluvia los "sanjuaninos" cumplieron con su cometido y, aunque en un recorrido más breve decidido sobre la marcha, los jóvenes cofrades portaron a hombros el paso de la "Tercera Palabra" por el centro de la ciudad. Era la procesión del Silencio, pero los aplausos y los "¡viva!" de cientos de personas arroparon a los esforzados penitentes bajo el chaparrón.

La procesión comenzó con veinte minutos de retraso, "los que le hubieran hecho falta para tener un buen trecho ya recorrido", sentenciaba un hombre en la calle San Bernardo parapetado bajo el paraguas.

Los "sanjuaninos" salieron de la iglesia de San Nicolás camino de la plaza de España. Empezaban a caer las primeras gotas y aparecieron los primeros paraguas. "Ta oscuro pa Galicia", advertía una mujer en la confluencia con la calle La Fruta incitando a mirar al cielo. Y la profecía se cumplió. Solo unos minutos más tarde la lluvia empezó a caer con intensidad.

Delante iba "La Verónica", y unos metros detrás la "Tercera Palabra". Los cofrades tuvieron que parar para tapar las imágenes con plásticos. Primero los mantones, luego ya decidieron hacerlo por completo con lo que tenían a mano. Y también sobre la marcha tuvieron que acortar el recorrido, para enfilar por la calle San Bernardo para subir por La Cámara a la plaza de España y volver a la iglesia de San Nicolás.

Los más pequeños, con sus típicas sandalias "esclavas" rojas. Los mayores, descalzos. Pero ni unos ni otros se amedrentaron. Miembros de la organización se afanaron en abrir paso, retirar sombrillas y hacer sitio para que los cofrades pudieran pasar. Al principio hubo cierto desconcierto con el cambio de rumbo, pero de inmediato los cientos de personas que habían acudido a ver la procesión buscaron un nuevo acomodo y se apresuraron a colaborar para no interrumpir.

Hubo que acelerar el paso, y para coger fuerzas, los "sanjuaninos" que portaban a hombros la "Tercera Palabra" pararon al enfilar la cuesta de La Cámara. La banda de la Cofradía, compuesta por nueve tambores, cuatro timbales y dos cajas, empezó a tocar con más fuerza. Era la señal para marcar el paso firme con el que los cofrades cargarían los 400 kilos de peso de la imagen para devolverla a su "hogar". El público supo interpretar el momento, y lo agradeció con vítores y palabras de ánimo acompañadas de aplausos. "Mira que en el móvil no daba agua. A ver mañana", comentaban dos amigas mientras se retiraban apresuradas bajo el aguacero.

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