Así vivió Luanco el día en el que el mundo pudo tener un Papa de la villa marinera: "Mejor que hayan puesto a otro, así podemos disfrutar de Angelín"

Sentimientos encontrados en la capital gozoniega por el posible nombramiento del cardenal Fernández Artime, que "hubiese supuesto un 'boom' para el pueblo", pero "habría hecho casi imposible sus visitas" a su localidad natal

Cuando a las 18.08 comenzaba a salir el humo blanco de la chimenea del Vaticano y la plaza de San Pedro se convertía en un auténtico jolgorio, en Luanco soplaba el nordeste y los vecinos, pegados a los televisiones en sus casas y en los chigres, solo pensaban una cosa: "¿Habrán elegido al nuestro?". "El nuestro" no es otro que Ángel Fernández Artime, cardenal nacido -y muy, muy arraigado- en la capital gozoniega, que desde la tarde de ayer comenzó a ganar enteros como papable en las encuestas de muchos medios internacionales. "Para el pueblo sería la bomba; una locura", coincidían unos y otros, ante una posibilidad que acabó por "pincharse" tras una hora y pico de espera -en la que hasta llegó a encenderse alguna vela por la elección de Fernández Artime-, cuando desde el balcón de la Basílica de San Pedro se anunció que el estadounidense Robert Francis Prevost sería el nuevo líder de la Iglesia. "Al final es mejor que no haya salido, porque si fuese elegido Papa no lo volveríamos a ver por el pueblo, y a él le encanta venir", coincidían sus familiares solo unos minutos después de conocerse la identidad del Sumo Pontífice.

Jesús Artime García es sobrino segundo del cardenal Ángel Fernández Artime. Regenta una pescadería en Luanco que antes regentaba su padre que, a su vez, se la había comprado a los padres del que ayer muchos esperaban que pudiese ser el primer Papa asturiano de la historia. "El día de hoy me ha recordado mucho al del sorteo de la lotería de Navidad. El 22 de diciembre la gente no baja a la calle hasta que no sale el Gordo; y hoy ha pasado lo mismo, la gente parecía que no salió hasta que se conoció quién era el nuevo Papa", ejemplifica el gozoniego desde un negocio en el que lucen con orgullo una fotografía de cuando Fernández Artime fue nombrado cardenal por Francisco I.

A su lado, su padre, Jesús Artime Suárez, primo carnal del cardenal, asegura que "tenía muy claro que no iba a salir". "Ahí hay mucha política y es muy joven... Siempre tienes esa cosa ahí, pero me parecía imposible", reflexiona, al tiempo que reconoce que "en realidad, yo creo que en la familia casi nadie quería que saliese él": "Si le nombrasen Papa no le volveríamos a ver por Luanco. No tendría tiempo libre con tanto viaje, y requeriría de unos dispositivos de seguridad que no sé si serían viables para el pueblo", argumenta sobre las recurrentes visitas del asturiano con más alta responsabilidad en la iglesia católica. "Siempre que puede, escapa. La última vez que vino fue en Semana Santa. De hecho se enteró de la muerte de Francisco I aquí, en Luanco; y aquí pasó los días previos a su funeral, porque tuvo que retrasar su regreso a Roma por unos problemas con los vuelos", desvela.

En El Muelle, uno de los templos de la gastronomía y la sidra en Luanco, también siguieron con cierto nerviosismo el desenlace del cónclave. "Todo el mundo lo estaba viendo", afirma Carmen Artime Alonso, propietaria del establecimiento y también prima carnal del cardenal luanquín. "Seguro que hubiera sido mejor Papa que el que eligieron, ¿pero te digo una cosa? Mejor así. Va a ser más feliz de esta manera y va a poder seguir viniendo a Luanco", afirma la hostelera, que no duda en anteponer la felicidad del suyo al "boom" que podría suponer para el pueblo tener un Papa fato: "Ya tenemos muchos turistas igual, y él va a estar mejor así".

“Para nosotros ha sido una alegría que no hayan elegido a Ángel, es una oportunidad para seguir disfrutando de él cuando venga por Luanco”, coinciden también Tino Viña y Adela Grolas, del bar La Oficina, establecimiento al que ocasionalmente acude el cardenal gozoniego al que, como el resto del pueblo de Luanco, definen como “una persona muy llana, cercana y que nunca niega un saludo”. En ese sentido, Viña recuerda que, en cada ocasión en la que Artime pisa la capital de Gozón “siempre se presta a parar a charlar con los vecinos o para hacerse una foto”. Además, ambos hosteleros señalan que para el vecindario más mayor “Ángel siempre es Angelín, el que las atendía en la pescadería de la familia los días que echaba una mano tras el mostrador”. Sobre un posible nombramiento futuro de su vecino, Viña y Grolas recalcaron que “es muy joven”, motivo por el que consideraron que “tendrá otra oportunidad”. “Aún queda mucho tiempo. Queremos que siga viniendo al pueblo, que pare en el bar, que disfrute de las escapadas ocasionales que hace. Ya tendrá ocasión de que le postulen como Papa”, concluye.

En la plaza del Cristal, una de las ubicaciones más concurridas de la capital gozoniega, se encuentra la célebre heladería Helio Hermanos. Pelayo García, dependiente, relata que el cónclave fue bastante comentado en el pueblo a lo largo de la jornada y que varios clientes entraron a comprar un helado “con el directo en el móvil”. “Para mucha gente ha sido una desilusión, pero también se entiende porque es joven. Los más mayores estaban eufóricos porque el Papa fuese una persona a la que conocen desde joven”, comenta García.

Pero, ¿de verdad nadie quería el nombramiento de Fernández Artime? "Ahora todos dicen que mejor así, a todo pasado, pero se han encendido muchas velas por su elección", asegura entre risas José Antonio Alonso Artero, párroco de Luanco, que comenzó a oficiar la misa de las siete en Santa María "por el nuevo Papa, sin saber aún quién era; y celebramos su elección tras el final". "Estamos muy felices con la elección", asegura Alonso Artero tras una noticia que hizo repicar las campanas de la parroquia de la capital gozoniega que, casualmente, se habían averiado hacer un par de días. "Por la proximidad al mar el sistema eléctrico se estropea con cierta frecuencia, y ayer (por el miércoles) vinieron los técnicos a repararlas", relata el párroco, que guarda una estrecha relación con el cardenal luanquín, al que todavía no ha mensajeado: "Ambos tenemos mucha confianza y nos respetamos mucho, así que esperaré hasta mañana para charla con él. Ahora dejaré espacio para que atienda a otra mucha gente que seguro que necesitará atender".

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