La razón del hundimiento del "Serenín": la comisión de investigación desvela por qué se fue el barco a pique (y tiene que ver con el diario de pesca)

Los expertos que analizan los accidentes marítimos alertan de varios casos "por falta de atención por la obligación de enviar los datos de capturas antes de llegar a puerto"

Restos del «Serenín» en la playa de Xagó, en Gozón, en enero de 2022. | LNE

Restos del «Serenín» en la playa de Xagó, en Gozón, en enero de 2022. | LNE

Myriam Mancisidor

Myriam Mancisidor

Avilés

El pesquero "Serenín" embarrancó y se hundió el 7 de enero de 2022 en la ensenada de Cobetes, a los pies de un acantilado de la península de Nieva, al Oeste de cabo Peñas. Sus ocho tripulantes lograron salvar la vida al saltar a las lanchas de salvavidas y ser rescatados posteriormente por una embarcación de los prácticos del puerto de Avilés. La Comisión permanente de investigación de accidentes e incidentes marítimos (CIAIM) acaba de publicar ahora el informe técnico del suceso. ¿Qué ocurrió en el "Serenín"? "La embarrancada se produjo por falta de vigilancia efectiva de la navegación por parte del patrón, que enfocó su atención en tareas ajenas a la navegación", según el documento.

Este no es un hecho aislado, y desde el CIAIM, que depende del Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible y tiene por objeto "obtener conclusiones y enseñanzas que permitan reducir el riesgo de accidentes marítimos futuros", advierten: "Se han investigado varios accidentes originados por la falta de atención a la navegación al estar el patrón solo en el puente rellenando el diario electrónico de pesca, por la obligación que tienen los pesqueros de cumplimentar ese diario antes de llegar a puerto".

¿Qué ocurrió aquel 7 de enero a los pies del puerto avilesino? El día 6, a las 23.15 horas, el pesquero "Serenín" se encontraba con ocho tripulantes a bordo y emprendía su regreso al puerto de Avilés tras finalizar el último lance de pesca. Navegaba a unos diez nudos de velocidad. Sobre las 00.20 horas ya del día 7, el buque embarrancó en la punta de La Forcada. El patrón dio máquina atrás y consiguió liberar al arrastrero, pero la embarrancada había causado una vía de agua en el casco provocando al menos la inundación de la cámara de máquinas, siempre según el relato del informe de la Comisión de investigación de accidentes e incidentes marítimos. Este organismo recibió notificación del suceso el día 7: fue calificado como "muy grave" y se acordó la apertura de la investigación ahora hecha pública.

"El accidente fue consecuencia de una falta de atención del patrón durante la guardia de la navegación. La secuencia de hechos durante el regreso a puerto fue la siguiente: tras finalizar la maniobra de virada y con el arte a bordo, toda la tripulación, salvo el patrón (que iba en el puente) acudió al parque de pesca para clasificar y estibar las capturas. El jefe de máquinas y el segundo patrón se retiraron antes de rematar la clasificación y estiba del pescado, el primero a sus tareas de máquina y el segundo a descansar. Aproximadamente a las 00.10 horas el resto de la tripulación finalizó la tarea y, a esa hora, el contramaestre subió al puente de gobierno para entregar al patrón la nota desglosada de las capturas, con objeto de que pudiese rellenar y transmitir el diario electrónico de pesca", relata el CIAIM como causa del accidente. Prosigue: "Por lo que el patrón recibió la información que debía transmitir cuando estaban cerca de puerto, unos diez minutos antes de embarrancar. Tras recibir la nota de pesca se dispuso a introducir los datos en el diario electrónico (esta información debe remitirse necesariamente antes de entrar en puerto) y ese día el envío le dio error varias veces, por lo que tuvo que intentarlo reiteradamente".

Y, según la Comisión, ahí está el meollo del incidente: "Aunque el patrón tenía la responsabilidad de atender la guardia de navegación, la tarea de rellenar los datos del diario de pesca captó toda su atención en un momento crítico: por lo cerca que se encontraba de puerto y porque la tarea dejó de ser rutinaria o automática y se convirtió en un problema debido a las dificultades que surgieron para el envío de datos a través del equipo informático".

¿Y cómo se gestionó la emergencia? También lo recoge el CIAIM: ante la evidente y rápida inundación del "Serenín", el patrón emitió la llamada de "distress" y ordenó el abandono, por lo que los tripulantes tomaron los chalecos y comenzaron la maniobra de arriado de las balsas salvavidas, una por cada costado. Todos resultaron ilesos, salvo el segundo patrón, con una lesión en un hombro que requirió asistencia sanitaria.

El buque, precisa la Comisión, llevaba 65.000 litros de gasoil más 1.000 litros de aceite hidráulico. La compañía aseguradora del barco contrató los servicios de una empresa que realizó las labores de limpieza y que mantuvo, hasta el reflotamiento, en septiembre de 2023, un servicio de vigilancia. El "Serenín" quedó hundido entre 20 y 30 metros en la entrada de la ría de Avilés, cerca de acantilados y en una zona habitualmente afectada por oleaje y mareas. En 2022 se intentó reflotar el barco. El 14 de septiembre de 2023 los restos finalmente se izaron y se depositaron en el muelle de Gijón para el desguace.

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