Balcón al Muelle, por Covadonga Jiménez: Ser empresario

El valor del trabajo en equipo y de no dejarse llevar por la euforia de los primeros éxitos: el aprendizaje que viene de los fracasos

José Manuel Lozano entrega el título de hijo adoptivo a Ricardo Tascón, ante la mirada de Javier Tascón, en el acto celebrado el viernes. | C. G.

José Manuel Lozano entrega el título de hijo adoptivo a Ricardo Tascón, ante la mirada de Javier Tascón, en el acto celebrado el viernes. | C. G.

Covadonga Jiménez

Covadonga Jiménez

Se dice comúnmente que ser empresario o ser emprendedor no es para cualquiera. Siendo una de las labores más honrosas y dignas de admiración que existen, sea en el ámbito que sea, el empresario/emprendedor pone mucho en juego que casi nadie valorará, sobre todo en las primeras etapas. El último ejemplo de ello son los hermanos Tascón, distinguidos esta misma semana como hijos adoptivos del concejo de Soto del Barco. Su origen "humilde" y "sencillo", como la propia familia reconoce, no fue obstáculo para que su empeño y carácter "trabajador" les permitiera sacar adelante aquellos proyectos en los que se embarcaban, de Gijón a Lugo, pasando también por el municipio sotobarquense. Siendo el Palacio de La Magdalena, su símbolo en la comarca, lo que la familia Tascón representa ya como hijos adoptivos de Soto del Barco es el anhelo, la lucha por un sueño y la oportunidad de mejorar no solo su propia vida sino la de todos los involucrados en el negocio: clientes, proveedores, empleados, familia...

Cuando las cosas salen bien, al empresario-emprendedor le tendrán envidia, hablarán de él, dirán que tuvo suerte, que hizo fraude, o que se lo regalaron. Todo a la vez, o en diferentes etapas. Y si las cosas salen mal, dirán que es un tonto, hablarán de cómo se debería haber hecho (aunque ellos nunca lo hayan hecho o intentado siquiera), le reclamarán, se indignarán por sus resultados. Si hay ganancias, si hay fama, le saldrán muchísimos mejores amigos, todos ellos falsos. Pero solo los buenos le dirán en qué se ha equivocado (si lo ha hecho). Si hay pérdidas, nadie le dirá: ¿necesitas ayuda?, ¿necesitas un préstamo?, ¿te ayudo a recomenzar?

Habrá momentos también en que la familia hará reclamaciones, porque trabaja mucho, o nunca le ven. Los empleados le harán reclamaciones, porque sentirán que los está explotando, sin entender que está compartiendo el beneficio pero no el riesgo. Los acreedores harán igualmente reclamaciones, porque sentirán que el empresario se está haciendo rico a costa de ellos y la salud personal también le hará reclamaciones a quien por tantos dedica sus desvelos, porque habrá días que no comerá bien, no dormirá lo suficiente y su mente no descansará, por estar enfocado en sacar adelante nuevos proyectos.

Ejemplos de familias o de corporaciones empresariales con larga trayectoria existen varios en la comarca. Y muchos saben de la problemática (y también de los éxitos que acompaña) ser empresario. Pero ni uno llega a ser empresario en el primer éxito de su carrera ni ese gran éxito que le eleva a la primera línea en un momento determinado le convierte en el más experimentado de su sector. En nuestro sistema actual, no ser capaz de aceptar que a veces cometemos errores y que necesitamos empezar de nuevo es quizá lo que más drena que no logremos tener grandes empresarios/emprendedores. El "hombre hecho a sí mismo" que personifica el nuevo hijo adoptivo de Soto del Barco vivió sus mayores aprendizajes en tiempos de dificultad.

Es fácil viajar en el mismo barco cuando los vientos soplan a favor. Ser empresario también es construir algo duradero en el tiempo, más allá de la ilusión generada en los primeros éxitos. No conozco promotor industrial que viva tranquilo: no conozco un empresario promotor que tenga buen dormir; no conozco un empresario con su industria en crecimiento que lleve una vida plácida y feliz. El manejo de la empresa es un arte difícil y esa "empresa" puede moverse en el mundo de la política, en la enseñanza, en la medicina, en el turismo, en el deporte o en la industria. Cuando quienes manejan esos barcos lo hacen con mano firme pensando en el bien común, sin dejar de luchar por sus sueños, solo entonces son dignos de reconocimiento.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents