Treinta voluntarios rescatan miles de anfibios antes de la apertura de la piscina fluvial de Illas

Mavea halla rarezas como la salamandra rabilarga en la limpieza de la piscina de Illas para reubicar a los animales en humedales cercanos

VÍDEO: Así fue la retirada de anfibios de la piscina de Sollovio antes de su apertura

Mara Villamuza

La Callezuela

Más de mil larvas de rana galaica, un centenar de tritones palmeados –junto a incontables larvas– y tres sapos espinosos adultos, dos de ellos en pleno ritual de apareamiento. Ese es el resultado de la labor de rescate que llevó a cabo este sábado el grupo conservacionista Mavea junto a una treintena de voluntarios, muchos de ellos jóvenes, antes de la apertura de la piscina de Sollovio, en Illas. Esta tarea, que llevan realizando desde hace unos siete años, tiene como objetivo facilitar las labores de limpieza del área recreativa sin que estas afecten a la integridad física de los animales, los cuales fueron tratados con sumo cuidado para su posterior traslado a humedales cercanos, entre ellos el río Faxeras que fluye por las inmediaciones.

"Durante el tiempo que la piscina permanece cerrada, infinidad de anfibios de la zona se acercan atraídos por la mínima cantidad de agua que encuentren. Es algo muy común, especialmente en época de crianza", declaró Juan Carlos Vázquez, presidente de Mavea y uno de los coordinadores de la actividad. Las tareas, tal como explicó Vázquez, se llevan a cabo "con sumo cuidado", a diferencia de cómo se realizaba en épocas anteriores. "Tratamos con especies protegidas y, por ello, este año hemos contado con el asesoramiento de biólogos especializados en esas especies", abundó Vázquez. Uno de estos expertos era Jaime Bosch, biólogo del CSIC que investiga a los anfibios, en especial las diversas enfermedades que pueden afectar a estos animales.

Miembros de Mavea y una treintena de voluntarios, en las labores de rescate de anfibios en la piscina de Illas.

Miembros de Mavea y una treintena de voluntarios, en las labores de rescate de anfibios en la piscina de Illas. / Mara Villamuza

En total, a las mil larvas de rana galaica –la mitad de ellas renacuajos y el resto ya ranas pequeñas que desarrollaron cola–; el centenar de tritones palmeados junto a las incontables larvas; y los tres sapos espinosos, dos de ellos en apareamiento, se sumó un tritón jaspeado, un ejemplar "muy escaso" en la zona. Pero Vázquez puso el foco en una especie concreta: una salamandra rabilarga "que es endémica del noroeste de la Península".

La próxima labor llegará en septiembre, cuando finalice el periodo de actividad de la piscina. En ese momento, Mavea regresará para el vaciado del agua y para colocar rampas que facilitarán la salida a los anfibios que se desplacen hasta allí para colocar sus huevos.

Voluntarios tratan con cuidado a los pequeños animales que se encontraban en la piscina.

Voluntarios tratan con cuidado a los pequeños animales que se encontraban en la piscina. / Mara Villamuza

Durante la actividad, Vázquez destacó especialmente el interés de los más jóvenes. "Me gustó mucho su actitud. A muchos les gustan los animales, pero no deja de sorprender sus conocimientos. Tenemos garantizado el futuro del naturalismo", comentó orgulloso.

Los anfibios, los vertebrados en mayor peligro

Por otro lado, el presidente de Mavea recalcó la importancia de estas labores, "un granito de arena" que sin embargo no es suficiente para asumir un hecho que sucede "en numerosas piscinas" de toda Asturias. Como ejemplo, señaló el canal del Narcea, el cual desde Mavea "llevamos años avisando de que hay un problema grave porque es un matadero de seres vivos". En ese sentido, Vázquez recordó que los anfibios, además de protegidos, son los vertebrados "que están en mayor peligro del mundo" y "sufren una gran caída poblacional".

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