Entrevista | Francesc Polop Comisario de la exposición "'Colita'. Arte y parte"
"'Colita’ decía que no se hacen fotos con la cámara, se hacen con la cabeza", dice el comisario Francesc Polop
"Hacía propuestas de trabajo: no esperaba a que vinieran a llamarla. Ella iba y fotografiaba y ofrecía sus imágenes", asegura el responsable del legado de la fotógrafa de la "Gauche Divine"

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El diseñador Francesc Polop es el director del archivo de fotografía de "Colita", la autora de retratos tan señeros como el García Márquez con un ejemplar de "Cien años de soledad" puesto por sombrero. O el más que famoso de Orson Welles en un día de descanso del rodaje de "Campanadas a medianoche". El Niemeyer acoge desde ayer y hasta el próximo 11 de enero la muestra "‘Colita". Arte y Parte", un resumen de lo mejor de la fotoperiodista catalana, reciententemente fallecida (lo hizo en diciembre de 2023). Polop conversa con LA NUEVA ESPAÑA en el foyer del auditorio del complejo cultural: una sala que recorre la vida y la obra de Isabel Steva, que ese, a fin de cuentas, fue el nombre verdadero de "Colita".
-Estaba viendo que "Colita" tiene fotos icónicas…
-Del mundo entero
-Ella misma es un icono de la segunda mitad del siglo XX en España.
-Sí, sí, así es: ella trabaja exhaustivamente desde los sesenta hasta principios del 2000. En el 2003 ella dijo: "Aquí acabé". Y colgó las cámaras. Y la gente le preguntaba: "¿Ya no haces fotografías?" Y ella decía: "Sí, sí, yo hago unas 500 cada día, pero con la cabeza". Ella decía que las fotografías no se hacen con una cámara, se hacen con la cabeza. "Colita" es una fotógrafa de su tiempo. Y el tiempo que le toca vivir: son los 60.
-Una década importante.
-Es una joven de veintidós años que empieza fotografiando a Carmen Amaya. Veintidós años. Y luego acaba en el 2000, pero antes ha hecho la Transición: los años 70, los años 80, los 90.
-En esta exposición queda claro que conoció a todo el mundo.
-A García Márquez, a Terenci Moix, a Carmen Amaya, a Joan Manuel Serrat. A Carlos Barral. A Max Aub: todo el mundo. Todo el mundo que pasaba por Barcelona.
-¿Cómo se lo montó?
-¿Cómo se lo montó? Pues mire, yo siempre lo explico. Por las mañanas compraba los periódicos y yo a veces iba a su casa y tenía un rotulador. Cuando no había móvil ni había nada. Y sólo había dos cadenas de televisión. Y ella tenía un rotulador y abría el periódico e iba rodeando las noticias. O los anuncios de que esta tarde se presentará tal libro. Y luego muchas relaciones personales. Porque esta exposición va de esto. Se llama "Colita, arte y parte" porque se ve cómo "Colita" fotografía a toda esta gente y todas estas situaciones, pero cómo se relaciona con ellas. Y cómo acaba teniendo amistad con muchísimas de estas personas.
-Ella no trabajaba para nadie.
-No, no. Ella era absolutamente autónoma. Ella tenía su propio estudio con su laboratorio, con su escenario.
-Y vendía a quien se las comprara.
-Sí. Y luego "Colita" se inventaba el trabajo. Hacía propuestas de trabajo: no esperaba a que vinieran a llamarla. Ella iba y fotografiaba y ofrecía sus imágenes. Y a partir de ahí empezaron a llegar un montón de encargos. "Colita" además es una fotoperiodista de raza total. Le gustaba también muchísimo el retrato. Tenía esta relación con esta gente porque era tan simpática, tenía tanto sentido del humor. Era tan inteligente. Tan culta… Porque esto va de cultura. Por eso la gente se le entregaba.
-Ya, ya, ya.
-Es que eso es lo que se nota. Y esto que vemos en esta exposición es la punta del iceberg. Hay muchísimos más. Es muy difícil escoger. Porque hay tanto.
-Además, de retratos hay reportajes como el la "perfomance" de Joan Miró en el colegio de Arquitectos.
-Esto fue una acción increíble para una exposición, una "performance" de una modernidad y de contracultura total. Esto es un hecho insólito. Le dicen a Miró: "Vamos a hacerte una exposición retrospectiva de tu obra en el Colegio de Arquitectos". Y se la encargan al Grupo PER, que era una asociación de arquitectos donde estaba Óscar Tusquets. Y les dice, respondemos tu obra. "Pero hemos pensado que podríamos hacer algo. ¿Te gustaría que hiciéramos algo sobre los cristales de fuera, bajo el friso de Picasso?" Y Miró dijo: "Vale. Vosotros pintáis una noche con rojos, amarillos, verde, azul. Y al día siguiente, cuando esté seco, yo vendré con pintura negra y pintaré encima de esos colores. Con una sola condición. Cuando acabe la exposición, todo esto se borrará". Y todos le dijeron: "Bueno, qué fantástico, pero todos le vamos a pedir que lo mantenga con mucho amor”. Imagínese: un friso de Picasso arriba. Y otro de Miró abajo. "No, no. Yo dije que esto se borraba". Y el día que tocó, se presenta allí con una rasqueta. Que es la imagen de la entrada de la exposición.
-Y con las limpiadoras también.
-Él rascó los dos primeros cristales. Porque eran dieciocho. Acabaron las señoras. Y "Colita" certifica toda la perfomance.
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