Los arquitectos asturianos presentan la última obra de uno sus compañeros, que es un análisis de cómo cambió Avilés en tan poco tiempo como para haber pasado a la historia

Carlos Alberdi, que firmó la reforma del pabellón de La Magdalena, desentraña en su libro póstumo cómo la ciudad se fue hilando entre fábricas y barrios obreros

Carmen Muñoz, Candela Alberdi, Mariví Monteserín, Pedro Luis Gallego y José Ramón Fernández.  | FIRMA

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Saúl Fernández

Saúl Fernández

Avilés

La pasión que el arquitecto Carlos Alberdi Díaz sintió por su profesión fue tal que su hija Candela se ha sumergido en ella de hoz y coz. Fue, de hecho, la que se encargó de cerrar ayer el bautizo de "La ciudad del humo", el estudio que su padre escribió sobre el impacto de la llegada de las distintas industrias primarias en la villa burguesa anterior a los años cincuenta y que acaba de editar el colegio oficial de Arquitectos de Asturias.

"Siempre amó su ciudad", resumió Candela Alberdi antes de mandar a los que llenaron el salón de actos del palacio de Valdecarzana al vino español de celebración "de un libro necesario", según significó el profesor Pedro Luis Gallego, que fue el encargado de dirigir la tesis de un discípulo que se fue antes de tiempo: a los 41 años, hace once.

"La singularidad de Avilés para Carlos Alberdi estaba en la convivencia de la ciudad industrial y la residencial, en el modo en que una interactuaba sobre la otra de tal manera que, en el fondo, una no puede vivir sin la otra", destacó Gallego en su intervención, que fue como una lección de arquitectura moderna y de ponderación de su discípulo. "Le recuerdo sentado en mi despacho, diciéndome que quiere que le dirija su tesis y cuando le dije que sí empezó a sacar documentación, documentación y documentación: si la tienes casi lista", apuntó el profesor de la Universidad de Valladolid. "De esta manera es que Avilés se ha ido construyendo como una ‘ciudad-collage’ que se colmata a trozos". Y añadió a este respecto: "El desmantelamiento de las fábricas acaban de dejar a la ciudad sin su ‘leit-motiv’", defendió

Explicó también que Alberdi "está ubicado en la cultura metropolitana". Dijo que esta manera de entender su trabajo se da entre quienes consideran que la belleza "se produce en la falta de sintonía, en la superposición de cosas".

Mariví Monteserín, la alcaldesa de Avilés, fue la encargada de abrir el acto de presentación del libro del avilesino. Carmen Muñoz, su compañera de colegio, la encargada de producir "La ciudad del humo", mencionó dos de sus obras: "La restauración del pabellón de La Magdalena y su propia vivienda, en la calle de La Magdalena". Monteserín ahondó en la capacidad analítica del arquitecto: el impacto industrial en el urbanismo local y su singularidad. Mencionó que esto último, precisamente, también lo había destacado Armando Palacio Valdés "cuando se vino a vivir a Avilés". "Esta ciudad tiene algo", resumió.

Monteserín hizo memoria y calificó el impacto de la industria en Avilés como absoluto, "pero sólo en veinte en años, pero tardamos muchos más de veinte años en limpiar aquel impacto y lo hemos hecho transformando aquella industria en sostenible".

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