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Julio Medem, en Avilés: "La visión racional le sienta muy mal al cine que yo hago"

El cineasta que repasó su manera de entender el séptimo arte, confesó "sentirse mujer" cuando escribe de personajes femeninos y avanzó que "La Pelota Vasca" formará parte de un "archivo muy importante".

VÍDEO: Encuentro de Julio Medem con el público dentro del festival Avilés Acción

Mara Villamuza

Illán García

Illán García

Avilés

Julio Medem es un director de cine atípico y tiene claro que "la visión racional (de las películas) le sienta muy mal" al cine que realiza desde que rodara "Vacas". "Es mejor que la cabeza sienta del lado de la emoción, no desde la razón", profundiza el cineasta que, confesó, se siente "mujer" cuando escribe. Y lo ejemplificó al hablar de "Lucía y el Sexo", "Caótica Ana" y la novela "Aspasia". Expresó todo eso y mucho más durante una entrevista que David Rodríguez y Javier Mediavilla, programador y director del Avilés Acción respectivamente, le hicieron ayer en la Casa de Cultura. Repasó su filmografía, su relación familiar, sobre todo con su padre y respecto al cine, y en la que habló también de su documental sobre el conflicto vasco "La pelota vasca. La piel contra la piedra". Antes de la entrevista expresó que el filme pasará a formar parte de "un archivo muy importante a nivel mundial". Durante el acto, también relató que su idea con esa obra era relatar "un conflicto político, pero también moral, porque existía ETA y porque también había violencia, aparte de la de ETA, la de la policía española, había torturas,...". "Lo quise contar siendo lo más honesto y el pensamiento único me atacó", resumió sobre la polémica suscitada por aquella cinta de 2003. Ese estreno en el festival de cine de San Sebastián coincidió además con el de su hija Ana. "Fue el día más intenso de mi vida", señaló.

Medem conoció Avilés en bicicleta con 19 años en una ruta cantábrica con amigos. Fue atleta y quería ser psiquiatra, finalizó Medicina pero antes ya había descubierto el cine. Su padre ya le había enseñado el super 8 y le advirtió, siendo muy joven, que no servía para ser director de cine porque "no era capitán de barco". Medem habló de su timidez extrema, tal es así que en "Vacas", su primer largometraje, lo que más miedo tenía, confesó, era a la rueda de prensa y en el rodaje, hablaba al oído a sus actores. "No podía hablar a más de dos personas", señaló el cineasta que poco a poco fue venciendo su timidez.

Con una pegatina en la que solicita el fin al genocidio de Palestina, habló de su libertad creativa, de cómo "Lucía y el sexo" se convirtió en la primera película grabada en digital y de cómo sus rodajes nacen con la idea de "superar lo mejor imaginado". Porque fluyen y se dejan llevar como el libro de texto que aparece en "Los amantes del circulo polar" que le dio pistas para ayudar a situar parte de la historia "en el círculo polar". Relató que no suele ver sus filmes una vez que ya están acabados y que entiende las revisualizaciones para comprender mejor sus historias, esas que apelan a las emociones más que a la razón, y habló de Formentera, a la que se fue solo con una cámara de mano y se topó con el faro para una película que la protagonista se iba a llamar "Ana" y resultó ser "Lucía y el Sexo", todo antes del visionado de uno de sus filmes, "El árbol de la sangre". Hoy, a las 10.00 horas, Medem da una masterclass.

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