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Mal comienzo del percebe en Peñas, el estado de la mar dificulta la tarea

Los profesionales confían en extraer capturas de mayor tamaño en próximas jornadas ya que ayer solo pudieron saltar a tres pedreros

Marcos Rodríguez selecciona los percebes minutos después de llegar al puerto del Gayo de Luanco después de una mañana de faena en los pedreros del cabo Peñas con Abraham Mazuelas, detrás.  | I. G.

Marcos Rodríguez selecciona los percebes minutos después de llegar al puerto del Gayo de Luanco después de una mañana de faena en los pedreros del cabo Peñas con Abraham Mazuelas, detrás. | I. G.

I. García

Luanco

La campaña de extracción de percebe en el entorno del cabo Peñas no comenzó con buen pie para los profesionales. "Había marejada de viento y mar de fondo, fue un mal día", afirma Álvaro Artime, uno de los 39 perceberos adscritos al plan especial que saltaron ayer a los pedreros más septentrionales para "cavar" las mejores piezas. Para Fran García fue "un día de perros".

Dado el estado de la mar, los pescadores solo pudieron extraer percebes en tres de los pedreros de Peñas. Lo cuenta Asensio Ortube: "Estuvimos en La Barberona, la Alta Vendaval y Los Garcíos y en La Rubia, al principio". "Había marejada del nordeste y mar del oeste", sostiene Adrián Reigada, que confía en que la que jornada de hoy sea más tranquila y puedan saltar a más pedreros que ayer.

También se refirieron al tamaño de las capturas: "Pensábamos que iban a estar mejor, no acaba de criar bien aunque también hay que decir que hubo piedras en la que no pudimos comprobarlo", señalan varios profesionales mientras limpiaban sus capturas en el muelle del Gayo. Se lamentan porque llevan casi un año sin "cavar" en los pedreros de Peñas. "Si no me equivoco, la última vez que fuimos a esos pedreros fue el 14 de diciembre del año pasado", expresa el patrón mayor de la cofradía de Luanco y percebero, Abraham Mazuelas, al tiempo que Marcos Rodríguez selecciona las piezas en uno de los almacenes del muelle luanquín.

Los perceberos gozoniegos pueden extraer ocho kilos por jornada y marea. Sin pesa en la lancha que les desplaza, apuran a ojo sus capturas. "Lo mío pesa siete kilos y medio", señala García mientras pesa los percebes en su báscula y piensa en las jornadas venideras en las que, como todos, confían en capturar las piezas de mayor tamaño y que haya en abundancia.

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