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Esta es la única ciudad en Asturias en la que se pueden tocar dinosaurios virtuales

Factoría Cultural acoge una muestra de cortos en realidad virtual que permite ver el cine de una manera completamente diferente

Javier Mediavilla, director del festival, y Ana Bravo, con tres personas usando las gafas de realidad virtual. | MARA VILLAMUZA

Javier Mediavilla, director del festival, y Ana Bravo, con tres personas usando las gafas de realidad virtual. | MARA VILLAMUZA

N. M.

Avilés

"En cuanto llegue a casa aviso a mi hijo, para que se acerque un día a ver esto. Es una locura, me voy alucinada", comenta una de las asistentes en la puerta de la Factoría Cultural. No es la única con un sentimiento así. Durante estos días, en el espacio cultural avilesino se pueden ver, casi hasta tocar, dinosaurios. Se puede sentir de primera mano el drama de los refugiados sirios o se puede vivir, en primera persona, la intriga de un asesinado en el Madrid de los años 30. Y es que la Factoría Cultural acoge una de las grandes novedades de esta edición del festival de cine Avilés Acción, con un certamen de cortos en realidad virtual que ofrece una imagen totalmente diferente de consumir este tipo de arte.

Ana Bravo, directora gijonesa, creó un corto en 2020 llamado "Intacto". Fue su primera experiencia con esta manera de hacer cine. "Todo llegó a través de una residencia artística en La Laboral. Ya llevaba tiempo investigando al respecto, sentí curiosidad y me ha atrapado", apunta la cineasta, que explica que, para hacer este tipo de películas, se necesitan cámaras con varias lentes, para que capture todo lo que hay en la escena. Además, el tipo de historia que contar, aunque puede ser la misma que en un corto normal, debe tener cierta adaptación, ya que "al no poder contarlo con el mismo ritmo que lo hacemos tradicionalmente, las escenas cambian mucho".

Las dificultades para hacer cine para realidad virtual

Otra de las dificultades que tiene el hacer cine para realidad virtual reside en el propio trabajo del equipo. Al ser cámaras de 360 grados, graban todo lo que haya a la vista, por lo que nadie puede estar en el lugar de la escena, más allá del operario de la cámara. "Cómo directora tienes que saber dónde esconderte, para luego borrarte en posproducción", apunta Bravo. Además, suelen ser escenas más largas que en las películas convencionales, por lo que no se suelen hacer tantas repeticiones. "Imagínate que quieres repetir y, en vez de lo que ha salido mal la primera vez, en el segundo intento se comete un error diferente. Sería un poco locura", señala.

A pesar de esas dificultades, Bravo confiesa que es una forma de hacer cine que le ha atrapado, aunque pone en duda que vaya a haber mucha gente que quiera probar este formato. "Tiene que gustarte la nueva tecnología y curiosear, porque no es fácil. Yo me considero una atrevida, y cuando veo algo nuevo, me gusta probarlo. Tengo un perfil más artístico. Pero es muy complicado cambiar un sistema tan asentado y tradicional", analiza la cineasta, que ya está inmersa en su próximo proyecto, un documental sobre el trabajo de una organización gijonesa, Inshuti, en un colegio de Ruanda.

La oferta en Avilés

La muestra de realidad virtual se puede ver, de manera gratuita, en la Factoría Cultural hasta el próximo 10 de octubre. Hay cuatro opciones para visualizar: el estreno mundial de Intacto, dirigida por la gijonesa Ana Bravo, junto a tres obras internacionales de referencia: Clouds Over Sidra (Gabo Arora & Barry Pousman, 2015), pionera del documental en realidad virtual; Jurassic World: Blue (Félix Lajeunesse & Paul Raphaël, 2018), un cortometraje sobre el universo jurásico; y Madrid Noir (James A. Castillo, 2018), un mediometraje de animación ambientado en una capital de los años treinta.

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